Luís Eduardo Ramírez | Arte/cultura / ¡QUÉ FUSAS!
Te doy un lugar
Te doy un lugar…
Para que camines, para que descanses.
Quiero darte ciudades Estado de nuevo,
plazas grandes para que te reunas, para que escuches a los líderes o los defenestres.
Te proyecto una banqueta ancha no solo para que camines,
para que la sombra del árbol te acompañe y en invierno también su alfombra de flores y hojas.
Te doy un lugar y te quito los no lugares, te doy un parque, altares y caminos que lleguen a los mares.
Te invito al ágora que tendrás ahora y que he pensado para ti, y todos los tuyos, te invito al espacio, que siempre has debido tener. No renuncies a él nunca más!
Te doy un lugar y no solo yo, sino todos los arquitectos y urbanistas de Guatemala.
Te doy una organización y una planificación territorial para cada una de tus regiones, para cada uno de tus pueblos y para cada una de tus ciudades.
Te doy un lugar a cambio de derribarte esos mamotretos asquerosos que te encierran, esas garitas y talanqueras… repugnantes y asquerosas, ¿qué, no lo ves? No se puede considerar ciudad a algo así, y menos barrio y menos hogar.
Te doy unas bancas y unos mobiliarios urbanos dignos, te doy color y texturas y te doy alturas en donde se pueda, te doy vistas, y mira que como darlas en un país como Guatemala, lleno de volcanes y altares naturales, un país de paisajes y del verde más verde.
Te doy un lugar para que lo tengas, para que lo camines. El lugar siempre ha estado ahí, aunque haya sido usurpado por un no lugar.
Te regalo una fantasía de Efraín Recinos, la fuerza y belleza de Vitruvio,
Un menos que es más, un balance de lo necesario.
Te doy una casa que sientas tuya, y los demás sientan suya,
que te dé la bienvenida, que no sea repetitiva.
Te doy una casa así en cualquier parte del país.
¿Dónde la quieres? ¿En Xela, en Huehuetenango, en Salamá, en Santa Rosa?
¡No descansaré hasta darte un lugar!
¡Porque para eso esta la arquitectura!
Y no se puede llamar arquitecto quien no se atreve a crear lugares, y bellos templos y altares.
Te doy un lugar sano y no uno muerto, te doy una casa viva y no una que se cae a pedazos. Te doy un edificio público que te invite a ser ciudadano.
Todo esto te daré con vanguardia o recurriendo a los órdenes: a la sobriedad del dórico, y si lo amerita a la opulencia del corintio… algunos lugares deberán ser opulentos.
Te invitare y te haré una provocación a que sueñes como Le Corbusier, que empujes modernidad como Mies Van der Rohe o Alvar Aalto.
Pasarás por un arco no solo del triunfo sino de la reflexión, ¡un arco maya!
Te daré un lugar, no lo dudes, y sé que no solo yo quiero darte un lugar.
Y con ese lugar que te daremos querrás más lugares y los tendrás.
Te doy un lugar para que disfrutes y para que tengas vida.
¿Qué es lo que tú quieres?
¿Qué es lo que tú quieres?
¿Balaustradas, de poder arquitectura?
¡Pero si no tienes la altura!
¿Qué es lo que tú quieres?
¿Triglifos y metopas,
arquitrabes y estilobatos?
¡Solo para fiestas y buenos ratos!
¿Qué es lo que sueñas?
¿Escalinatas, art déco, una villa palladiana?
¡Para tomarte fotos en la ventana!
Y pretender una personalidad de la que no eres dueña.
¿Qué es lo que tú quieres?
¿Una cueva, de madera una casa?
Pasar por un clásico sin rozar un neo.
¿De dónde viene ese vaneo?
Tú quieres palacete
por pretender, quieres escalinata, pose barata
y sales en la foto con corbata.
Tú vendes sueños falsos y quieres templos verdaderos,
y cuando mueras, quieres tu mausoleo con jónicas columnas,
sin tener idea ni de griegos, micénicos o helénicos.
Y vas con tus botas altas creyendo que son columnas toscanas.
¡Pero qué mal combinas cosas sagradas con cosas vanas!
Imagen principal por Luis Ramírez.
Luís Eduardo Ramírez

Todo lo relacionado con «el uso de los dedos y lengua» es lo mío, y cuando digo esto, me refiero al gusto por las armónicas en tonos C, D, G y A. Y claro, los instrumentos de cuerda, sean pulsadas o frotadas, además de aquellos de acción de tecla. Por otro lado, el interés por las coyunturas, las culturas y la música.
Correo: jails817@gmail.com
2 Commentarios
Te doy una casa que sientas tuya, y los demás sientan suya,
que te dé la bienvenida, que no sea repetitiva.
Te doy una casa así en cualquier parte del país.
¿Dónde la quieres? ¿En Xela, en Huehuetenango, en Salamá, en Santa Rosa?…
Excelente maestro!
Gracias! queridísimo Quique, disfruto leyéndote también! 🙂
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