Un pie en la modernidad y otro en lo tradicional

Olga Villalta | Política y sociedad / LA CONVERSA

En el artículo anterior escribí sobre la dificultad planteada por adolescentes, quienes manifiestan que los adultos no las escuchan. Que ellas desean estudiar, superar la situación en que viven y lograr una vida mejor, libre de violencia. Esta semana, la organización IncideJoven, que trabaja con jóvenes en temas de derechos sexuales y reproductivos, presentó la investigación Encrucijadas: entre lo tradicional y lo moderno, la cual contiene los resultados de un análisis sobre la situación de las/os adolescentes urbanos respecto a la construcción de su identidad de género, las condiciones de violencia y su relación con los embarazos en las niñas y adolescentes.

Los hallazgos de la investigación evidencian, una vez más, que las/os jóvenes ven estos problemas desde los patrones heredados por un sistema patriarcal que proporciona privilegios a los varones y sometimiento a las mujeres. Paralelo a los estereotipos y prejuicios que aún permanecen en ellos, se puede vislumbrar que hay una búsqueda de estas/os jóvenes para construir nuevos imaginarios.

Me llama la atención algunas de las conclusiones. Una de ellas afirma «la construcción de la identidad de las mujeres y hombres jóvenes continúa basándose en normas y creencias que impiden el ejercicio pleno de la autonomía de las mujeres». Este hallazgo es importante, porque tendemos a creer que todo ha cambiado, que ahora las/os jóvenes todo lo «saben» y ya no piensan igual que sus madres o abuelas. La investigación demuestra que los cambios culturales no van de la mano de los cambios tecnológicos. Aunque la comunicación haya avanzado a pasos gigantescos, los mandatos de género siguen persistiendo.

El documento continúa señalando que las mujeres que participaron en el estudio siguen definiendo su ser mujer a través del rol reproductivo. Esto significa que para los adultos que las rodean, ellas, tarde o temprano, deberán ser madres. El mandato de género es que la maternidad es un destino para las mujeres y no una opción en la vida.

En los jóvenes entrevistados se pudo constatar que su autoidentidad está basada en el yo, en lo que quieren para ellos. Ellos son el centro de sus vidas. El encuentro entre mujeres y hombres jóvenes no ha cambiado, en ellas/os hay una asimetría de poder. Por un lado, encontramos a las jóvenes con sentimientos confusos, bailando entre la búsqueda de protección (imaginario heredado) y la libertad que ahora les da el acceder a los estudios y otros ámbitos que estaban vedados a sus madres y abuelas. Por el otro lado, los jóvenes se sienten empoderados por ser parte del cuerpo colectivo masculino, que considera tener derecho sobre los cuerpos de las mujeres. Esto evidencia que a nivel educativo se tiene que profundizar más en temas de derechos humanos.

A pesar de ello, cuando en la investigación las/os jóvenes plasmaron sus deseos o sueños, ambos sexos manifestaron que querían ser profesionales, viajar y tener mejores condiciones de vida. En esos sueños no apareció el deseo de ser papá o mamá.

Otro elemento interesante en esta investigación es la presencia de la violencia en su vida cotidiana, en sus casas y en su entorno comunitario. Esta situación les provoca estrés y buscan huir de esas situaciones, una posible salida es establecer una vida en pareja, lo cual complica mucho más sus vidas, trunca sus sueños y estudios.

El Ministerio de Educación tiene la responsabilidad histórica de implementar en todo el sistema educativo la educación integral en sexualidad, para que las/os jóvenes puedan adquirir herramientas emocionales para la vida, dibujen su proyecto de vida y puedan alcanzar los sueños que albergan.


Olga Villalta

Periodista por vocación. Activista en el movimiento de mujeres. Enamorada de la vida y de la conversación frente a frente, acompañada de un buen café.

La conversa

Un Commentario

Quetzali Cerezo 09/11/2018

Felicitaciones Olga! Leo tus artículos de manera regular y me parecen muy asertados! No cabe duda que la EIS es una deuda pendiente que este país le tiene a las niñas, niños y jóvenes. A más EIS, más empoderamiento y más prevención!

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