Nery R. Villatoro Robledo | Política y sociedad / HECHOS E IDEAS DE NUESTRO TIEMPO
La arremetida de la derecha y las mafias contra la Universidad de San Carlos (USAC) fue un proceso paulatino, pero eficaz. Al mismo tiempo que la represión de las décadas de 1970 y 1980 dejó su huella persiguiendo, ejecutando extrajudicialmente y desapareciendo a miles de profesionales, trabajadores y estudiantes sancarlistas, la derecha y las mafias fueron ganando terreno hasta llegar a controlar muchos ámbitos de la vida universitaria. El movimiento estudiantil fue uno de ellos.
Durante los años más álgidos y duros de lucha política en contra de la dictadura oligárquico-militar, profesionales, estudiantes y trabajadores jugaron un papel significativo. Basta recordar la importancia que tuvieron la Escuela de Orientación Sindical, la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y el sindicato de trabajadores, y la suerte que corrieron decenas de sus miembros. Entre tantos documentos y libros que recogen los efectos de la represión en la USAC, Guatemala 80, Conventos, aulas y trincheras: la ilusión por conservar (de Virgilio Álvarez), y Hace 25 años, vos dónde estabas, informan del papel de la comunidad sancarlista en esos años de lucha y de los cientos de universitarios y universitarias asesinados o desaparecidos. Muchos hechos represivos se recogen en el informe del REMHI y en el de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, cuyo informe especial sobre la represión en la USAC desapareció durante la rectoría de Jafeth Cabrera, hoy vicepresidente de la República.
La USAC fue despojada de muchos de sus mejores docentes, intelectuales, trabajadores y estudiantes, que fueron asesinados, desaparecidos o exiliados. La derecha y las mafias fueron tomando la Universidad. La AEU, asociaciones y comités de huelga de distintas unidades académicas no escaparon de ello. Personajes clave en la cooptación de la asociación de estudiantes fueron Jorge Mario García, alias «Guiligan» (eferregista que por más de 20 años se ha sentado como representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario), y los «gatos» de la EFPEM, al frente de una estructura francamente criminal.
Me refiero a lo anterior por lo siguiente: primero, los problemas y la descomposición que ha alcanzado la USAC hoy no son por una simple inercia; son resultado de su cooptación por la derecha y las mafias, dirigida desde el Estado. Segundo, es necesario tenerlo presente para comprender la lucha que de unos años para acá se da entre esos grupos oscuros que buscan seguir controlando la Universidad y quienes desde distintos espacios pujan por recuperarla, algunos de ellos sobrevivientes a la ignominia y la represión que hoy están al frente de algunas unidades académicas desde las cuales hacen una significativa labor de dirección, docencia e investigación. Los primeros frutos están a la vista.
La decadencia de la Huelga de Dolores, convertida en medio de lucro por esas mafias, debe verse como efecto de esa cooptación. Manifestaciones de ello son lo que ocurrió en el contexto de la última Huelga de Dolores y, previo a ello, las acciones violentas protagonizadas por grupos afines a esa estructura mafiosa en la Facultad de Derecho, en el marco de las últimas elecciones para la asociación estudiantil y del desconocimiento del comité de huelga controlado por esos grupos.
Los hechos del viernes 23 de marzo, cuando un grupo de mafiosos armados, con amenazas, expulsó del Paraninfo a estudiantes que se preparaban para el desfile bufo y los carteles anti AEU y ofensivos hacia su secretaria general, Lenina García, solamente pueden entenderse en ese contexto, como parte de la resistencia de las mafias a perder los espacios desde los cuales han hecho negocios ilícitos y cometido cualquier cantidad de barbaridades. Una resistencia profundamente machista y misógina que retrata a esos grupos de cuerpo entero: mafiosos, vándalos, corruptos, misóginos.
Al final, las mafias terminaron controlando el desfile bufo y los grupos amenazados prefirieron no participar. Eso explica por qué el desfile, salvo dos o tres grupos, estuvo desprovisto de lo que le ha dado sentido y ha caracterizado: la crítica y la sátira políticas. Este año, más que otros, fue lo soez por lo soez cargado de una misoginia y un discurso anti AEU irracionales y viscerales.
Muchas de esas acciones son delictivas. La agresión a estudiantes de Derecho, la expulsión de los estudiantes que se encontraban en el Paraninfo y la agresión contra Lenina García son actos constitutivos de delito que el Ministerio Público debe investigar para que los responsables sean juzgados. No basta con que las autoridades universitarias hayan identificado y expulsado a algunos de los mafiosos.
Rescatar a la Universidad de las manos de las mafias y la derecha no será tarea fácil. Los primeros pasos ya fueron dados, han recuperado la AEU y algunas asociaciones facultativas, como la de Derecho. La próxima elección para la Rectoría puede ser determinante dependiendo de los resultados. En esta lucha debería privar la unidad entre quienes están empeñados en rescatar a la tricentenaria. Desde la sociedad civil democrática debería haber apoyo y compromiso. Si no se rescata a la USAC de la derecha y las mafias, ¿cómo podrá proponer soluciones a los problemas nacionales?
Fotografía principal tomada de Facebook.
Nery R. Villatoro Robledo

Historiador, investigador social, analista político y columnista de prensa. Ejerce el periodismo de opinión desde hace 25 años. Es autor de estudios sobre la cuestión agraria, la tenencia y mecanismos de acceso a la tierra, y la seguridad alimentaria. Autor de varios ensayos políticos en revistas especializadas, y de más de mil artículos de opinión en varios medios de comunicación escrita.
2 Commentarios
El camino es largo para sacar a esos mafiosos incrustados en la USAC.
Apoyemos el trabajo honesto de la nueva directiva de la AEU.
Lenina estamos con usted!
Excelente comentario. ¡Felicitaciones! En esta ocasión la mierda que hay en la Usac fue más apestosa porque fue revuelta. Un verdadero asco. El candidato oficialista fue el único que anduvo por las calles ese día. Su facultad fue una de las más vulgares. ¿Que nos dice eso?
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