Reorientar el EPS de la USAC para revivir el protagonismo comunitario –propuesta mínima, en tiempos de máxima confusión–

-Eduardo Sacayón Manzo | PUERTAS ABIERTAS

Una de las demandas estudiantiles que han sobresalido en la crisis de la USAC, que ha derivado en la toma de varios campus universitarios en la capital y algunos departamentos del país, es la anulación de un convenio de cooperación entre las autoridades de la Universidad Nacional con una de las más poderosas cámaras empresariales, para que los estudiantes puedan realizar su práctica profesional obligatoria (Ejercicio Profesional Supervisado, EPS) en empresas privadas, previo a graduarse.

El EPS es un brazo de la Extensión Universitaria con el propósito de que los estudiantes, a punto de licenciarse para el ejercicio de una profesión, pongan en práctica sus conocimientos a la vez que colaboran en la solución de problemas de la sociedad. La extensión universitaria surge en América Latina de la exigencia para un mayor compromiso de la universidad con la realidad social, en el contexto de la Reforma Universitaria de Córdoba (1910). Un ideario adoptado por varias universidades públicas de toda América Latina.

Desde hace varios años, esa práctica profesional, que fue un modelo pedagógico para otras universidades de la región latinoamericana y mucho más, ha sufrido una decadencia que da vergüenza ajena.

Se sabe de algunas carreras, particularmente de las ciencias sociales y humanísticas en donde los estudiantes realizan el ejercicio profesional supervisado dentro de los mismos edificios universitarios con mejoras a su infraestructura, tales como ladinización, pintura o arreglos de algunas áreas de los servicios sanitarios, desfigurando, desde luego, el carácter vinculante con la realidad social de comunidades excluidas y marginadas que marca el origen de esta experiencia pedagógica universitaria (Sacayón, 2014:56).

Por eso no dudo de las buenas intenciones del actual rector y de sus magníficos consejeros para cambiar esas deficiencias. Pero una buena intención no siempre hace matrimonio con una buena decisión. Ante todo, cuando hace falta genio y buen oído para desacoplar los cantos de sirena de los músicos del neoliberalismo que ambientan los sistemas educativos con sus nuevas melodías que supuestamente garantizan el desarrollo, como el emprendimiento y la competitividad. Dos conceptos empresariales para destacar que el individualismo es el motor del esperado éxito en la vida y la prosperidad, contra las más ilustres corrientes educativas que empujan el trabajo colaborativo en el aula y el conocimiento como un producto social y colectivo.

Impulsar, por medio del EPS, una relación universidad y empresa capitalista como se presenta en otros países, con fuertes instituciones democráticas, en donde las empresas privadas se ciñen a los Estados de derecho, no es una tarea fácil en Guatemala, cuando estas instituciones tienen una fuerte tradición de comportamientos antidemocráticas y de irrespeto a los derechos humanos.

Varios estudios, investigaciones y reportes de prensa han documentado y presentado a la opinión publica estas conductas maliciosas.

En Guatemala abundan las prácticas comerciales engañosas. Hay empresas que abusan sin pudor de sus clientes y que los estafan ante la mirada permisiva de un Estado que incumple con su obligación constitucional de proteger a los consumidores. La Diaco obliga a las empresas a tener libros de quejas, pero luego no se ocupa de revisarlos ni siquiera de archivarlos (Coronado: 2017).

Igualmente, son muy comunes y constantes los incumplimientos de los derechos labores de los trabajadores. La impunidad sobre estos atropellos de las empresas guatemaltecas ha sido analizada en varios estudios y publicaciones; uno de estos fue publicado por la Universidad Rafael Landívar, denominado Impunidad laboral (Arriaga Mata. R. 2011). Todas estas prácticas empresariales en Guatemala riñen con el espíritu ético que la universidad como institución educativa esta llamada a promover.

Ahora que, entre los primeros acuerdos alcanzados entre los críticos estudiantes y las autoridades universitarias se encuentra la derogación del convenio con el sector empresarial organizado en relación al EPS, es una coyuntura muy oportuna para examinar y reorientación esta modalidad de extensión universitaria.

Deficiencias y limitaciones

Para ello hay que señalar que una de las principales limitaciones gravita en su dispersión asistemática por todo el país sin priorizar regiones o comunidades, bajo un esquema más asistencialista que orientado a un cambio sostenido.

Además, esa visión occidental monocultural, imperiosa y dominante de la enseñanza universitaria enfocada hacia una rígida concepción ortodoxa de la ciencia, se cierra herméticamente a reconocer los saberes de los pueblos indígenas de este país, con lo que resulta en una práctica profesional universitaria ajena totalmente a los saberes locales y a la multiculturalidad del país.

A lo que hay que agregar su rumbo utilitarista, aprovechándose de las necesidades de las comunidades para favorecer únicamente el desarrollo profesional de los estudiantes sin aportar mayor conocimiento a la solución estratégica de los problemas de la población, para que estas tomen conciencia sobre la importancia de la organización colectiva para la búsqueda vital de sus problemas.

En este sentido, una agenda mínima exige la reorientación de esta práctica bajo el principio de retomar una mayor relación de la universidad con ese entorno paupérrimo, discriminado y abandonado del país, bajo los siguientes bases:

  1. Enfocar la acción de extensión universitaria hacia regiones y comunidades previamente seleccionadas, tomando en consideración indicadores económicos y socioculturales que permitan evidenciar cambios a mediano y largo plazo.

  2. Realizar planes de acción, con participación de las regiones y comunidades en donde operaran los servicios de extensión universitaria (la comunidad a la que se hace referencia comprende autoridades locales, líderes comunitarios, ciudadanos, técnicos y organizaciones de la sociedad civil), con diagnósticos y metas que den evidencia de resultados.

  3. La continuidad de los servicios, sin que estos finalicen cuando termina la práctica profesional.

  4. La capacitación previa de los practicantes sobre los aspectos socio culturales de cada comunidad, reconociendo y respetando el valor de los saberes locales y sus especificas prácticas culturales.

En suma, una práctica profesional que privilegie la solución de problemas locales a partir de revivir el protagonismo de los pueblos y sus comunidades.


Citas bibliográficas
Arriaga Mata. R. (2011). Impunidad laboral. Universidad Rafael Landívar. Recuperado de: URL
Coronado, E. (2017). «La tiranía del mercado y un Estado que abandonó a los consumidores». Plaza Pública. Recuperado de: Plaza Pública
Gamarro U. & Larios R. (2012). «La mayoría de empresas violan derechos laborales en el país». Prensa Libre. Recuperado de: Prensa Libre
Sacayón M. E. (2014). «Recuperar la dimensión comunitaria en el trabajo social universitario. Parte I». En Revista Análisis de la Realidad Nacional. IPNUSAC. Año 3, Edición 48. Recuperado de: USAC
Sacayón M. E. (2014). «Un nuevo compromiso con la comunidad: El EPS universitario. Parte II». En Revista Análisis de la Realidad Nacional. IPNUSAC. Año 3, Edición 49. Recuperado de: USAC

Imagen principal tomada de Colectivo Estudiantil Universitario -CEU-.

Eduardo Sacayón Manzo

Psicólogo y educador, devoto del aprender activamente. Cuenta con formación universitaria en Guatemala, Costa Rica e Inglaterra. Publica de vez en cuando ensayos, artículos científicos y uno que otro libro. Coordinador de la Red de Educación para el Desarrollo Sostenible, reconocida por la Universidad de Naciones Unidas, en Japón. Apasionado por la riqueza natural y cultural de la Guatemala megadiversa, la cual estudia apoyado en las sabidurías de los pueblos indígenas y en el método de aprender haciendo, riendo, viviendo y creando.

3 Commentarios

Remy D. 09/09/2019

Licenciado Sacayón, importante punto a resaltar no hay que perder el concepto del EPS, y me gusto eso de : «Dos conceptos empresariales para destacar que el individualismo es el motor del esperado éxito en la vida y la prosperidad, contra las más ilustres corrientes educativas que empujan el trabajo colaborativo en el aula y el conocimiento como un producto social y colectivo. »
Ese individualismo que entre otras cosas nos motiva y nos dirige al consumismo, saludos

Carmen Galicia 03/09/2019

Interesante articulo y vigente en la actualidad

Guillermo ARAUJO 25/08/2019

Cuando yo realice mi EPS en 1981, existían entre otras, dos premisas básicas que eran: 1-que el estudiante conociera la realidad de la comunidad en particular, y ésta entró de la Realidad Nacional y la forma él con su formación académica podía colaborar en la superación de la misma, y 2-que la comunidad conociera e que manera un profesional de esa profesión en particular puede ayudar a su comunidad. Pues en muchos lugares sólo conocían a médicos y abogados.

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