¿Se perdió la coyuntura para reformar el Estado?

Jorge Mario Salazar M. | Política y sociedad / PALIMPSESTO

Un clima político sombrío se cierne sobre Guatemala. De acuerdo con los cálculos políticos que realiza José Alfredo Calderón, en la revista Crónica, la disputa entre dos sectores de la misma élite empresarial ha creado un espacio que aparenta ser de cambios y otra que defiende el statu quo. La única gracia que le ve a este proceso electoral que se avecina es la aparición de una supuesta socialdemocracia que encabezarían partidos pequeños, nuevos y desconocidos, llevando a la cabeza a Thelma Aldana y su equipo, en medio de una gran coalición.

También menciona la intención de Sandra Torres de volver a candidatear para la Presidencia, pero, asegura Calderón, sin opciones de triunfo, ya que ella representa el mayor antivoto de este mercado electoral. Es decir, desde su punto de vista, Torres Casanova no ha sido capaz de conseguir el apoyo de quienes califican y manipulan la opinión pública. Esta sería su tercera vez que intenta postularse y la UNE es el partido mayoritario de los que existen en este momento. No obstante, Sandra, si mucho, llegará a segunda vuelta. En ese preciso momento abre un escenario del cual se sorprende el mismo Calderón. En una eventual segunda vuelta entre Sandra y Thelma, ¿por quién votarán los del Pacto de Corruptos?
Sin embargo, el Pacto de Corruptos cuenta con dos ases que Calderón considera claves en este proceso, porque cuentan con reconocimiento social y un recorrido político, estos son Zury Ríos y Alejandro Giammattei, con los que el triunfo de los corruptos estaría sellando la permanencia de los militares corruptos y las prácticas del pasado para el control social. En resumen, Calderón ve una candidatura de la renovación política desde la oligarquía y el gran capital, contra tres opciones del Pacto de Corruptos.

En otra cancha muy distante, las organizaciones de pueblos indígenas de occidente agrupadas en el Consejo de los Pueblos de Occidente CPO-, se manifestaron por medio de un comunicado en el que llaman a sus representados a involucrarse en la política y no permitir que nuevamente se establezca una fuerza abiertamente impopular. En el comunicado, titulado ¡No hay lugar para poner más dolor!, hacen ver que el espacio político electoral no ha sido aprovechado y que es el momento de juntarse para la participación y para luchar por sus derechos, en una amplia agenda que abarca desde la erradicación de la desnutrición crónica que supera el 50 % de la población de niños, niñas y mujeres indígenas, hasta las demandas de los derechos sociales, culturales y ambientales, advierten que deben votar por quienes les representen y no por más fantoches ni tiranos. Esta propuesta es de rompimiento y no tendría asidero, de acuerdo con las premisas que argumenta José Alfredo Calderón, ya estaría fuera de tiempo para ser electoralmente viable.

También el filósofo Edmundo Urrutia publicó en su Facebook una honesta declaración política acerca de la coyuntura que permanece abierta y que ya llega al período electoral sin definiciones. Por lo tanto, el proceso electoral será clave para resolver esta coyuntura que permita recuperar o transformar las instituciones del Estado. Urrutia resalta el surgimiento de Semilla, el nuevo partido socialdemócrata, y del partido de Codeca, organización campesina que ha demostrado su preocupación por la situación de las grandes mayorías. Al final de su declaración, reconoce el esfuerzo por la construcción de los instrumentos de lucha electoral como una confirmación de una vocación pacifista de la población guatemalteca. Un triunfo de la razón sobre la violencia en el movimiento social.

Un nuevo resumen nos indica que los procesos de reforma y recuperación de un estado de derecho, en el sentido estricto de lograr una administración pública funcional y proba, funcional para los objetivos de las élites empresariales y para la política de EE. UU., depende de un proceso electoral en el que hay una ventaja para el modelo de la «vieja política» y las nuevas opciones, junto a las organizaciones que impulsan las reformas de Estado, apenas son esbozos. Entonces el peligro es que si no se gana arrasadoramente en primera vuelta, los corruptos volverán a entronizarse con toda la legitimidad.

En ninguno de los análisis se identifican los actores como de derecha o izquierda, lo cual, desde ya, significa que la tendencia política de los revolucionarios no es significativa en el escenario preelectoral. Tanto URNG como Convergencia son esfuerzos marginales, ya que aportan poco en término de votos (8 %) y sus alternativas serán de carácter parlamentario y municipal para mantener sus espacios reducidos. Se oyen declaraciones fundamentalistas que exigen no acercarse a las propuestas de unidad de acción de los grupos proreforma, ya que Doña Thelma Aldana ha marcado su espacio como «derecha progresista».

El trabajo de fragmentación política y social propiciado desde el poder real muestra su efectividad, ya que serán beneficiados en cualquiera de los casos de posibilidad electoral. Cualquier tendencia de rompimiento político y del modelo económico están aislados, neutralizados y dislocados de la lucha por el poder. Parafraseando a Edmundo Urrutia, la razón nos indica que habría que apoyar las reformas y un programa de transición para desmontar el Estado fallido.


Imagen tomada de Kaosart.

Jorge Mario Salazar M.

Analista político con estudios en Psicología, Ciencias Políticas y Comunicación. Teatrista popular. Experiencia de campo de 20 años en proyectos de desarrollo. Temas preferidos análisis político, ciudadanía y derechos sociales, conflictividad social. Busco compartir un espacio de expresión de mis ideas con gente afín.

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