Los mil ejemplares publicados por ESGER, reivindican de esta ola espineliana, que se va acercando a la playa literaria de Iberoamérica; esta vez, desde Guatemala tierra del autor. En sus páginas hallamos el ímpetu y espíritu historiador de Roberto Cifuentes; bien hace en narrar Modesto Caballero Ramos al Apóstol en la segunda estrofa de su prólogo, en cuanto al amor por Guatemala y por toda América. Recuérdese a La niña de Guatemala en los versos octosílabos de José Martí; además el incentivo en tanto y cuanto pudiese escribir Roberto Cifuentes una décima para luego dedicarse a ella.
Para el lector ajeno a este mundo, le señalo enfáticamente «quien ingresa a este mundo se prenda tanto de la estrofa sonora, que jamás podrá alejarse de ella». Así nos iremos multiplicando, poco a poco; eso es lo que ha iniciado Roberto Cifuentes con este libro, la iniciación guatemalteca por la estrofa más musical y perfecta del mundo, la décima espinela.
La referencia en la parte denominada Introducción por el autor alegra al escribiente, señala que existe una región denominada El Progreso, con dos tipos de narradores orales: los ancianos contadores y los trovadores guatemaltecos. Por ende, la raíz musical para las tonadas guatemaltecas pueden, a partir de dicho lugar, dar el empuje para tonadas y cánticos de la décima de ese país. Cuando una persona o más se pongan al hombro dicho trabajo, podrán ir determinando de una serie de canciones folklóricas guatemaltecas que sin ser décimas encajan en la forma métrica hispanohablante. Trabajo enorme pero maravilloso, que traerá grandes satisfacciones a quien lo realice.
En el capítulo I Breve historia de la espinela, el autor hacer referencia a Vicente Espinel como creador de la misma, respetando los antecedentes a que hace alusión el poeta cubano Modesto Caballero Ramos, en cuanto a Juan del Mal – Lara y las dudas en cuanto al auténtico autor.
De un modo u otro, lo importante fue, es y será su cultivo; quienes la florecieron con sus pétalos de ensueño, dándole teatralidad, musicalidad, situación épica, baste señalar al Fénix de los ingenios o el paridor de la décima, el gran Lope de Vega padre del teatro español; los versos de Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes en el Quijote de la Mancha, etcétera. A mi país llegó con el secretario de Pizarro, Francisco de Jerez, quien escribiera en 25 décimas la conquista del Perú. En Guatemala, como señala el autor en su capítulo II; en una especie de arqueología decimal, repite una estrofa muy bien elaborada a 16 versos, dos octosílabos encabalgados por idea, una décima de Sor Juana de Maldonado, me parece genial la combinación graves – agudas, no obstante como el que escribe curiosamente incurrir en tres sonidos como decimos en mi país, gala – ufana, tan igual como la décima en la portada alma – fragancia. No obstante la décima es eso…
Voluntad, trabajo, yerro,
empuje, fuerza, valor,
sentido, magia, calor
de la playa, el campo, el cerro.
Dibujarse como un perro
tras la falda de la estela,
ser el potro en la novela
magistral de un buen romance,
o pedir que el tiempo alcance
para hablar de la espinela.
Ese es el tiempo de Roberto Cifuentes, imantado hasta los huesos por la décima, haciendo análisis de distintos poetas que escribieron décimas en su país de origen, y lo llamo país de origen, porque soy un creyente confeso que los decimistas del mundo, aparte de nuestros países de origen, hoy residimos en un solo país, el país espineliano, la nación de la espinela.
En el capítulo III el autor narra situaciones ocurridas hace dos siglos ya, en cuanto a situaciones picarescas y didácticas, resaltando Tradiciones de Guatemala del poeta José Batres Montúfar (1809- 1844), así como al poeta guayaquileño Rafael García Goyena (1766-1823), por ende a esa época, peruano; quien en 1825 publicó Fábulas y poesías varias. Lo cual resulta interesante ya que Tomás de Iriarte en el siglo XVIII crea las primeras décimas en dislate luego que Juan de Encinas, tres siglos atrás, hizo sus primeros romances en dislate a los que tituló Disparates, y el sentido de los versos de dicho autor, sin ser dislates apuntan a ese sentido, los mismos se pueden apreciar desde la página 50 a la página 63.
En el capítulo IV La décima como arma política y las estrofas hechas endecasílabos, nombra a un gran poeta, David Vela Salvatierra (1901-1992) quien en No nos tientes da una muestra de maestría en la espinela, a través de la sátira, ingenio y picardía inherente a ella, baste leer.
Resabios del Testamento
de Judas, la fina crítica
se le aplicó la política
del tirano y del jumento
que nos daban el tormento
entre liberales yerros
y conservadores perros
de la burocracia lerda;
(hoy la derecha y la izquierda)
nos mandan a comer… berros.
En el último capítulo, el V, Sobre la décima guatemalteca en internet, los títulos de las estrofas son el mejor prolegómeno del futuro de Roberto Cifuentes, con La fuerza del consuelo llegará al Misterio cercano y ningún Gato negro perturbará el camino ya empezado.
Junto a veintidós poetas
iniciaste la partida
musical que de por vida
te rodeará de plaquetas.
Por cubrir todas las grietas
con esos trazos valientes,
las páginas relucientes
del país de la memoria;
te hacen parte de la historia
decimística Cifuentes.
Por David Alarco Hinostroza
Reseñas gAZeta

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Un Commentario
Poesía para Todos 2011
Decimistas
La Décima nunca Muere y “El Quetzal”
Siempre esperaré un mañana
y sé, volveré a nacer.
quiero en Edén renacer
con arrojo y alma ufana
para tornar vida humana,
Para formar nueva raza
En donde el amor abraza
nuevo existir a tu vida
nueva estirpe resurgida
que la heredada reemplaza.
En el mar enfurecido
mi amor está escondo ufano,
no me mires así hermano
quiero haberte merecido,
mi lloro es haber perdido
el no alegrar, festejada,
mi alma se pierde en la nada
en lo fugaz de un instante
y en estrella muy distante
¡siempre Mi décima amada!
Del cariño siempre es día
para traerte alborada
y con mi alma enamorada
cantarte un Ave-María
con toda la lira mía
cual si fuera yo Cupido
y como poeta cumplido
presentarte pleitesía
y decirte con poesía,
como, siempre te he querido.
Oh que agradable tormento,
¡Y sin perder esperanza!
Regresar a nueva andanza
en espera del momento,
Cambiar por este, otro cuento.
Alegres pero afinado
con sueños realizado
ahora que agradecido
Dios mi amor ha Bendecido
con “décima” soy casado.
En este nuevo coloquio.
de arte y mente creativa
usaremos preceptiva
para nuestro soliloquio.
Sin entrar en vaniloquio
y para rimar la décima
aconsonantada rima
de la estrofa trabajada,
en redondilla abrazada
para que a su estro no intima.
“Abba rima la primera
solo un dístico la enlaza
no sienta que es una braza
ac, sola, no es alburera.
otra cuarteta alforjera
estrofa de buen asceta
una para estar completa,
fíjese en la consonante
si quiere ser elegante
un decimista alfabeta.
cddc rima la segunda
en cuartillas de octavas
octosílabas no esclavas
y que su plectro fecunda.
Su saber, ciencia profunda
pondrá tema en una estrofa
pero nunca sería fofa
si le da su concordancia
en ella su musa escancia
¡De ésta nadie hará mofa!
EL QUETZAL
Nuestro símbolo quetzal
Ave de singular belleza
Como un sol su grandeza
Vuela libre a su zorzal
No lo mancha el lodazal
guerra de Danza despecho
y nunca perderá el derecho
De la eterna primavera
Que trina en su madriguera…
“La LIBERTAD es un hecho”
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
«Hombre de Maíz» Guatemala.
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