-Jorge Mario Salazar M. / PALIMPSESTO–
Durante los años del conflicto armado existía una percepción popular de que había una parte que luchaba por el pueblo, por los desposeídos. Esa percepción fue utilizada por la contrainsurgencia para castigar a la población alejándola de cualquier pensamiento crítico, ni siquiera de sí misma, construyendo en el imaginario social la idea de que la política solo atrae violencia. El peso de ese alejamiento se prolonga hasta la fecha. Las mayorías no se atreven participar en las luchas por su propio desarrollo, aunque se comprenda meridianamente cuáles son las causas de la situación desastrosa de la economía, la sociedad y la política nacionales.
Las organizaciones revolucionarias también contribuyeron a la mediatización de la lucha, presentando enfoques diferentes de la táctica, la estrategia y las alianzas para derrotar al enemigo principal del pueblo y del progreso social. La unidad de los revolucionarios se realizó sin debates y sin entender dichas diferencias. Se impuso como una alfombra bajo la cual se escondieron perspectivas diferentes sobre cómo desarrollar la lucha contra poderosos enemigos, pero además de cómo desarrollar al país una vez alcanzada la deseada victoria. Los debates fueron acallados. Hoy, la sombra de todas esas perspectivas se extiende como un sino negativo para cualquier intento de sumar fuerzas y construir conglomerados para la lucha política.
El día de hoy no es diferente y cualquiera pensaría que aún se viven esos aciagos días cuando se adjetivan de la peor manera a quienes se mueven en un tablero hacia la lucha política. Existen hegemonías opuestas y en ambos sentidos son pensamientos maniqueos que no diferencian los momentos ni los objetivos de una definición de lucha táctica. Ayer, con la emergencia de una coalición de diferentes actores para la lucha contra la corrupción y la impunidad, apoyando al Ministerio Publico y a la Cicig, las redes rugieron con verdadera rabia contra ciertos actores, por parte de quienes debieran ser sus adláteres. Tanto las expresiones provenientes de la «derecha» como de la «izquierda» fueron sometidas a un bullying mediático.
El marco político en el que se produce esta presentación del Frente tiene elementos muy importantes como las jugadas que se ven en el ajedrez entre el Gobierno cooptado por la Juntita y las fuerzas sociales que abogan por un cambio en la administración pública, la demanda política más abarcadora de la sociedad, puesto que desde esa lucha se despoja de poder a los grandes poderes tradicionales. Apenas dos días antes, el Gobierno removió al alto mando de la Policía Nacional Civil y en su lugar puso a policías nacionales de la vieja guardia, reciclados de la PN en el tiempo de creación de la PNC.
El significado que tiene este hecho es el de quitar un apoyo importante al Ministerio Público y a toda la tendencia prorreformas del Estado. Ya habían quitado al ministro de Gobernación, al superintendente de Administración Tributaria y al canciller, poniendo en sus puestos a personas allegadas a los intereses de los impunes y corruptos. Su objetivo es evolucionar hacia una forma de dictadura ilegal al estilo de nuestra vecina Honduras. Ningún sector se alineó con Jimmy para desafiar a EE. UU. y la comunidad internacional. La respuesta unánime fue de apoyo a los policías removidos.
Sectores sociales que venían luchando contra la impunidad y la corrupción, desde los días de la Plaza contra Otto Pérez desde diferentes perspectivas fueron condensando las demandas sociales y políticas en los dos puntos centrales de las reformas. Estas organizaciones, grupos y personas advierten que las manifestaciones son insostenibles en un período de cansancio público por los retrasos en los juzgados y las maniobras de Jimmy y sus aliados. En ese contexto, también algunos empresarios emergentes se hacen a un lado del resto de empresarios y se alían con las organizaciones sociales para la formación del Frente Ciudadano Contra la Corrupción.
En el ínterin llega al país la embajadora de EE. UU. ante Naciones Unidas, Nikky Haley, manifestando su apoyo a la lucha contra la impunidad. Queda claro, pues, que la lucha contra la corrupción también es de interés gringo. Alguien pensaría que solo de los gringos y sus aliados. Hasta ahí los acontecimientos.
Hoy, nuevamente la intolerancia de las hegemonías piensa que la mentada coalición es un matrimonio y no un encuentro transitorio para un momento particular de la lucha contra los corruptos. A Dionisio lo acusan de comunista y a Lenina de vendida al imperialismo. Ya ha pasado y parece que no se aprende de esta realidad cambiante. En la lucha política cada actor debe buscar fortalecerse desde sus propias capacidades y espacios mediante coaliciones y luchas sectoriales. Al condenar al Frente Ciudadano Contra la Corrupción por la presencia de alguien en particular podríamos estar tirando al bebé con todo y el agua de la bañera. Los errores del pasado se repiten como la rueda en el pozo y en lugar de debatir censuramos y condenamos.
Imagen principal tomada de Chistes que me contaron.
Jorge Mario Salazar M.

Analista político con estudios en Psicología, Ciencias Políticas y Comunicación. Teatrista popular. Experiencia de campo de 20 años en proyectos de desarrollo. Temas preferidos análisis político, ciudadanía y derechos sociales, conflictividad social. Busco compartir un espacio de expresión de mis ideas con gente afín.
Un Commentario
Resulta altamente incoherente, el hecho de quien acertadamente critica lo sistemático de cometer, repetir los errores, se permite o intenta justificar un graso error de magnas proporciones: Una pretendida sacra alianza para combatir la corrupción con las principales elites, poderes, económicos y políticos, creadores, impulsores, vividores de esa corrupción e impunidad existente en Guatemala. Cuantas veces habrán de repetir es macabro error hasta aprender que, sin claras definiciones políticas, éticas y clasistas, Guatemala no va a cambiar. Por el contrario, es la prolongación del adormecimiento. ¿Es posible que las entidades y personas corruptas gracias a la impunidad con que han actuado, ahora quieran ser Juez y Parte en la lucha contra la corrupción e impunidad?
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