Punto final jamás

Carlos Juárez | Política y sociedad / CLANDESTINO Y ARTESANAL

De las últimas buenas nuevas que nos da el Congreso de la República se encuentra la iniciativa de ley 5377, que pretende reformar la Ley de Reconciliación Nacional. Siete artículos contiene la propuesta del diputado Linares Beltranena.

La iniciativa pretende declarar la extinción de la responsabilidad penal a todos los delitos cometidos durante el conflicto armado, lo cual ya está regulado en ese mismo cuerpo legal, pero únicamente para delitos políticos o comunes conexos. Lo que se busca con la actual propuesta es extinguir la responsabilidad en aquellos delitos calificados como de lesa humanidad, como es el caso de la desaparición forzada.

Como un «instrumento básico para la reconciliación nacional» buscan vender las reformas citadas. La exposición de motivos es prácticamente una bofetada a las víctimas del conflicto, pues se basan en que la justicia transicional abarca cuatro elementos: la verdad histórica, la reparación a las víctimas, las medidas de no repetición de las violaciones a derechos humanos y por último la sanción a los responsables. Pero, según los eruditos diputados, la amnistía, que impediría el juzgamiento de los responsables, no afecta a los otros tres componentes de la justicia transicional, por lo que (de consuelo) aún quedarían la verdad, la reparación y las medidas de no repetición. ¡Ignorantes! ¡¿Cómo podemos tener diputados así?!

Se les olvida que la justicia transicional no puede existir a menos que los cuatro componentes se produzcan. Además, no se puede hablar de verdad si no es posible conseguirla a través de medios que no sean judiciales, como el caso de Guatemala, donde la Comisión para el Esclarecimiento Histórico reportó no tener mayor acceso a documentos ni del Ejército ni de la guerrilla.

Esta propuesta de ley, además de ser ilegal, pues contraviene convenios y tratados internacionales en materia de derechos humanos, es también una bofetada a la comunidad internacional que por años ha reconocido los errores y excesos perpetrados durante las situaciones de violencia política, y que, por tanto, ha optado por sancionar a quienes los cometieron, mandando un mensaje de cero tolerancia a eso abusos, no importando la época en que sucedieron.

Continúa la iniciativa proponiendo la extinción de cumplimiento de condena a todos aquellos que ya hayan sido juzgados; una aberración para aquellas víctimas que se han atrevido a pararse frente a un tribunal, sin importar las vejaciones sufridas, y expresar sus vivencias durante aquel terror.

Mujeres víctimas de violencia sexual, aquellos obligados al exilio, los hijos huérfanos, las locas que salieron a la calle a protestar o las novias a las que les arrebataron al prometido, todos, absolutamente todos han pasado por las salas judiciales y con gallardía han brindado sus testimonios, haciendo honor a esa verdad que dicen los diputados que no se afecta. Ellas y ellos también serán burlados, pues la propuesta de ley ordena la libertad inmediata, 24 horas después de su aprobación, de todos aquellos condenados por esos hechos.

Para nadie es un secreto que la iniciativa de ley 5377 se presenta ante el Congreso con camuflaje y fusil, de esos que están incrustados en el poder desde que el tiempo es tiempo en Guatemala. Son tan irresponsables en su búsqueda de impunidad que la quieren incluso a costa de la búsqueda de justicia de aquellas familias de militares que fueron asesinados fuera de combate por la guerrilla.

Esas víctimas también están siendo pisoteadas por Galdámez, Linares y compañía. Son cientos de familias que han sido criminalizadas por querer justicia, pelean con el sentimiento de justicia y la vergüenza que les han implantado desde el glorioso Ejército. Porque así piensan los dinosaurios, que buscar justicia no es un derecho sino un retroceso. ¡Qué falta de materia gris en el cerebro!

Así pretende la alianza criminal seguir adelante con su trabajo proimpunidad en plena campaña electoral, distrayéndonos con estos temas para inscribir a candidatos no idóneos, dejándonos en la disyuntiva de siempre de votar por el menos malo.

Esperemos que las inconstitucionalidades no se hagan esperar, que la CC haga su trabajo de defender la Constitución y que jamás en nuestros tiempos conozcamos de la existencia de un punto final, pues la memoria, la verdad y la justicia no pueden encaminarse sobre impunidad y olvido.

Imagen proporcionada por Carlos Juárez.

Carlos Juárez

Estudiante de leyes, aprendiz de ciudadano, enamorado de Guatemala y los derechos humanos, fanático del diálogo que busca la memoria de un país con amnesia.

Clandestino y artesanal

0 Commentarios

Dejar un comentario