¡Qué rica esta campaña!

Gabriela Carrera | Política y sociedad / FÍJESE USTED

Las últimas reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos guardan una estrecha relación con las demandas de muchas Plazas, en medio de esa ebullición de indignación y de movilización del 2015. En los últimos años pensamos que no había cambiado nada, algunos especificaban: «nada sustantivo». Seguimos con los problemas de fondo. Se mantiene la pobreza, la desnutrición, la violencia, la desigualdad. La lucha contra la corrupción es menos popular que hace unos años, y nos encontramos entre ires y venires de discursos que nos polarizan. Fíjese que nos quieren dividir, que quién se creen los extranjeros para decirnos qué debemos hacer.

Pero la reforma, ha cambiado mucho, en lo cotidiano de nuestras vidas como ciudadanos. Es cierto que no es sustancial, pero no deja por ello de ser importante. En la ciudad Capital estábamos acostumbrados que en cualquier lado y a toda hora brotaba la contaminación electoral, ver caras de candidatos sonriendo falsamente, escuchar canciones pegajosas en la radio por meses, recibir folletos en los semáforos. Era el tiempo de nuestra democracia, era el tiempo en que recordábamos que teníamos algo que ver con la política. Hoy no es así, y me alegra tanto.

Hoy, por ley, los partidos no pueden hacer campaña de la misma manera, no pueden gastar sin reportar quién les financió ni tienen la libertad de pagar espacio en redes, radio, televisión. Entonces, ¿cuál es la opción? Ser verdaderos partidos políticos: partidos que no aparezcan cada cuatro años comprando los votos, partidos que se conviertan en espacios reales de participación política, que formen cuadros. Partidos que, cuando lleguen al Congreso de la República, propongan leyes que sean de beneficio común y que resuelvan problemáticas estructurales. O bien, deberían ser bancadas de oposición real, con un horizonte de bienestar para todos. Deberían ser voces autorizadas de representación, de propuestas colectivas, de los grandes debates de trascendencia nacional. A eso están obligados los partidos políticos ahora, a responder a su naturaleza, a que respondan a su propia definición.

Si logramos eso, la sociedad termina por ganar. Una democracia que se enorgullece de serlo tiene realmente actores políticos que responden a sus ciudadanos y les permiten identificarse con ellos. La sociedad gana cuando no tenemos partidos de canciones baratas, y discursos flojos.

Eso voy pensando cuando voy en mi carro y veo que no me siento realmente en una campaña electoral igual que hace 4, 8, 12 años. Me doy cuenta que he dejado de hablar de si la canción tal es mejor que la otra, o cuando ya estimamos como ridículas las acciones de algunos partidos en aras de llegar a los votantes. Esperamos propuestas, queremos discutir sobre los planes, y ahora que ya no hay nada que distraiga la discusión, podemos comenzar seriamente del futuro. La pelota está, como siempre, en la cancha de los partidos políticos. ¡Qué rica esta campaña!


Gabriela Carrera

Creo firmemente que la política y el poder son realidades diarias de todos y todas. Por eso escogí la Ciencia Política para acercarme a entender el mundo. Intento no desesperanzarme, por lo que echo mano de otros recursos de observación como los libros y las salas de cine. Me emocionan los proyectos colectivos que dejan ver lo mejor de las personas y donde el interés es construir mundos más humanos.

Fíjese usted

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