¿Qué perdió la vida? Hoy la sociedad se encuentra en una constante búsqueda, una incesante pesquisa de algo que se escapó y no sabemos qué fue. La revolución, la academia; en alguna época fueron la ilusión para recuperar, construir un mundo mejor, sin embargo, como bien aduce el tango «Hay caminos del destino intransitables… Hay recuerdos de amor inolvidables… ¡Y hay vacíos imposibles de llenar!».
Ante esto, el único acto capaz de llenar por lo menos por un instante este vacío es el cogito capitalista «compro luego existo».
La filosofía del mercado ha modificado las estructuras sociales, dando el carácter de moldeable, el hedonismo es la premisa que el marketing impone mediante la publicidad. Este aspecto ha llegado a las instituciones sociales como la universidad, dando como resultado un detrimento de la producción intelectual y olvidando por completo la artística.
«(…) con el advenimiento de esta modernidad líquida. Los individuos son al a vez vendedores y artículos en venta: todos ellos habitan un mismo espacio social que conocemos como mercado y las visiones del mundo hechas a la medida del mercado invaden la red de relaciones humanas» (Bauman).
La educación no escapa de esta visión del mundo, donde todo debe ser creado a la medida, ¿qué significa? Todo debe ser al gusto de los sujetos, acorde a lo que pide, necesita, y sobre todo «el cliente siempre tiene la razón». Veamos cómo opera esto en la realidad.
En el ámbito local, algunas iglesias crearon como por un acto milagroso «universidades» no autorizadas, la oferta de títulos sin complicación ni esfuerzo resulta una propuesta atractiva para aquellas personas que pretenden obtener el mayor beneficio al menor costo, personas que ejercían puestos públicos, entre otros, no dudaron en acudir a este llamado del tipo «tómalo suave», «vive ahora» .
Universidades falsas según el Consejo de la Enseñanza Privada Superior. Estos actos de estafa, si bien son deplorables, resultan aún más todas aquellas personas que atendieron a dicha convocatoria; esto es una clara muestra de cómo la empresa opera. Gradúate sin perder tiempo, sin esforzarte, licenciaturas en administración, teología, comunicación y música, las personas sedientas de riqueza aprovecharon para lanzar el anzuelo y captar un importante flujo de capital; olvidando los procesos de formación, que son de vital importancia para las sociedades. Esta situación tristemente tendrá un crecimiento en los años venideros, supongamos entonces que habrá muchos profesionales pero escasos intelectuales. Las personas que busquen obtener certificaciones de nivel superior en estas instituciones además de vivir engañados estarán incurriendo en delitos.
Pero esto va más allá de una cuestión legal, «La ya flagrante y aún creciente “blandura” y flexibilidad de los modernos “hechos sociales” líquidos es de mucha ayuda a la hora de emancipar la búsqueda del placer de sus pasadas limitaciones (hoy censurables por irracionales) y abrirla completamente al a explotación del mercado» (Bauman). Si bien es cierto, estas instituciones falsas ofrecen disminuir los esfuerzos, las frustraciones producto de los procesos de aprendizaje; las instituciones legales también presentan esta inserción de la «vida de consumo». Hoy la preocupación de muchos docentes es ofrecer el mayor goce posible a los estudiantes. «El político de nuestros días si quiere conservar su popularidad está obligado a dar una atención primordial al gesto y la forma, que importan más que sus valores convicciones y principios» (Bauman), lo mismo sucede con el docente, preocupado más por obtener la aprobación de los estudiantes, asignando una calificación elevada u operando por medio del carisma (como forma de dominación para Weber). La forma de abordar a los sujetos es entonces lo fundamental, no importa si plagian trabajos, un «no lo vuelva hacer», o hacer una omisión total de dichos actos procede si lo que se busca es tener una «convivencia adecuada», lo primordial es que el sujeto se sienta pleno; dichoso.
Este cuidado por la forma, este miedo de perder un trabajo, conlleva a una completa flexibilidad dentro del proceso educativo, no obstante las consecuencias a largo plazo serán dañinas, porque se necesitan desarrollar procesos serios de pensamiento, sobre todo en una institución de carácter superior. No se está en contra de los juegos y los beneficios que de estos pueden adquirir los niños, el contraste se manifiesta cuando aplicamos o reducimos el proceso de aprendizaje «superior» a actividades lúdicas.
Sobre todo porque a esta edad se han tomado decisiones y se ha visualizado que la carrera seleccionada genera en los sujetos el interés debido. En este caso, en un profesorado en lenguaje, reducir la función de intelectual del docente a un motivador personal, siguiendo la psicología industrial, resulta un poco incómodo para las personas que tratan de comprender cómo se desarrolla el sistema actual y las diversas formas de dominación disfrazadas de buenas intenciones que se introducen constantemente.
Si la sociedad de consumidores opera bajo esta premisa de sutilidad y placer, las nuevas ideas pedagógicas pretenden seguir estos lineamientos; el ahora es lo único que importa. No concierne el mañana, todo se enfoca en vivir el ahora y vivirlo de forma placentera, como expresa Eslavoj Zizek «estamos obligados a gozar», siguiendo la razón de una sociedad de consumidores «los bienes adquiridos no eran para su consumo inmediato, muy por el contrario, estaban pensados para que no se dañen ni se devalúen y permanezcan intactos» (Bauman). Hoy se piensa en el goce inmediato. Instantáneo. En la educación reproductora no importa el esfuerzo y las posibles habilidades a desarrollar, lo que interesa es una calificación elevada, cuestionar a los sujetos en formación resulta de lo más incómodo para ellos, por tal razón, lo que genera incomodidad, lo que obstaculiza el placer instantáneo debe ser eliminado, destruido. «En ese mundo, el verdadero sentido de la libertad no está en alcanzar lo que se desea sino en deshacerse de lo indeseado» (Bauman).
Muchos profesores se enfrentan entonces al dilema, educar como proceso crítico, entiéndase de todos los procesos que se influyen en las instituciones educativas y la vida de las relaciones globales que hoy determinan las dinámicas locales; o simplemente ser un amigo más de los sujetos en formación.
Alagar a los estudiantes, ganárselos, para no tener críticas, y que estos comenten lo «buena onda que es», «tan lindo (a) su modo». «Elevan al comprador al noble halagador rango de sujeto soberano, incuestionado e incuestionable».
Puntos por prestigio, obediencia por permanecer en una institución y no ser cuestionado; si la educación sigue este esquema de operación, si se eleva al estudiante a la categoría de incuestionable, la tarea docente será innecesaria, el trabajo intelectual desplazado por manuales técnicos.
El docente, como en otras periodos históricos, afronta nuevos peligros, pero cualquiera que estos sean deber recordar lo siguiente: «Nunca he dado públicamente un paso que no me comprometa. Tal es mi criterio de acción» (Nietzsche) .
No se crítica el deseo, sencillamente se pone en evidencia que esta vida ahorista nos manifiesta qué desear y las opciones de satisfacer estos deseos no generan la tan anhelada saciedad.
Considerando lo anterior, los procesos educativos deben someterse a procesos de rehabilitación debido a las diferentes lesiones sufridas, introducir procesos isométricos, isotónicos, será necesario si pretendemos dar un giro a la educación mimética.
Para finalizar, no podemos remitir la práctica educativa a una arquitectura preestablecida, por el contrario, es una ciudad con distintas arquitecturas. «Nuestro lenguaje puede verse como una vieja ciudad: una maraña de callejas y plazas, de viejas y nuevas casas, y de casas con anexos de diversos períodos; y esto rodeado de un conjunto de barrios nuevos con calles rectas y regulares y con casas uniformes» (Wittgenstein).
Bibliografía:
Bauman, Z. (2007). Vida de consumo. México: Fondo de Cultura Económica
Nietzsche, F. (s.f.). Ecce Homo.
Wittgenstein, L. (s.f.). Investigaciones filosóficas.
Omar Leiva López

Músico, licenciado en Pedagogia por el Centro Universitario de Occidente, estudios de Maestria en Antropologia Social. Giras academicas por México D. F., Instituto de Filosofia de La Habana, Cuba. Actualmente, profesor en el Centro Universitario de Occidente en carrera de Pedagogía, también ha sido profesor en el Centro Universitario de Totonicapán.
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