Y de nuevo Martinelli

Luz Lescure | Política y sociedad / LUCES

Ya regresó a Panamá, está preso en El Renacer, cárcel de dizque máxima seguridad, donde estuvo preso Noriega. Queda en las áreas revertidas e, increíblemente, pidió, entre otras cosas, que una mucama fuera a limpiarle la celda todas las semanas. Claro que se le negó. Su esposa (con la cual hace años no vive) asegura que sufre serios quebrantos de salud, sin embargo, su defensa lo postuló para un cargo de diputado a la Asamblea Nacional. Claro, esto era una movida hábil de sus defensores para aplicarle inmunidad electoral. Sus contrarios dicen que cómo va a estar tan débil de salud si se quiere postular. Y la verdad sea dicha, con dinero se puede lograr que un médico le diagnostique cualquier enfermedad que lo haga mantenerse en su casa.

La verdad es que el señor Martinelli ha agotado muchas de sus posibilidades e insiste en gritarle a las cámaras de televisión al salir de su prisión para ir a su juicio, que él es un preso político y que está secuestrado por el Gobierno del señor Varela.

Los cargos que se le imputan en Panamá, y por los que es juzgado, son los de los famosos pinchazos a los teléfonos de varios ciudadanos que él consideró sus enemigos o a quienes consideraba que deberían ser escuchados en sus conversaciones privadas telefónicas. Cargos que, desde luego, tanto él como su defensa jurídica niegan.

Este ha sido el único cargo que se ha hecho oficial y por el cual está siendo juzgado. ¿Y los robos al Estado (pueblo panameño)? ¿Y la comida vencida que se dio a cientos de niños panameños, exponiendo riesgosamente su salud? Eso no cuenta. La versión jurídica es otra. Esto me recuerda el tan famoso caso del gran mafioso Al Capone, que solo por no pagar impuestos fue detenido, a pesar de todas las muertes y delitos que había cometido.

Pero así funciona nuestra extraña justicia humana. Pareciera bien injusto que un ser que causó tanto daño a su gente y que robó tantos millones de dólares sea enjuiciado solamente por uno de sus múltiples delitos, tal vez el de menos envergadura.

Y todavía no hemos visto el final de esta trama, tal vez saldrá libre, tal vez sea dejado en libertad luego de tanto crimen que cometió. Y como tiene muchos millones de dólares, seguramente seguirá viviendo como un rey, sin que la justicia, ni su familia, lo juzgue, ni le dé su merecido un pueblo al que tanto daño causó. Esperemos a ver qué pasa.


Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de post-grado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.

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