-Luis Enrique Morales / OTREDAD Y EDUCACIÓN–
El veintiuno de octubre, el diario el país publicó el reportaje de un tiroteo dentro de una escuela brasileña. Según cuentan, un adolescente dentro del aula, con una pistola de calibre 40, disparó 11 tiros. Esos tiros llegaron a causar heridas graves en cuatro estudiantes y la muerte de dos. Según el adolescente de 14 años, la razón de su ataque fue porque un compañero le venía molestando, es decir, era víctima del bulling. Esto ha causado que se retome el debate de siempre, ¿seguridad y vigilancia en las escuelas?
Primero que nada ,con seguridad y vigilancia en las escuelas no se solucionaría el problema de fondo. Y las pocas diferencias entre un centro educativo y un centro preventivo ya no existirían, serían lo mismo.
El rollo es que este acto de violencia no es el primero, solo en el 2017 se han registrado alrededor de 7 a 9 casos. En diferentes partes del mundo. Uno de tantos problemas es el odio que se despierta en y por la escuela.
El odio, para Aristóteles, no es lo mismo que la ira, ya que la ira es un deseo de venganza que se da porque se ha despreciado a la persona. A diferencia, el odio puede estar o no fundamentado, es decir surgir sin ninguna razón específica. El odio se caracteriza por que la persona que odia no se preocupa por el sufrimiento del otro, es decir, le da igual el otro.
Rene Descartes, en el Tratado de las pasiones del alma, en el artículo 79, definiría el odio así: «El odio es una emoción causada por los espíritus que incita al alma a querer separarse de los objetos que se le presentan como nocivos».
En Los institnos y sus destinos, Freud diría que el odio quiere destruir todo lo que causa displacer, es decir infelicidad. Dicho en términos freudianos, «(…) el yo odia, aborrece y persigue con propósitos destructores a todos los objetos que llega a suponerlos una fuente de sensaciones de displacer (…)». Vemos pues que el aborrecer, perseguir y destruir son verbos fundamentales del odio.
Encontramos una relación entre estas tres definiciones del odio, en él existe una despreocupación por el otro. También vemos que el odio lo que busca es alejarse o destruir todas esas cosas que nos hacen mal, que nos enferman, que nos hacen sufrir. Y en lo personal, creo que la escuela es una de esas cosas que nos enferman, que nos hacen sufrir, que nos hacen sentir mal, que se presenta nociva.
Debemos recordar que la escuela es una organización cerrada, y según Foucault, toda institución cerrada está regida por reglas y esas reglas normalizan. Todo individuo que está dentro de ella las asume y por consecuencia causan la pérdida de la libertad. No solo lo cerrado de la institución, sino la organización cerrada dentro de esa organización cerrada, el aula. En el aula hay reglas que hacen que el estudiante pierda su singularidad, no solo eso, también la interacción de individuos puede ser enfermiza. Sartre, en su obra de teatro A puerta cerrada, representa muy bien como la interacción de los diferentes individuos en un espacio cerrado puede llegar a ser perjudicial. Pues, a medida que vamos conociendo a los otros, les vamos diciendo lo que creemos que son y la mayor parte de las veces nos equivocamos, lo cual lastima emocionalmente al otro. Porque creamos prejuicios o creemos que el otro es algo que en realidad no es. Esto lleva a los estudiantes no solo a tener un odio por el otro, sino también potencializa una lucha por defenderse contra esos prejuicios o ideas equivocadas que se tienen del individuo, es allí donde se forma el bulling. Esto también forma un odio metonímico en sentido lacaneano por la escuela. Es decir, odio la escuela porque los seres que me hacen daño están en la escuela, o viceversa, odio a los individuos porque por ellos se forma la escuela, entonces la escuela es un infierno.
La escuela, en lugar de alimentar la particular forma de ser de cada individuo, la roba, con sus métodos pedagógicos. En lugar de crear un mundo de la pluralidad, tal cual lo piensa Arendt, donde todos somos diferentes pero iguales, donde la norma y las miradas no normalizan sino dejan al individuo ser.
Sartre en una breve parte del capítulo de la mirada, expresa muy bien como el otro al verme puede ser una amenaza para mí, y viceversa. La representación de ver al otro como amenaza se revela en la acción del bulling o la de asesinar.
A propósito del matar, Hannah Arendt dice que nadie es autor o productor de una vida propia, porque siempre estamos interactuando con otros y por consecuencia nos afectamos mutuamente. Sin embargo, Arendt indica que la vida individual se debe de ver como una narración donde, desde el nacimiento hasta la muerte, todo individuo pueda contar su propia historia. Y dado que nadie es productor de su propia vida, la muerte es la única cosa propia de cada individuo, que por su condición de “propia” no puede ser arrebatada por nadie. Esto nos hace una invitación a la responsabilidad por el otro.
Concluyendo, debo decir que toda vigilancia dentro de la escuela estará solucionado el problema de manera superficial. También nos ayuda a buscar culpables, pero sintetizando a Dostoyevski, todos somos culpables. La vigilancia o normas de seguridad dentro de la escuela solo nos limitará a pensar mas allá, nos limitará a ver que el problema yace en el catedrático que actúa sobre los límites, o el estudiante que se esta burlando del otro. O de los directores que abusan de su autoridad, o de cada miembro de la comunidad educativa que se mantiene en el sistema por mantener un salario, sin interés por los seres humanos. También los padres que legan toda responsabilidad a la escuela, o peor aún, los estados fallidos que les ha importado un comino sus ciudadanos causando la separación de familias, y en su consecuencia el abandono de niños y adolescentes.
La frase del título ha sido falsamente acreditada a David Berkowitz (un asesino americano también llamado el hijo de Sam). La tomo porque sintetiza muy bien el primer capítulo de El túnel, de Ernesto Sábato.
Imagen principal, La letra con sangre entra o Escena de escuela de Francisco de Goya. Este cuadro representa una escena en la que el maestro está azotando a un estudiante con un chicote, los otros se arreglan las ropas, el cuadro fue pintado entre 1780-1783. Tomada de España es cultura.
Luis Enrique Morales

Quetzalteco nacido en 1989, escritor independiente y estudiante. Egresado de la Universidad Galileo en 2012, excatedrático en el área automotriz de la región de Quetzaltenango. Actualmente residente en Estocolmo, donde trabajo en docencia y, al mismo tiempo, estudio Ciencias de la Educación (Pedagogía) en la Universidad de Estocolmo.
Un Commentario
hola!!!! alguna vez oí que el sueño mas antiguo del hombre era el de matar a otro hombre , creo que el militarizar o convertir a los templos de enseñanza en cárceles no es lo adecuado , seria fascista crear el problema de manera intencionada y después dar la solución que de antemano , ya estaba ideada , pues con estos se controla mas se reprime mas a un sector , y se beneficia a sectores de la sociedad en especifico , y con cuerdo con el autor de esta nota , al definir en palabras del escritor Russo , todoosss somos culpables , las armas no matan personas , pero las personas si , no se pueden regular a las personas , pero el regular el trafico de armas si . . . . .
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