¿Y cómo sigue la cosa?

Luz Lescure | Política y sociedad / LUCES

Bueno, en Panamá, estamos metidos en una lucha por el poder tremenda. Pero creo que es un fenómeno generalizado. En Guatemala también y, guardadas las proporciones, se está dando en toda Europa. Más aún, con el arresto de Assange se hacen más difíciles las cosas. Pareciera que José Martí tenía razón cuando dijo que Estados Unidos parecen puestos allí por el destino para llenar los pueblos de América Latina de dolor.

Todo esto duele. Es increíble como todo cambia para que no cambie nada. Ese gobierno continúa llenando a nuestros pueblos de dolor y muerte, y lo peor es que ni se sabe por qué. ¿Será porque las clases gobernantes solo quieren dinero y más dinero? ¿Sera que nuestros gobernantes no saben otra cosa que seguir el patrón de EE.UU.? ¿Será que es más fácil? Tal vez eso no lo sabremos, no por ahora.

La verdad es que, hace algunos días, dolió ver como se quemaba la iglesia de Notre Dame de París y la mezquita principal en Jerusalén, y ver, con estos ojos que se los van a comer los gusanos, como hay quienes tienen tanto dinero que pueden donar millones de euros para recuperar un monumento, ¡pero no los han dado para aliviar el hambre y las inmensas necesidades de tanta gente que sufre! Y no quiero que me entiendan mal, me dolió ver cómo las llamas consumían un tesoro de la humanidad occidental, visitado por miles de turistas, una verdadera reliquia que representa nuestra historia occidental, quiénes somos y de dónde venimos. Pero también me aterra pensar que hay pocos seres humanos que concentran tanto dinero que pueden darse el lujo de donar 200 millones de euros, es increíble y fascinante a la vez.

¿Será que a la mayoría de los humanos nos importa poco el sufrimiento ajeno? ¿Qué le pasa a la humanidad que resulta más importante para algunos restaurar el techo de un edificio que darle de comer y comprar medicinas para otros humanos menos afortunados? Perdonen, pero no entiendo cómo funciona esta extraña sociedad humana.

Así como no entiendo a mis compatriotas que quieren volver a votar por un Martinelli que, estando preso, se trata de elegir alcalde de una ciudad y diputado. La verdad es que cuesta trabajo pensar qué pueden tener en la cabeza algunos que olvidan que a ese señor ni siquiera se le puede juzgar por todos sus delitos, que escuchaba a sus enemigos políticos en sus vidas privadas, que se llenó los bolsillos, aún más, a expensas del hambre de niños pobres de ese pequeño país donde hay tanto y se roban tanto. En fin, ahora nos llega la nefasta noticia de la muerte de Alan García, otro expresidente de un país hermano que ya sabemos cómo se enriqueció a expensas de los peruanos que creyeron en él. ¿Pensaría con su suicidio borrar las faltas cometidas en vida o fue un acto más de prepotencia de un ser humano que se sentía por encima de toda institución que pudiera juzgarlo? Eso tampoco lo sabremos.

Como no sabemos ni creemos en las encuestas de opinión que se llevan a cabo en mi país. Los comicios anteriores le daban inmensa ventaja a Arias y ganó Varela. ¿Cómo es eso posible? Pues creo que los panameños le contestan al entrevistador lo que piensan que él quiere escuchar. No podemos confiar en las encuestas de opinión. ¿Quién va a ganar en las próximas elecciones? Eso no lo sabremos hasta que se cuenten los votos y gane quien seguirá la línea trazada por los que de veras ostentan el poder y, de nuevo, todo cambiará para que no cambie nada.


Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de posgrado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.

Luces

Correo: luzlescure@hotmail.com

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