Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / PUNTADAS SIN DEDAL
La evangelización es uno de los cinco ministerios que quedaron establecidos desde el principio de la iglesia cristiana. El apóstol Pablo fue un misionero, y en sus cartas menciona la importancia de evangelizar. Él mismo fue un evangelizador.
En los últimos dos siglos, muchas iglesias cristianas enviaron misioneros a otros continentes como África, Asia y Oceanía. Generalmente, los enviados fueron personas que trataron de implementar principios cristianos a pueblos con tradiciones religiosas ajenas. Por ejemplo, se evangelizó a budistas, mahometanos, a paganos de religiones primitivas en el África y en general a ateos.
Hoy día ese gran esfuerzo casi no se está haciendo. Para muchas iglesias, el campo misionero ha caído en desuso. En la actualidad, hay gran cantidad de denominaciones cristianas que no están evangelizando. Evangelizar es una indicación muy clara que dejó establecida Jesús para todos los creyentes. Es comprensible que algunas iglesias hayan desistido de realizar la gran comisión, como consecuencia de su falta de «poder» espiritual, mencionada en textos anteriores.
Es difícil que sin señales y prodigios resulte atractivo, para una persona no convertida, considerar el cambio hacia el cristianismo. Al fin y al cabo los budistas o mahometanos basan sus doctrinas en escritos que han estudiado por generaciones, muchos de sus escritos contienen principios morales semejantes a los que contienen las escrituras cristianas. Actualmente la evangelización se hace presentando las escrituras.
El crecimiento que han tenido hoy día algunas iglesias cristianas, es más una rapiña de fieles que una evangelización. Se le llama evangelizar al esfuerzo por trasladar a los fieles de una iglesia cristiana a otra iglesia, también cristiana. En vez de buscar a personas que no hayan sido convertidas al cristianismo, lo que se busca es presentar mejores interpretaciones del Evangelio. En ese sentido, algunas iglesias se han esmerado por escudriñar las escrituras. Hay grupos que se han convertido en verdaderos expertos en Biblia.
Lo que presentan finalmente son doctrinas diferentes que sirven de base para el convencimiento de los creyentes cristianos, que ya se congregan en otras denominaciones. Algunas iglesias tratan de presentar sus reflexiones y doctrinas mediante la visita de casa en casa a familias que ya tienen alguna cimentación cristiana. Otras lo hacen predicando en parques públicos y en centros de afluencia.
Muchas veces, el esfuerzo por presentar doctrinas exóticas tiene como único propósito engrosar las filas de sus congregaciones, cuyo fin último es tratar de acaparar los diezmos y ofrendas de los prosélitos que logren reclutar.
Una reflexión interesante es tratar de comprender la razón por la cual, teniendo la misma Biblia como base, hay tantas doctrinas diferentes. Algunas denominaciones han desarrollado puntos doctrinales que se contrapuntean con las doctrinas de otras iglesias también cristianas. Inclusive hay doctrinas que presentan conclusiones muy alejadas de lo que literalmente se puede interpretar de la lectura de la Biblia.
Muchas iglesias no están buscando febrilmente el cumplimiento de la gran comisión, ya que lo que se ha venido llamando evangelización es la presentación de argumentos atractivos a creyentes que de alguna manera ya se estaban congregando en otras denominaciones cristianas. Esto se hace con el propósito de sacarlos de sus congregaciones, para llevarlos a su cobertura espiritual.
La evangelización es un ministerio que, en general, se practica muy poco. Cuando alguna iglesia toma acciones para evangelizar, comúnmente, toma decisiones erróneas en cuanto a la manera de implementarla. Visitar en su casa a personas que no son verdaderos necesitados es un esfuerzo relativamente inútil. Si por el esfuerzo de visitas fuera, todo el mundo se habría volcado hacia las iglesias que visitan de casa en casa.
Jesús dijo que había venido por los afligidos. Por los pobres. Por los quebrantados de corazón. Para dar libertad a los cautivos. Y para poner en libertad a los oprimidos. La oportunidad real de evangelizar se presenta cuando alguna persona está pasando por una gran aflicción.
Es probable que en su lecho de enfermo una persona que se haya alejado de los principios cristianos vuelva sus ojos a Dios. Ante un inminente divorcio es probable que un necesitado vuelva su corazón hacia su creador. Quien tiene un hijo drogadicto es proclive a conocer los caminos de Dios, de los cuales se había apartado.
El señor Jesucristo lo sabía y por esa razón se enfocaba a los necesitados. Sin embargo, Jesús lo hacía con «poder». Daba señales como convertir el agua en vino. Multiplicar los panes. Caminar sobre las aguas. Sanar leprosos. Dar vista a los ciegos. Resucitar muertos y tantos otros milagros. La iglesia primitiva también tenía ese poder espiritual y también hacía milagros.
No es suficiente tener el mensaje correcto del Evangelio. Las iglesias se enfrentan a las fortalezas satánicas, que también tienen su cuota de poder. Los obstáculos para evangelizar se comienzan a presentar cuando el esfuerzo se hace sin el «poder que solamente el Espíritu de Dios puede impartir». La consecuencia final de esta falta de evangelización es el poco crecimiento real que tiene el cristianismo en relación a otras doctrinas extrañas, como el islam o el yoga.
Fotografía tomada de Acontecer cristiano.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas, INCAE 1976. Autor de 9 libros (tres aparecen en Google). Autor de 50 artículos (24 en gAZeta, Guatemala 2018; 20 en revista Gerencia, Guatemala 1994-95). Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
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