Poné tu nombre, dejá una huella

Rita Ma. Castillo | Literatura/cultura / SOMOS ARTE

Tu nombre, tu identidad, cómo te reconocen, la forma como sos, la forma como hablás. Tu nombre, esa palabra que te define, que te acompaña toda la vida, que te caracteriza. Tu nombre.

En el proyecto de arte que desarrollo con los niños de forma voluntaria y experimental ya hace un par de meses, he tenido las mejores experiencias de vida, las que más me han retado a nivel profesional y por las que he recibido la menor retribución monetaria, por no decir nula, en toda mi vida. Sin embargo, puedo asegurar que tengo más riqueza de vida de la que nunca pude imaginar, así de millonaria me hace sentir este proyecto, me hace sentir viva. Y en todo este recorrido que ya he avanzado con el proyecto, puedo asegurar nuevamente que el arte sí cambia la vida, te deja una huella, sigo manteniendo esa teoría y experimentando con ella cada día. Hay días muy buenos y hay días donde la realidad te atropella y te deja el corazón y el alma malherida. Días en los que la rudeza a la que a diario se enfrentan nuestros niños te hace replantearte muchas cosas y te deja sin aliento, te exprime hasta la última lágrima que imaginaste poder llorar, te deja una huella.

Empecé esta aventura de forma individual, como un experimento, como una herramienta para ayudar y en el camino me terminé ayudando a mí misma. Increíble, sin un nombre llamativo, sin un respaldo monetario, con simples ganas de ayudar, Rita, como es mi nombre y me gusta que me llamen; simple, corto, sin título que lo acompañe, para que se les quede, para que no se les olvide, para que me represente, así lo dejo en cada pared que pinto y así me gusta que lo recuerden. En el tiempo que llevo poniéndolo en paredes u obras que realizo, nunca había visto la relevancia que tenía escribir mi nombre. Siempre lo percibía como una forma para que te contacten o como algo que me representa, para empezar a ganar reconocimiento y así tener más espacio en donde expresar, tener más trabajo y un portafolio más amplio.

El nombre no tuvo tanta relevancia, hasta el momento en que empecé a trabajar con los niños, que les enseñé a firmar. Siempre les digo, eso no se hace hasta que ya está terminado el mural, y nunca había visto tanta ansiedad ante un momento. Nunca voy a olvidar la primera vez que vi a un niño que nunca había visto un pincel, agarrarlo y al terminar de pintar, firmar, no sabía cómo se escribía su nombre, y me costó un poco entender cómo se llamaba porque me lo decía entre dientes, pero lo logramos, escribió su nombre. Ese brillo al mojar el pincel en la pintura, esa gigante sonrisa al alejarse y ver su nombre en una pared, hizo que poner mi nombre tomara otro sentido, entendí que me daba identidad, que dejar mi nombre en algo que había realizado con amor era más que buscar un aplauso, era poner un sello y dejar una parte de lo que uno es. Es decir con orgullo esto siento, esto pienso, así lo percibo, esto soy yo.

Mi nombre, para mí ya son más de 4 letras, encierra mi forma de pensar, de actuar, de vivir. Qué poderoso es enseñarles a los niños a cuidar su nombre, portarlo con orgullo. Es buscar tu voz, tu forma de expresarlo y sellarlo con tu nombre: sin imitaciones, sin copias, sin máscaras, sin nada más que honestidad, dejando huella, marcando un camino, haciendo sonar una voz, tu nombre.

Para mí este proyecto dice mucho de lo que yo soy, de lo que busco, cómo me gusta vivir y lo que quiero dejar al momento de partir. Y en este espacio, que, claro, lleva mi esencia y lleva mi nombre, hoy quería compartir un pedazo de mi mente y llevar un poco de movimiento, un poco de motivación, motivación a que busques tu voz, y que la hagas sonar honestamente, a que ames tus colores y los portes con orgullo, que escribas tu nombre en cada cosa que hagas, y que lo hagas de forma limpia, sin manchas en las manos, y sobre todo que dejes tu huella, de forma auténtica, con tu sello personal. Necesitamos más personas que estén dispuestas a renunciar a lo ordinario y cómodo de una vida sin sentido, necesitemos más manos que este moviéndose y creando cosas nuevas, genuinas y mejores, que hagan sonar su nombre, que dejen una huella, de esas huellas que cambian vidas.

Poné tu nombre, dejá huella.


Imagen principal por Rita Ma. Castillo.

Rita Ma. Castillo

Diseñadora industrial, apasionada por el arte, con ojos curiosos, corazón colorido, coleccionista de historias, relatos y vivencias con extraños. Descubrí el arte como una herramienta sanadora, como una medicina, dicen que las cosas llegan a la vida cuando deben llegar y a mí el arte me encontró y me rescató. Vivo de eso, y amo haber encontrado mi propósito de vida en ayudar al prójimo por medio de mi tesoro, por medio de mi arte, aprendo cada día y me nutro de color, historias y trazos.

Somos arte

2 Commentarios

Clau 07/04/2018

Felicitaciones amiga haces lo que Dios te llamo hacer y el arte es una expresión de la belleza de Dios nunca pares de hacer lo que te gusta y si el escribir tu nombre nos hace únicos !!!

Harold Durand 04/04/2018

Felicitaciones!

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