¿Qué clase de mentiroso es Enrique Degenhart?

Ricardo Barrientos | Política y sociedad / MANIFIESTO

Un mentiroso astuto es un peligro. Un mentiroso torpe es una fuente inagotable de vergüenza y ridículo. Degenhart demostró ser de la segunda clase de mentirosos.

Hasta los grandes maestros de la propaganda engañosa, la mentira y la tergiversación saben que su oficio tiene límites. En la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas aéreas aliadas bombardeaban la Alemania nazi de día y de noche, el ministro de Propaganda nazi, Joseph Göbbels, nunca negó el efecto devastador de los ataques. En sus discursos y artículos Göbbels apeló a la misericordia por las víctimas, prometió venganza, denunció el terror de los bombardeos (sin mencionar que la Luftwaffe había hecho y estaba haciendo lo mismo o peor), entre otras falacias, mentiras y recursos retóricos, pero nunca negó lo evidente: Alemania estaba siendo bombardeada de una forma sin precedentes, y cientos de miles de civiles estaban muriendo. Göbbels era un mentiroso astuto, de quien hoy nadie duda lo dañino que fue.

Otro caso digno de estudio es el de Thu Hương, la mujer vietnamita que transmitía propaganda durante la Guerra de Vietnam, y que era conocida por los soldados estadounidenses como Hanoi Hannah. Algunos reportes dan cuenta de casos en los que los militares estadounidenses confiaban más en lo que decía Hanoi Hannah que en los informes de su propia radio, porque la propaganda estadounidense era descaradamente exagerada, mientras que la vietnamita era una combinación muy hábil de hechos reales y datos verificables por los propios soldados, más los informes falsos o exageraciones convenientes para los vietnamitas.

La historia también tiene ejemplos del otro tipo de mentirosos, los torpes. Quizá el caso más reciente, y por ello emblemático y mejor recordado, es el de Muhammad Saeed al-Sahhaf, el político y diplomático iraquí sucesor de Tariq Aziz (él sí, un diplomático muy hábil), durante el régimen de Saddam Hussein. Al-Sahhaf cobró fama durante la invasión estadounidense a Irak, fungiendo como ministro de Información y vocero del Partido Socialista Árabe Ba’ath. Durante ese conflicto, Al-Sahhaf llegó a declarar que cientos de soldados estadounidenses se estaban suicidando a las afueras de Bagdad y negó que en la ciudad hubiese tanques invasores, cuando la televisión mostraba en directo que, en realidad, estaban a solo metros de distancia del lugar donde él estaba ofreciendo la conferencia de prensa, e incluso, el audio de la conferencia permitía escuchar el ruido de los combates cercanos. Al rápidamente (si no inmediatamente), confirmarse la falsedad de las declaraciones de Al-Sahhaf, se volvió un ícono del ridículo y una vergüenza más para los iraquíes (los estadounidenses le llamaron Bob Bagdad), cuya situación podía ser cualquier cosa, menos un chiste.

Volviendo a Guatemala, que el actual ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, es un mentiroso, ya se sabe y no es ninguna novedad. Lo que está quedando claro ahora es qué clase de mentiroso es. Uno puede especular qué habrá pasado por su cabeza al declarar que «no hay ningún retiro» y que «el apoyo del Gobierno de EE. UU. hacia el Estado de Guatemala no solo continúa, nunca ha sido mejor en las condiciones actuales». Al igual que Al-Sahhaf, Degenhart otra vez ha hecho el ridículo, porque en cuestión de horas el vocero del Departamento de Defensa estadounidense desmentía a Degengart ratificando que «por ahora, el Departamento de Defensa ha cesado la transferencia de equipos y la capacitación de las FTI (Fuerzas de Tarea Interinstitucionales)», y que «el Departamento de Defensa también está evaluando transferencias al Ministerio de la Defensa de Guatemala, caso por caso, en el contexto de nuestra larga relación y esfuerzos de capacitación».

Juzgue entonces quien lee, qué tipo de mentiroso es Degenhart.


Ricardo Barrientos

Especialista en temas de política fiscal. Fungió como viceministro de Finanzas Públicas de Guatemala en 2009-2010. Consultor independiente sobre política fiscal, evaluación y seguimiento de políticas públicas. Ha publicado trabajos sobre política tributaria y análisis de la evasión tributaria en Guatemala.

Manifiesto

Correo: ricardobarrientos2006@yahoo.com

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