-Byron R.Titus / TRANSFORMACIÓN–
Ahora resulta que no entendés qué hago aquí. Qué hago en tu país. Después de que fuiste vos el que llegó a arruinar el mío. ¡Con lujo de saña nos invadiste! Bajo el pretexto de que no servía a tus intereses económicos, que era “comunista”, sabiendo bien que en el marco universal no era más que un programa democrático que incorporaba reformas sociales de justicia. No te gustó la idea de limitarle el abuso a los tuyos, que no se te consultara, ni que Jacobo no fuera de tus escogidos. Decidiste proteger a los que no les convenía nuestro desarrollo, y de golpe congelaste el progreso de mi país en 1954.
Esa gracia tuya acabó con la efímera esperanza de muchos. Seguidamente resultamos en medio de una tal Guerra Fría, acabando con la mísera libertad e independencia que empezábamos a lograr. Se afincaron la corrupción y el abuso, como enfermedad mortal nos calaron hasta el tuétano, y en lugar de progreso, tus mercenarios y sicarios nos sumieron en el pantano más hondo del subdesarrollo. Hoy casi somos el país con la mayor desnutrición infantil del mundo. ¿No te da dolor y vergüenza?
Ahora no querés entender qué hago aquí de “indocumentado”. ¡Me tuve que largar del despojo de país que me dejaste! Irme a salvar el cuero, a este país o donde fuera, buscando precisamente aquello que entonces estábamos construyendo. Así llegué con una mano adelante y otra atrás, sin fortuna ni más herramientas que estas dos manos honradas y dignas. En búsqueda del sueño chapín que decapitaste, vine en pos de trabajo para poder ganarme el sustento y, con las sobras, ofrecerles a los míos las oportunidades que vos y el coronel arrancaron.
No te vine a joder, ni a limosnear, sino a rifarme contra todo, a sobrevivir. ¿Te he servido, no? He trabajado de sol a sol donde nadie más ha querido; tus campos agrícolas, empacadoras, granjas de res, pollo y pescado. Noche y día he dejado mis pedazos en tus fábricas, limpiándote la casa, haciéndote tu comida, lavándote los platos y entre más me has pedido y humillado, más te he dado. Mirá pues, con bilis me he tragado –por necesidad– el orgullo, la dignidad y tus desprecios. Me he consolado en las noches con la sola idea de que tragándome esta hiel los míos podrán vivir una mejor vida.
Ahora decís que te estorbo, que he venido a quitarte oportunidades, que no pago suficientes impuestos, que me beneficio de vos, que los hijitos que me traje –porque ni modo que dejarlos abandonados– no son de aquí y que como yo, tienen que largarse. ¡Qué disparate! Aquellos no conocen lo de allá abajo, a duras penas mascan mi lengua, y si los sacás me vas a arrancar la razón de ser y luchar. ¡Estamos aquí por tu culpa!
Ah, pero ahora soy yo, que de a petate. No querés entender de que vos descarrilaste nuestra nave de progreso, y si no lo hubieras echo no me tendrías aquí ni de indocumentado, menos de esclavo. Tendrías en mí acaso un turista, un socio comercial, un consejero, “quizás” un cuate. Sin embargo, desde entonces, zanja resentimiento entre nosotros. Como el que sigue desangrando el corazón de los pueblos nativos americanos, los verdaderos dueños a quienes también les arrancaste este su país.
Fotografía Worcester County Jail and House of Correction, por Byron Titus.
Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.
0 Commentarios
Dejar un comentario