¿Que Codeca se siente con Cacif?

Mauricio José Chaulón Vélez | Política y sociedad / PENSAR CRÍTICO, SIEMPRE

La más reciente columna del apreciado y respetado intelectual Jonathan Menkos Zeissig, titulada «Decir no, no basta» (Prensa Libre, martes 14 de agosto de 2018), dice en su parte final: «es más bien la obligación de tener un acuerdo social para la construcción de ciertos elementos que estén siempre garantizados para todos: educación, salud, cultura, empleo, seguridad y justicia. Pero eso sólo puede pasar si nos conocemos y hablamos, principalmente, con aquellos que percibimos opuestos a nuestras ideas, y que son nuestros adversarios, no nuestros enemigos. Por ejemplo, es urgente un diálogo, lejos de tribunales y cámaras, entre el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) y el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif). Ambos comités son importantes para construir un mejor país, en ambos hay personas inteligentes y conciliadoras. Decir no, no basta».

Parece tan sencillo hacerlo como escribirlo, pero si se tiene una noción critica de la historia y de las relaciones sociales en Guatemala, no es así. Iré por partes en mi planteamiento.

Para garantizar el acceso digno a la educación, salud, cultura, empleo, seguridad y justicia, debe, primero, desmontarse el sistema dominante e iniciar el proceso de destruir la cultura hegemónica. Me refiero a que la estructura oligarca y dependiente debe desaparecer, y ser sustituida por nuevas relaciones que conduzcan a la construcción de una democracia real, la que solo puede lograrse sobre bases de participación popular. Significa, por consiguiente, que las clases trabajadoras (campesinas y urbanas) lleguen al poder y lo ejerzan. Porque, remitiéndonos a Foucault, el poder no se tiene sino que se ejerce, por lo que no es igual llegar al gobierno que llegar al poder. Si no se logra el poder, lo demás será un mero chapuz.

En el Cacif se encuentran agrupados todos los sectores que dominan y deciden la economía y la política desde lo interno en este país. Existe desde 1957, y nunca ha mostrado interés en la educación, la salud, la cultura, el empleo, la seguridad y la justicia para todos. ¿Qué garantiza que lo hará ahora?

Alguien podría salir con el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador, en México. El contexto es distinto, porque Morena no pudo dialogar con todos los sectores, ya que los poderosos de siempre se negaron, apostaron por el PRI y el PAN, y perdieron. Además, Morena viene de un proceso orgánico de más de una década, y los grupos con quienes ha podido hacer alianzas estratégicas son, en su mayoría, los medianos y pequeños empresarios, varios sindicatos y bases populares. Son excepcionales los casos de las derechas mexicanas poderosas que se han salido del guión hegemónico, y con una visión diferente han visto la fuerza de AMLO y de Morena. En Guatemala, los intereses oligárquicos, muy alejados de una burguesía liberal dirigente, siguen pesando y mucho.

Menkos dice que hay quienes piensan diferente a nosotros, pero que no necesariamente son nuestros enemigos y que «los percibimos opuestos a nuestras ideas». No es simple percepción, sino realidad histórica concreta. No solo son opuestos, sino antagónicos y enemigos: es necesario llamar a las cosas como son. Se puede ser adversario sin ser enemigo, claro, pero en la lucha de clases no es así. Estamos hablando de antagonismos históricos, lo cual convierte a uno en enemigo del otro. Esto se ha demostrado en la criminalización que el Cacif ha hecho de Codeca y de cualquier movimiento social de clase. Son los primeros en interponer recursos judiciales, y en el discurso privado exacerban su racismo, discriminación y fuerza de clase dominante, que en el discurso público existe también pero de otras formas. No obstante, lo que se mueve detrás de la escena pública muchas veces tiene más peso.

¿Está dispuesto el Cacif a ceder parte de su poder, el cual se concreta en la posesión y control de los medios de producción? ¿Está dispuesto el Cacif a dejar de lado el despojo como mecanismo de acumulación? ¿Está dispuesto el Cacif a reformas agraria y urbana integrales y profundas? Porque Codeca no posee nada más que sus bases organizativas de lucha y de construcción de una democracia desde la cual se participa para tomar decisiones orgánicas. Es un movimiento de clase que va hacia los problemas estructurales, provocados precisamente por las relaciones de poder que dominan y ejercen los grupos más poderosos agrupados en el Cacif.

¿Tienen el poder los «conciliadores» o con mayor perspectiva de razonamiento dentro del Cacif, a los que se refiere Menkos, para influir en quienes dominan dicha organización? ¿La dependencia hacia más actividades extractivas y monocultivos se detendrá, si los participantes con mayores cuotas de ganancia son las grandes corporaciones estadounidenses, canadienses y europeas agrupadas en el G-7, y los empresarios locales oligarcas agrupados en el Cacif?

Codeca no debe caer en los cantos de sirena, porque su lucha es histórica, de clase, orgánica, campesina, popular, democrática y estructural. Los diálogos deben darse con quien sume, no con quien desee cooptar. Si no, veamos las terribles consecuencias que los proyectos democráticos en América del Sur han sufrido porque no lograron desmontar los poderes económicos estructurales. Son las cámaras, similares al Cacif, las que en Venezuela han montado una guerra. Son esas agrupaciones del capital dominante las que han tratado de botar a Evo Morales, las que armaron un golpe de estado contra Correa, las que sacaron de la presidencia a Lugo y a Dilma Rousseff, las que metieron a la cárcel a Lula, las que han tratado de desprestigiar a los Kirchner.

Y las que hoy, luego de pactos con el Gobierno sandinista de Ortega en Nicaragua, han traicionado los intereses sociales y montan la desestabilización y el intento de destrucción del sandinismo.

No, con el enemigo histórico que se ha encargado de arruinar la vida de las mayorías no se puede dialogar: lo que es necesario es desmontarlo del poder.


Mauricio José Chaulón Vélez

Historiador, antropólogo social, pensador crítico, comunista de pura cepa y caminante en la cultura popular.

Pensar crítico, siempre

2 Commentarios

Rodrigo Vásquez 17/08/2018

Estoy de acuerdo con Menkos: es urgente dialogar con el CACIF. No solo es urgente, es posible y es necesario.
Afirmar que es necesario desmontar del poder al enemigo histórico suena muy revolucionario, pero la pregunta es cómo: en efecto, ¿cómo desmontamos del poder al CACIF?
Si no dialogamos con el CACIF entonces debemos derrotarlo totalmente. O lo derrotamos en las urnas o por medio de las armas.
La lucha armada nos ha dejado una derrota que es además una afrenta a la dignidad humana con sus crímenes abominables.
Entonces, ¿vamos a las urnas?. «En estas condiciones no queremos elecciones». Bien, ¿entonces qué camino queda?
No a la lucha armada, no a las elecciones. Aparentemente hay una sola salida: la organización popular. Una organización popular que derrote al enemigo histórico… ¿cómo? La pregunta es ¿cómo? Si no es en las urnas ni por medio de una guerra popular, ¿cómo derrotamos al enemigo histórico?
Dice Chaulón: «Morena viene de un proceso orgánico de más de una década». Aparentemente una década es un tiempo muy, muy largo. A mí me parece que en la historia una década no es nada. De 1954 a 1996 pasaron más de cuatro décadas y el resultado está prolijamente contabilizado en los espantosos informes de la memoria histórica y de las violaciones a los derechos humanos.
Los clasemedieros ladinos capitalinos podemos impacientarnos y buscar la vía directa a la derrota total del enemigo histórico en menos de diez años.
Recordemos que el enemigo histórico no es uno solo: están el ejército y la oligarquia en nuestro pequeño pueblo, pero además están los países «amigos» como Israel, Taiwan, la Unión Europea, … y el imperio yanki. Suficientes enemigos como para que yo, clasemediero ladino capitalino, lo piense mil veces antes de tocarle sus partes al león.
Yo, clasemediero ladino capitalino, creo que es más sabio buscar el diálogo, incluso con el mismo diablo, en el entendido de que esto no significa capitular. Significa aprender de los errores del pasado. Significa reconocer la realidad presente. Es solo una de tantas vías posibles, una que nos puede permitir avanzar en la dirección correcta sin claudicar de las aspiraciones. Una vía que camino por un camino posible.

Gil Zu 17/08/2018

El Presidente electo en Mexico Licenciado Andres Manuel Lopez Obrador cuya proyeccion esta inalterable a favorecer a los sectores en pobreza y extrema pobreza antes de tomar posecion como Presidente se ha reunido con las Camaras Empresariales para llegar a acuerdos pero lo esta haciendo una vez alcanzado el poder. En el Gobierno guatemalteco del Coronel Arbenz estaban incluidos en su Gabinete tres empresarios millonarios: Roberto Fanjul en Economia, Gregorio Prem Beteta en Finanzas y Willy Toriello Garrido como Canciller. El Partido Comunista de Guatemala fue reconocido por las autoridades electorales como PARTIDO GUATEMALTECO DEL TRABAJO pero siempre fue un partido minoritario con 4 representantes en el Congreso de la Republica contaba con un medio escrito de comunicacion EL PERIODICO OCTUBRE Y TRIBUNA POPULAR. El CACIF a traves de sus representantes deben de fijar su mirada en el mundo. En Estados Unidos el 57% de ciudadanos apoya el Socialismo en un Estado Capitalista. Cuenta con analistas como el Folosofo Chomsky, James Petras, el Republicano Socialista Lindon Larouche fundador del Instituto Schiller con sede en New York. La vision de estos estadistas es que es necesario SOCIALIZAR EL CAPITALISMO mientras que naciones Socialistas o Comunistas como Vietnam o Cuba Capitalizan el Socialismo. BIENESTAR COLECTIVO EN VEZ DE BIENESTAR INDIVIDUAL

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