Redes de amor

AlenKa Tenas | Política y sociedad / HILOS DE TERNURA Y DE MEMORIA

En conferencia de prensa ofrecida después de la
sentencia, la Familia Molina Theissen declaró que no
pidieron ni recibirán indemnización económica por los
crímenes que se cometieron en su contra y que dedicarán
sus esfuerzos a seguir buscando a Marco Antonio y los
otros 5 000 niños desaparecidos durante el conflicto
armado interno.

Hace unas semanas, las redes sociales se vieron invadidas por imágenes de las nutridas manifestaciones en rechazo a la sentencia emitida contra «la manada», cinco hombres españoles que abusaron sexual y colectivamente a una joven de 18 años en el marco de las celebraciones de San Fermín en 2016.

La indignación de cientos de miles de mujeres y hombres no se hizo esperar y abarrotaron calles y plazas. Con los eslóganes #YoSíTeCreo y #NosotrasSomosTuManada, miles de personas a nivel internacional se solidarizaron con la víctima y condenaron el horrendo crimen, la sentencia del juez y sus palabras de descrédito hacia el testimonio de la víctima.

En distintos espacios se escuchaban comentarios al respecto. «Imaginate que vas a una feria y te atacan 5 hombres ¿qué hacés? Tan seguros están de la impunidad que hasta lo grabaron en el celular para jactarse con los cuates».

Pero también se hizo visible que las manadas no son grupos de 5, son en realidad jaurías de integrantes unidos por la discriminación, la intolerancia, el crimen, la corrupción y la impunidad, aquellos que se defienden entre sí y que se encuentran inmersos en todos los estratos de la sociedad y en todas las estructuras de los Estados. Su mejor arma de defensa es el discurso del odio, mucho odio.

No faltaron respuestas como: «las mujeres tienen la culpa porque buscando hombre es que salen de su casa». «Su declaración fue confusa» y «seguramente todo es mentira, lo que busca es venganza por despecho o por dinero». Dinero.

Desgraciadamente, Guatemala no es la excepción en cuestión de violencia sexual colectiva, tampoco en cuestiones de desacreditar y criminalizar a las víctimas, más aún si se trata de justicia pendiente relacionada con el conflicto armado interno. Lo primero que se pone en duda es la veracidad de lo denunciado, la primer defensa de las jaurías del odio es decir que el dinero es la motivación.

Falsos argumentos

Se enfocan en el dinero, recaudado con los impuestos del pueblo. Omiten la verdad y la historia. Omiten decir las razones de las víctimas para buscar justicia y los crímenes que se cometieron en su contra. Omiten que aún buscan dar con el paradero de sus seres amados.

A las víctimas y sobrevivientes las ubican como terroristas-comunistas por igual, buscando justificar los vejámenes a los que fueron sometidas, sin el derecho al debido proceso que hoy tanto reclaman. Sin derecho a un juicio, a la defensa, sin que se les leyeran los cargos por los cuales se les acusaba, sin acompañamiento de su familia durante un juicio, ni cobertura mediática, para que la población conociera del caso.

Bajo el argumento del enemigo interno, el Estado de Guatemala se permitió reprimir, masacrar, desaparecer, torturar y violar a la población. Las cifras registradas de asesinatos y desapariciones suman unas 300 000 personas civiles, de ellas, se estima que al menos 5 000 eran menores. Para una población que en 1981 era inferior a los 7 millones y medio, son números verdaderamente altos.

La respuesta automática a la pregunta ¿dónde están los desaparecidos?, era «están vivos, dándose una gran vida en el extranjero». Y eso contestaron las jaurías del odio durante décadas, hasta que los muertos comenzaron a salir de sus fosas clandestinas en zonas militares.

Quizá la más baja de esas falsedades ha sido: «llevan a juicio a inocentes, sin pruebas materiales en busca de dinero que disfrutarán con el familiar desaparecido-vivo-escondido».

El discurso del odio puesto en marcha en contra las hermanas Molina Theissen y su madre Emma buscó minimizar e invisibilizar el histórico juicio en contra de 5 altos mandos del Ejército, que demostró, una vez más, que en Guatemala se cometieron crímenes atroces y, más grave aún, crímenes resultado de políticas de Estado en contra de la población, políticas ejecutadas con presupuesto nacional asignado a las fuerzas del orden público, cuyo único objetivo era erradicar al enemigo interno: la población civil y organizada.

Este juicio demuestra que de forma constante, las mujeres fueron víctimas de castigos ejemplares como la violencia sexual, la cual formaba parte del catálogo de torturas, cuidadosamente diseñadas para quebrar la dignidad de las víctimas, el tejido étnico, social y organizativo, y obtener información. Muestra la desmedida violencia política en contra de las mujeres que se atrevieron a disentir y proponer.

Durante las audiencias públicas del juicio algunos eventos eclipsaron a los medios, como la solicitud de destitución del procurador de los Derechos Humanos, movilizaciones de vendedores de la Terminal, maestros en paro con baile y borrachera incluidas, la insistencia en la expulsión del comisionado Iván Velásquez, la solicitud de traslado de dos embajadores, la algarabía y el traslado de la embajada en Israel, que significó una masacre más para el pueblo palestino y hasta la muerte de un alcalde. Todo muy mediático.

Pero Emma, sus hermanas y su madre resistieron durante todo ese tiempo, como lo hicieron desde 1981. Estuvieron presentes en cada audiencia, en cada declaración, en cada peritaje, todo, por demás desgarrador, pero a la vez reparador, porque eso es lo que permite un juicio de esa naturaleza, es parte de la reparación digna a las víctimas.

Un juicio que no es la conclusión de un proceso, es parte de una larga exigencia de justicia y a penas el inicio de las garantías de no repetición.

Así como las jaurías y manadas no son solo grupos de 5, las redes de amor que acompañaron a la familia Molina Theissen se hicieron visibles a lo largo del juicio, en tribunales, medios independientes y redes sociales. La sala estuvo llena durante las más de 12 horas de espera por la sentencia, la familia Molina Theissen no estuvo sola.

Emma era una joven que anhelaba un país más justo y hoy, junto a sus hermanas y su madre, con valor, lograron que Guatemala sea un país en donde la justicia es posible.

El miedo, las heridas, el dolor y el recuerdo de aquel niño alegre y amoroso que era Marco Antonio siempre estarán presentes, afrontar lo ocurrido hace casi 37 años sin duda ha sido profundamente doloroso, pero necesario.

La guerra nos afectó a todos, algunos abandonaron su humanidad y perdieron la batalla ante el odio. Otros, así como la familia Molina Theissen, eligieron vivir cada día y darle un significado a esa vida, buscando justicia y a sus seres amados.

Yo te creo Emma y también exijo que Marco Antonio vuelva, para abrazar su inocencia y despedirlo con cantos y flores, entre quienes nos sentimos invitados en esa red de amor que tus hermanas, tu madre y tú tejieron con valor y dignidad.


Las imágenes que acompañan este texto son de AlenKa Tenas.

AlenKa Tenas

Mujer, mestiza, diseñadora, comunicadora, defensora del derecho fundamental de todas las personas a gozar y ejercer todos sus derechos. Sobreviviente de la guerra y, cada día, de un Estado patriarcal y misógino. En contra de las violencias provocadas por el odio y la discriminación

Hilos de ternura y de memoria

3 Commentarios

Mirna Ramírez 03/06/2018

Excelente descripción Ale. Tal como lo indicas, este juicio que ha significado tanto para la población directamente afectada con la desaparición forzada, deja un halo de esperanza, que la justicia en algún momento llega y que la historia recoge la lucha de la familia Molina Theisen para que la JUSTICIA sea.

AlenKa Tenas 02/06/2018

Gracias por tus palabras Brenda.
A veces la distancia y las situaciones, no nos permiten estar físicamente acompañando, pero sin duda no nos impide involucrarnos, solidarizarnos y sentir en lo más profundo que la justicia es para todos y que todos sanamos un poco.
Te abrazo a la distancia!

Brenda 01/06/2018

Hermosa nota❤
La distancia no permitió que mi hiciera presente durante el juicio y sentencia, pero me alegra muchísimo saber que se sintió allí ese tejido. Gracias Alenka por plasmar en esta nota lo que muchxs sentimos. Muchas gracias por cerrar con un sentimiento tan profundo.
Muchas gracias.
#YoTeCreoEmma

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