-Gabriela Carrera / FÍJESE USTED–
Sé que soy privilegiada. En este lugar favorecido en el que me encuentro, lleno de contradicciones y de desigualdades, me he cuestionado si la política es un medio para la transformación en Guatemala. Con más desencanto y rabia desde el 8 de marzo, luego del horror. Siempre he creído que sí, fíjese. La historia lo ha dicho; los hombres y mujeres que he admirado, lo aseguran. La pregunta se mantiene y pienso, siendo honesta conmigo misma, que siempre vale la pena revisar aquello que he dado por sentado.
Dudo. Aprender a resistir no es fácil. Saber cómo y porqué no se debe bajar la guardia en este país, ni cruzar los brazos frente a esta realidad, es la formación de toda persona con código telefónico +502. No solo hay segunda convocatoria, la retranca es todos los días, porque todos los días hay una razón para botar el curso de “Política Nacional Actual”.
No es tan fácil tampoco cuestionar la realidad de clase, de privilegio: tener un carro, un trabajo estable, seguir estudiando, salir un par de noches a la semana, comprar un gusto, regresar a la casa y antes de dormir abrir la refri para comerse el chocolatito artesanal. Es decir, no es sencillo ser privilegiado, que todo esté bien y encontrarle sentido a la política frente a la cuasi imperante derrota. No es poca cosa cuestionar el poder cuando se tiene todo. ¿Animarse a la acción -individual y si es colectiva mejor-, cuando las posibilidades de que algo realmente bueno suceda para el país? Por bueno, digo democrático, respetuoso del bien común, claro de lo que significa para más de 14 millones de vidas un gesto de dignidad en la política.
Entonces te miran a los ojos, te dicen que han visto en ellos esa necedad por querer cambiar. Te dicen que todo cambio, toda transformación, debe pelearse. Te dicen que te han visto, que te han escuchado decir que se debe resistir, que se debe cuestionar los privilegios de unos y los propios para que sean las condiciones de todos. No será hoy ni mañana, tal vez sea el día que todos nos convenzamos que la política en Guatemala se abraza para resistir, para no dejar de ser dignos. Te lo dicen una noche cualquiera, sorprendiéndome. Te recuerdan quien has querido ser y quien has sido. No me permite olvidar quien soy.
Gabriela Carrera

Creo firmemente que la política y el poder son realidades diarias de todos y todas. Por eso escogí la Ciencia Política para acercarme a entender el mundo. Intento no desesperanzarme, por lo que echo mano de otros recursos de observación como los libros y las salas de cine. Me emocionan los proyectos colectivos que dejan ver lo mejor de las personas y donde el interés es construir mundos más humanos.
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