USAC: por una universidad que recobre sus raíces

Rafael Cuevas Molina | Política y sociedad / AL PIE DEL CAÑÓN

La Universidad de San Carlos se encuentra sumida en una aguda crisis. Es una crisis que se ha venido gestando desde hace varios años, con causas que tienen que ver con la institución misma, pero que también responde a razones que van más allá de ella.

En primer lugar, debe mencionarse el impacto que tuvo en la universidad lo que conocemos como los años de la guerra. Desde los años 70 del siglo XX, la USAC se transformó en verdadera conciencia lúcida de la nación, asumiendo un papel de denuncia de las atrocidades cometidas por los regímenes autoritarios y represivos que se sucedieron, y de apoyo de la resistencia popular en sus más diversas expresiones.
Este papel le costó muy caro. Como es conocido por todos, cientos de estudiantes, profesores y administrativos fueron asesinados, desaparecidos, o tuvieron que marchar al exilio, y su campus central fue intervenido por fuerzas militares como si de un bastión de guerra se tratara.

Esta situación tuvo repercusiones importantes al interior de la universidad. Como institución asediada, de la que muchos de sus cuadros más comprometidos se esfumaron, vio cómo se resentía su calidad. Grupos oportunistas y mediocres se fueron posicionando paulatinamente en distintas instancias estudiantiles y de la administración universitaria. Bandas de delincuentes y mafiosos coparon áreas relevantes del quehacer universitario en donde podían obtener lucro personal.

La reforma constitucional que le permitió a la USAC tener poder de decisión en la elección de autoridades del aparato de Estado fue otro factor que incidió negativamente. En ese ambiente de creciente oportunismo y corrupción, tener incidencia en esas instancias decisorias abrió el portillo para que la decadente dinámica de la política nacional fuera aprovechada para beneficios particulares y de grupos específicos.

A partir de los años 80, otro elemento del contexto ya no solo nacional sino internacional tuvo también incidencia creciente: la implantación del modelo neoliberal como parte del Consenso de Washington. El neoliberalismo tiene una clara concepción del papel de la educación, y de la educación pública en particular, en el contexto social. Apuesta porque sean las fuerzas del mercado las que determinen la orientación de la formación universitaria, y porque la lógica que las rige prevalezca en su interior. Esta tendencia es universal, y en cada país se va concretando de forma particular en función de sus propias especificidades. En Guatemala, se conjugó con una institución con las condiciones antes someramente descritas, lo que ha dado como resultado el creciente empoderamiento de sectores mafiosos que han visto en el proceso de macdonalización de la educación una oportunidad para sus negocios.

El proceso de descomposición de la Universidad de San Carlos ha encontrado obstáculos importantes en los últimos años. Quienes han tomado la vanguardia de la denuncia y acciones contra él han sido los estudiantes. No enumeraré los hechos porque todos los conocen. Sus esfuerzos han sido importantes, pero no son suficientes. Debe formarse un movimiento similar entre los docentes y personal administrativo. Formarse un amplio frente que limpie a la institución y apueste por volver a las raíces. De otra forma, la USAC seguirá cooptada por personajes como su actual rector y todo el zancudero que lo rodea, llevando a la tricentenaria al despeñadero.


Rafael Cuevas Molina

Profesor-investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica. Escritor y pintor.

Al pie del cañón

Un Commentario

Eduardo Rafael Vital Peralta 02/09/2019

En mi ponencia sobre la reforma universitaria presentada en 2014 en puerto Vallarta en el marco de la X reunión de la Suela hago estos mismos señalamientos.

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