Marco Vinicio Mejía | Política y sociedad / TRAZOS Y RETAZOS
La primera etapa del fraude era evitar la participación de Thelma Aldana y que el MLP (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) tomara posición democrática en el Congreso de la República como fuerza política, así, lo redujeron a una diputada.
La segunda etapa inició al atacar a Codeca. Asesinaron a tres defensores de derechos humanos y de la Madre Tierra para intimidar. Energuate incrementó la tarifa de energía eléctrica para echarle la culpa a Codeca. En varias papeletas no apareció el MLP. En las que estaba, el logo era más pequeño, favoreciendo a los demás partidos. A eso se sumó la compra de votos, entrega de cupones, acarreo de personas, sin que el TSE hiciera algo.
Los promotores del gran fraude electoral en sus primera y segunda etapas son el embajador de Estados Unidos, Luis E. Arreaga-Rodas, y el ministro consejero, David Hodge. John Beed, director de USAID, había donado equipo de cómputo de última tegnología, incluyendo software, aceptado por Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Stephen J. Posivak, Nicole DeSilvis, Todd Drennan y Kent Brokenshire tuvieron reuniones con el Cacif, Israel y OEA para formar equipos de «observadores nacionales e internacionales» que avalaron el proceso electoral.
El 16 de abril de 2019, el TSE adjudicó a Datalogic Systems (DS) un contrato por 262 mil quetzales para el soporte de las elecciones generales del 16 de junio. La Contraloría General de Cuentas señaló a DS de colusión para obtener contrato en Renap. El magistrado presidente, Julio Solórzano, aprobó el contrato 43-2019 con DS, encargada de seguridad informática del TSE. Dicho contrato fue publicado en Guatecompras, 8 días antes de las elecciones del 16 junio.
Los objetivos del fraude electoral son garantizar la continuidad de la política antiinmigratoria de Estados Unidos y su control geopolítico en Guatemala. Acabar en definitiva con la única fuerza de oposición antiestadounidense, el Movimiento para la Liberación de los Pueblos, surgido desde la organización campesina, con crecimiento rápido y difícil de controlar con métodos tradicionales.
El otro objetivo es asegurar que los partidos políticos intermedios se hicieran con espacios en el Congreso y en el poder local. En ese marco, se premió a la izquierda tradicional con unos escaños en el Congreso y en el Parlacén, para mantenerlos controlados y satisfechos.
Frente al fraude electoral, la opción democrática y legal es resistir con el voto nulo. Está regulado por los artículos 203 Bis y 210 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Este cuerpo legal no se refiere a las «dos vueltas» de las elecciones presidenciales. Esas son las «segundas elecciones presidenciales», reguladas en los artículos 196, 197, 201 y 223 de la Ley Electoral; 50, 69, 121 y 122 del Reglamento de la Ley Electoral; 14 y 19 del Reglamento de Medios de Comunicación.
La opción en las segundas elecciones (segunda vuelta) es votar nulo, que debe ganar por mayoría absoluta (50+1) del total de votos válidamente emitidos. Los que no cuentan son los votos en blanco. Si prevalecen los votos nulos y declaran la nulidad de las segundas elecciones, se aplicará el artículo 210 de la Ley Electoral, repitiéndose por «única vez» en octubre.
El artículo 121 del Reglamento de la Ley Electoral establece que la calificación de elecciones realizadas para presidente y vicepresidente de la República se hará en resoluciones independientes que dictará en TSE cuando, en primera elección, una planilla obtenga, por lo menos, la mitad más uno de los votos válidamente emitidos. En todo caso, cuando en la segunda elección una de las dos planillas obtenga mayoría relativa, y la de repetición de elección en los casos que procediere, si el voto nulo obtuviere la mayoría señalada por la Ley.
Marco Vinicio Mejía

Profesor universitario en doctorados y maestrías; amante de la filosofía, aspirante a jurista; sobreviviente del grupo literario La rial academia; lo mejor, padre de familia.
Correo: tzolkin1984@gmail.com
Un Commentario
Muy bien fundamentado el artículo. Espero lo lean todas aquellas personas que han salido con la cantaleta de que “hablar o mencionar algo sobre fraude electoral es estar aliados o apoyando a las fuerzas reaccionarias, extrema derecha y contrainsurgentes”. El proceso electoral fraudulento no puede negarse. Quienes se presentan como oponentes del enlodado y vinculado a ejecuciones extrajudiciales, las cuales tengo bastantes fundamentos para afirmar que los reos fueron asesinados en Pavón por haber sido parte de una seria investigación in situ, el tal Giammattei, y que silenciosamente están apoyando a ST-UNE, sin decirlo, están visualizando posibles fuentes de empleo y eso no les permite ver todo el bosque y hacia donde están empujando a Guatemala. La enorme y seria dificultad, de triunfar el voto nulo, es ¿Cómo garantizar que el disque TSE lo va a reconocer, si aparte de que vuelven a usar el mismo sistema de cómputo con la participación e intervención de gringolandia, el antecedente de adjudicar cargos sin el tan cacareado show de revisión de actas, son los mismos personajes ya cocinados en la olla imperial? Veamos si la población votante a tomado conciencia política, social, consecuente con las necesidades y urgencias de cambio en Guatemala.
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