Que en el día mundial de la alimentación, alimentemos la consciencia

Paola Cano | Para no extinguirnos / SOBERANÍA ALIMENTARIA

Manuel es el niño de 2 años de Tucurú, Alta Verapaz que casi muere por neumonía debido a la desnutrición aguda; Daniela es la niña de 3 años que trasladamos desde Camotán, Chiquimula, hasta el Hospital Esperanza de Vida en Río Hondo, Zacapa, para recuperarse de la desnutrición aguda e infección urinaria crónica; Eugenia es la niña de 4 años que casi muere en Pochuta, Chimaltenango, debido a la desnutrición aguda tipo marasmo y José, el niño de San Pedro Necta, Huehuetenango, con signos clínicos de kwashiorkor que se internó en el Centro de Recuperación Nutricional durante 3 meses.

Aunque todos los anteriores son nombres ficticios, representan algunas de las historias de los 12 281 niños y niñas con desnutrición aguda del año pasado, niñez con un destino infortunado, se trata, además, de un asunto por resolver que conlleva la violación del derecho a la alimentación y, en cientos de casos, provoca la muerte.

La alimentación es un derecho en Guatemala desde que se aprobó la Política de Seguridad Alimentaria Nutricional y su ley en el 2005 (decreto 32-2005). La política define que todas las personas tenemos derecho a una alimentación adecuada en cantidad y calidad, con pertinencia cultural, de preferencia de origen nacional y que, además de ello, es necesario tener buena salud para que los nutrientes se puedan aprovechar en nuestro organismo. La ley indica que es deber del Estado velar por este derecho.

Hoy, 16 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, proclamado en 1979 por la ONU y la FAO, con el fin de celebrar los avances en la materia o crear consciencia para fortalecer la lucha por el hambre.

En Guatemala, sería irónico mencionar avances mientras que cientos de niños y niñas mueren por desnutrición, mientras que la canasta básica supera el salario mínimo y en el Corredor Seco otra vez se perdió más del 90 % del maíz que alimenta al país. Otra vez terminamos consumiendo maíz mexicano, mientras que la familias agricultoras cada día se empobrecen y el hambre nuevamente embiste.

Por supuesto que el problema afecta a toda la población, pues hasta las vallas publicitarias de las papas fritas en el ingreso a la ciudad son más grandes que los presupuestos para los programas de alimentación escolar del país, porque la publicidad de la industria alimentaria es un dinosaurio comparado con la educación alimentaria y la comida sana. Un dinosaurio que ha conquistado el paladar de los niños, niñas, jóvenes y demás, al grado de rechazar nuestra comida tradicional para consumir alimentos ultraprocesados.

Nos compete, porque vivimos en un país con 43.4 % de desnutrición crónica infantil [1] y 71 % de sobrepeso y obesidad en adultos del área urbana [2], lo cual indica que mientras unos mueren de hambre otros mueren por enfermedades crónicas; enfermedades como la diabetes o hipertensión que van en aumento al igual que la industrial farmacéutica.

Que esta conmemoración sea para alimentar nuestra consciencia, salir de esta espiral y recordar que no podemos seguir viviendo en un país donde el mercado importe más que la gente, donde la niñez desnutrida sea números sin caras. Que la indiferencia no nos cegue, que la consciencia nos vista y nos haga informarnos, comer lo nuestro y transformar desde nuestros espacios.

[1] Encuesta nacional salud materno infantil, 2015.
[2] Encuesta nacional de prevalencia de enfermedades crónicas no trasmisibles y sus factores de riesgo, 2015.

Fotografía principal tomada de Inversión en la infancia.

Paola Cano

Nutricionista, con una Maestría en Ciencias Sociales, feminista y en permanente dedicación a la investigación en el tema alimentario nutricional con un pesamiento crítico. Viajera amante de la fotografía y la comida típica que guarda la cultura de los pueblos.

Soberanía alimentaria

5 Commentarios

Ruddy alfredo villeda padilla 17/10/2018

Pao: Tengo la terrible adicción de que al margen que se expliquen los fenómenos con la suficiente claridad, prefiero cuando se acompañan con números, porque para mi no es lo mismo decir que este año aumento la desnutrición crónica o aguda un 10% o x,y, y z porcentaje mas que el año pasado o comparado con el gobierno anterior en este mismo mes, dar el dato de que 12281 niñas y niños sufrieron desnutrición aguda el año pasado dice mas que ponerlo en porcentajes menos o porcentajes sin saber uno la cantidad que la sufrieron y la sufre.

Saber que la desnutrición crónica infantil es del 43.4% nos permite deducir si realmente el interés de este gobierno y de este estado es realmente esto…

Gracias Pao por estos datos, esperare otros que me servirán de mucho para mi formación… Un abrazo fraterno y camaraderil para ti, tu hijo y tu hija, cuídense mucho.

Ruddy 17/10/2018

Pao: Tengo la terrible adicción de que al margen que se expliquen los fenómenos con la suficiente claridad, prefiero cuando se acompañan con números, porque para mi no es lo mismo decir que este año aumento la desnutrición crónica o aguda un 10% o x,y, y z porcentaje mas que el año pasado o comparado con el gobierno anterior en este mismo mes, dar el dato de que 12281 niñas y niños sufrieron desnutrición aguda el año pasado dice mas que ponerlo en porcentajes menos o porcentajes sin saber uno la cantidad que la sufrieron y la sufre.

Saber que la desnutrición crónica infantil es del 43.4% nos permite deducir si realmente el interés de este gobierno y de este estado es realmente esto…

Gracias Pao por estos datos, esperare otros que me servirán de mucho para mi formación… Un abrazo fraterno y camaraderil para ti, tu hijo y tu hija, cuídense mucho.

Mirna Villatoro 17/10/2018

Gracias por la calidad y el profesionalismo.

Dolores Arias 16/10/2018

Me encanta la capacidad de síntesis que distingue tus publicaciones. Este artículo refleja el hambre y la manera tan inadecuada con la que se evade, porque no logra saciarse.

    Paola Cano 16/10/2018

    Gracias Dolores Arias por leer mi artículo, definitivamente toda la población tenemos un problema de alimentación a diario. Saludos

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