Byron R.Titus | Política y sociedad / TRANSFORMACIÓN
A Doña Chayito Rivera…
Mi primo, César Odonel (+), contaba de que en Zacapa nuestros padres tenían un tío que era un verdadero filosofo de a pie. Un personaje que si mucho había cursado hasta el tercer grado de primaria, pero que era un erudito nato. Contaba chistes, cuentos de miedo y cosas veredes. Casi todas las historias y anécdotas que contaba, las terminaba con «Porque la historia es la historia muchá».
En el artículo anterior compartí la experiencia de un grupo de jóvenes universitarios que se iniciaban en lo que entonces se conocía como «la resistencia urbana». Eran los años setenta, acababa de pasar Woodstock, pero en Guatemala no todo era paz y amor. Al contrario, la situación política se tornaba insoportable, tanto así que muchos jóvenes universitarios y obreros –de ambos sexos–, en su frustración y deseo por cambiar las cosas, habían decidido optar por otras alternativas prácticas y, en aquella devoción, habían ingresado a las organizaciones clandestinas existentes, o a las nuevas en formación para la nueva etapa de resistencia nacional.
Los movimientos subversivos originales se encontraban diezmados, no solo la guerrilla de la montaña que estaba su mayoría en México, Cuba u otros lados, pero también la de la ciudad. Uno de los responsables históricos de la resistencia urbana (Fuerzas Armadas Rebeldes –FAR–), Arnaldo Vázquez Rivera, recién había caído asesinado un par años atrás y varios de los grupos bajo su responsabilidad se habían quedado prácticamente descabezados y desconectados. Esa situación los había obligado a trabajar en coordinación con otras organizaciones rebeldes que perseguían los mismos objetivos de justicia.
Es así como el grupo del joven profesor y estudiante de medicina Ciro Sánchez –Luis F. Sánchez (+)– termina fundido con otro grupo de la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT) y empiezan con tareas conjuntas de propaganda, información y coordinación. Por su experiencia y madurez política, varios de ellos llegarían a ser admirables dirigentes del movimiento guerrillero en los diferentes frentes de las diferentes organizaciones del país que se enfrentarían al Ejército por varias décadas. Y en varios casos, también participando en otros conflictos del área como Nicaragua y El Salvador. Desafortunadamente, un alto porcentaje, si no su mayoría, resultaron muertos en combate o desaparecidos.
Podríamos agregar que esa generación de acuario, de paz y amor, lo dio todo. Sería muy fácil especular si equivocada o acertadamente, pero estas líneas no son para especular ni juzgar, sino para rendir homenaje a la vida y juventud maravillosa de un grupo de jóvenes guatemaltecos con gran potencial que no titubeó a la hora del máximo sacrificio. Se dispusieron a perseguir lo que en aquellos días era el sueño de todos. Una patria libre, más justa, donde en realidad la mayoría pudiera disfrutar de vida, libertad, salud, educación y trabajo. Conscientes de la posibilidad de que a más educación, menos discriminación, menos machismo, más tolerancia, más cultura y más oportunidades para la realización individual y trabajo para vivir –como Dios manda, paz y amor–.
No podemos negarlo, aquí entre nosotros está su testimonio, el espacio vacío que aún no nos deja despegar como país, presentimos su plato y sus cubiertos sobre la mesa, su cama tal como la dejaron la última vez que pasaron por casa… Por otro lado; allí siguen los mismos de siempre, los de la obscuridad, ahora ya en su segunda o tercera encarnación, llenos de odio y venganza. Acusando, predicando, prometiendo, de candidatos a alcalde, presidente, gobernador… A lo que sea pero que haya pisto y oportunidad para seguir enriqueciéndose a costillas de los demás. Nada les cambió excepto el segundo apellido.
Mientras, el vacío de aquella juventud sigue palpitando entre nosotros, no envejece, ¡su música nos sacude de vez en cuando! Fíjese usted, la madre de Arnaldo sobrevivió a sus tres hijos, ojalá que el día de mañana Chiquimula y el país entero se acuerde de Chayito, que como dicen «quien ama más, da más» y ella ofrendó a sus tres hijos y ellos, como los demás incluidos en este relato, ¡dieron la vida y están presentes!
Porque la historia es la historia muchá…
Byron R.Titus

Originario de los Llanos de Gerona (barrio Gerona), zona 1, ciudad de Guatemala. Hoy, ciudadano del mundo. Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Amante de la libertad y las artes. Reside fuera de Guatemala.
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