Francisco Villagrán de León | Política y sociedad / MIRADA SOBRE ESTADOS UNIDOS: ¿HACIA DÓNDE VA TRUMP?
En medio de la turbulencia política que se vive en Washington y del evidente debilitamiento del sistema democrático de gobierno como resultado del enfrentamiento político entre republicanos y demócratas (lo que no es nuevo pero afecta cada vez más a muchas instituciones) bajo la Presidencia de Trump, se ha dado a la vez una pérdida de espacios y de liderazgo a nivel global. Esto se ha evidenciado con el retraimiento de los Estados Unidos, que durante la Presidencia de Trump se ha manifestado como una política de distanciamiento de sus aliados europeos y del aumento de las tensiones con Rusia y China. En las últimas semanas, Trump ha anunciado además el incremento de tarifas arancelarias con sus mayores socios comerciales y ha reiterado su rechazo a las reglas establecidas del comercio internacional, lo que anticipa una guerra comercial. Es en estas condiciones que se está evaluando el acuerdo con Irán (suscrito también por los europeos) y se prepara una reunión con el líder de Corea del Norte. Dadas todas estas tensiones en el ámbito internacional, existe el riesgo de que alguno de estos conflictos (o ambos) suba de nivel y pueda derivar en guerras que no sean fáciles detener o controlar. Y un factor imponderable es la posición que tome el presidente Trump frente a esos problemas, la que podría ser determinada en algún momento por los cálculos políticos internos, sobre todo a partir del año próximo que comienza la fase inicial del proceso electoral.
A todo lo anterior se suma una situación interna complicada aún más por la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible colusión entre Rusia y la campaña de Trump. A estas alturas ya nadie niega la interferencia rusa a favor de Trump en las elecciones del 2016, y el tema de fondo es si se llegó a coordinar ese apoyo. El presidente y los republicanos se defienden atacando al fiscal Mueller, y se especula mucho sobre su posible destitución. Se recuerda en los medios el famoso episodio conocido como la «masacre del sábado en la noche» (Saturday Night Massacre), cuando el presidente Richard Nixon destituyó al fiscal especial Archibald Cox, quien estaba a cargo de investigar el escándalo de Watergate (el que estuvo relacionado, paradójicamente, con las elecciones de 1968). En esa ocasión, el fiscal general Elliot Richardson renunció tras negarse a destituir a Cox, y todo eso dio lugar a una conmoción política que llevó meses más tarde a la renuncia de Nixon (para evitar el juicio político –impeachment– en el Congreso, que habría llevado a su destitución).
Por otra parte, no hay una política exterior clara y coherente, ni un consenso político interno sobre cómo manejar los problemas en el ámbito internacional y cómo enfrentar los desafíos inmediatos (por una parte Rusia y China, y por otra Irán y Corea del Norte). Tradicionalmente el Senado participa en el proceso de formulación de la política exterior, hay un debate en audiencias públicas, en distintos foros y en los medios. Eso es lo que le ha dado consistencia y certeza. Ahora es solo el presidente quien define las posiciones y las políticas de Estado, y lo hace a través de Twitter. Trump es impredecible y considera que eso es una fortaleza y una ventaja; tal vez lo sea en el mundo de los negocios, pero no lo es en las relaciones internacionales, en las que los países grandes suelen conducirse con ponderación y dar mensajes claros en los momentos más tensos e inciertos para que todos los demás, tanto amigos como adversarios, sepan a qué atenerse. Eso ha sido fundamental para mantener la paz, así sea incierta y frágil. La decisión más reciente del presidente Trump, que tendrá repercusiones profundas en la conducción de la política exterior, ha sido nombrar a John Bolton, controvertido exdiplomático e intelectual de extrema derecha, como asesor de seguridad nacional. Bolton ha propuesto en escritos y declaraciones recientes dar por terminado el acuerdo con Irán y un ataque militar contra Corea del Norte. Será él quien tendrá a su cargo preparar la reunión con Kim Jong Un. Es difícil esperar que el presidente Trump vaya a ese encuentro con una posición razonable, y cualquier acuerdo al que llegue tendrá repercusiones en el acuerdo que hay con Irán. Rusia y China serán actores claves en ambos asuntos, y Europa está empeñada en salvar el acuerdo con Irán.
Un factor importante en definir la postura de Estados Unidos frente a ese escenario internacional, de por sí tenso y complejo, tiene mucho que ver con el apoyo político interno de Trump y la evaluación que él haga de su posibilidades de ser reelecto en el 2020. Hasta ahora mantiene la base de apoyo que le dio el triunfo en 2016, pero no se sabe si eso será suficiente para ganar su reelección. ¿Si le ayudara para ese propósito librar una guerra contra otro país la descartaría? A George W. Bush le sirvió la guerra contra Iraq en 2004 cuando buscó su reelección. Habrá que seguir muy de cerca el ambiente electoral dentro de 2 años. Trump es impredecible.
Francisco Villagrán de León

Diplomático retirado, ahora en la Universidad George Washington, en Washington DC. Sigue siempre con preocupación y con mucho interés los acontecimientos en nuestro país. Mantiene la esperanza que se fortalezcan sus instituciones y se consolide la democracia, consciente que eso tomará tiempo. Hay que contribuir a ese propósito desde espacios como gAZeta, y sobre todo hay que apoyar a los jóvenes que quieran asumir con convicciones democráticas el reto y la responsabilidad de lograrlo.
2 Commentarios
«A estas alturas, ya nadie niega la interferencia rusa a favor de Trump en las elecciones del 2016» no es una sentencia legal sino el reflejo de la opinion publica. En nuestro pais, con un bajo nivel de educacion civica es frecuente encontrar comentarios como el que se ha hecho y que muestra el nivel de confusion al que se pueden llevar los prejuicios. El hecho es que a estas alturas, el presidente Trump a anulado la conferencia con Corea del Norte para preparar su encuentro con el fiscal Mueller, segun su abogado personal. Solo faltaria que Jacobo Vargas Foronda me acuse de comunista….
Lamento tener que contradecir a Francisco Villagrán de León, cuando afirma que “a estas alturas ya nadie niega la interferencia rusa a favor de Trump en las elecciones del 2016.
Afirmar esa supuesta “interferencia” sin pruebas concretas es altamente insensato, sobre todo proviniendo de alguien que ha dedicado, prácticamente, su vida al quehacer tras bambalinas de la diplomacia y se considera un experto en asuntos internacionales.
Hasta el momento, no se han mostrado pruebas contundentes que demuestren que el Kremlin organizó, autorizó y apoyó la realización de una actividad de esa naturaleza. Además, es conocido que siempre debe haber, lo que llaman, el motivo. También, en el motivo se considera “el beneficio, la ganancia”, que espera obtener quien ejecuta, digamos un crimen. Para el caso, ¿cuál debe suponerse es el beneficio, ganancia, que Rusia obtuvo con la llegada a la presidencia de Trump?
Y para concluir, afirmando que toda esa alaraca alrededor de la “interferencia rusa” en las elecciones estadounidenses, no es más que una falsa idea con fines políticos para presentar al imperio estadounidense como víctima del peligroso Oso Ruso. Y no es casual, que ahora en el proceso electoral mexicano, ya han salido los griteríos de “la interferencia rusa y su apoyo para que gane AMLO.
Es lamentable que a tan asquerosa falsedad se le quiera vestir con un ropaje de algo realizado sim prueba alguna que lo demuestre.
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