Violencia contra las mujeres en la política

Mirna Ramírez Pérez | Política y sociedad / HETAIRAS

La participación de las mujeres en instancias de poder político y la toma de decisiones es aún muy limitada, por lo que sigue siendo inequitativo el ejercicio del poder en cualquier ámbito, ya sea en lo local, nacional o internacional.

Las mujeres como sujetos políticos carecen en la práctica de una posición de igualdad real, a pesar de las luchas que por muchos años han realizado en su diversidad, en todo el mundo, en todos los ámbitos, en todas las épocas, en todos los lugares, en la calle, la fábrica, la casa…

Ejercer una ciudadanía plena es cuesta arriba para todas las mujeres. Llegar a puestos donde ellas puedan ejercer el poder va precedido de grandes batallas, diversas por supuesto, pero batallas al fin.

Para ilustrar, hago referencia al caso de dos magistradas. Una de ellas, recién entregó el cargo de presidenta en el Tribunal Supremo Electoral y la segunda, ejerce su profesión en la Corte Suprema de Justicia. Ambas profesionales con amplia experiencia como abogadas, pero sobre todo con un trabajo exhaustivo como defensoras de los derechos humanos, principalmente de los derechos de las mujeres.

Las dos profesionales han sufrido violencia política, los funcionarios a su alrededor, con investiduras similares, las acosan laboral y profesionalmente, las discriminan, las marginan, las excluyen de la toma de decisiones importantes. Pero, lo más grave es que las vigilan y muy sutilmente las designan a actividades irrelevantes fuera de sus recintos de trabajo, cuando hay sesiones o reuniones donde es vital su opinión y el voto que ellas puedan emitir.

La violencia y el acoso políticos contra las mujeres revisten particular gravedad cuando son perpetrados por autoridades públicas, los dos casos que se ilustran, son una pequeña muestra de la magnitud que tiene este problema, que abarca todas las esferas de la sociedad.

Algunas estudiosas están posicionando el concepto de violencia contra las mujeres en la política, como un fenómeno independiente de la violencia contra los políticos y la violencia en la sociedad en general. Aunque estos dos fenómenos pueden, sin duda, estar dirigidos contra las mujeres, la violencia contra las mujeres en política tiene la motivación específica de buscar restringir la participación política de las mujeres como mujeres, lo que la hace una forma distinta de la violencia, que afecta no solo a la víctima individual, sino que comunica a las mujeres y a la sociedad que las mujeres como grupo no deberían participar en política. (Mona Lena Krook y Juliana Restrepo Sanín, Violencia contra las mujeres en política: En defensa del concepto).

La violencia contra las mujeres en la política sirve para reforzar los roles de género y se manifiesta con una alta hostilidad hacia las mujeres en sus roles de liderazgo.

Acciones de desprestigio, señalamientos por su físico, su edad, su orientación sexual, entro otros, son utilizados actualmente en las redes para deslegitimar o excluir a las mujeres como actoras políticas.

La violencia contra las mujeres en la política es un término nuevo con una vieja carga. Guatemala es uno de los países que aún no visualiza la necesidad de poner atención en este tipo de violencia. Vale la pena tratar de aportar para deshacernos de esa carga, además de inventar y construir nuevas posibilidades, las guatemaltecas y todas las mujeres que están ejerciendo su derecho a participar en política lo necesitan.


Fotografía por Mirna Ramírez.

Mirna Ramírez Pérez

Mujer, feminista, defensora de los derechos de las mujeres, tomo la palabra para denunciar este sistema opresor, patriarcal, racista, discriminatorio. Le apuesto a encontrar, de a poquitos, los resquicios para destruir ese sistema y construir el que posibilite la inclusión de todas y todos.

Hetairas

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