Bobby Recinos | Política y sociedad / ÍNDIGO ESENCIAL
Que si golpes de Estado por la izquierda, que si los corruptos de derecha, que si Batman, la hada madrina o Florentino Pérez. Pero nadie habla la verdad.
A ver. Unos dicen que la polarización social existente en Guatemala es resultado de un complot –ideológico y deliberado– articulado desde las sombras por la Cicig, el MP y el PDH, bien acuerpados por «la izquierda». Otros dicen que dicha polarización es producto natural de una sociedad que contiene personas buenas [versus] personas malas, corruptas [a diferencia de las] incorruptas, y que es a través de una supuesta «lucha contra la corrupción y la impunidad» que se recuperará el balance de las cosas existentes.
Todos, desde su prisma, aseguran que quieren «recuperar» una Guatemala que en realidad nunca ha sido de sus mayorías. Es decir, pajas por doquier.
No nos dejemos embaucar. Ambas historias son propias de la mitología. La primera es coreada por una facción históricamente privilegiada que se aferra, con cierto miedo inédito, a sus prebendas inmerecidas; mientras que la segunda es anunciada, con un desborde delirante de moralina, por un conglomerado tácito de oportunistas políticamente correctos, próceres de la moderación y la desideologización, con el objetivo de reclamar su preeminencia moral y ocultar su «corrupcioncita» diaria.
Queridas amigas y compañeros de aventura: la polarización es innegable, pero esta no es un desenlace directo de la coyuntura –en sentido amplio (digamos, 2015 para acá)– ni, mucho menos, consecuencia de las quimeras de la «corrupción», la «ideología» o las «conjuras oenegeras». La polarización, la fragmentación y la desmovilización de la sociedad guatemalteca es una derivación histórica, producto de la configuración misma del Estado y –mucho ojo– es de naturaleza eminentemente socioeconómica. Eso viene desde la colonia –con minúscula, por favor–. No viene de Codeca, la Cicig, el advenimiento de las redes sociales o la muerte de Arzú.
En otras palabras, no es que «nos estemos polarizando», sino que «existimos en un estado de polarización perenne». Y es a través de la ideología bien articulada, las acciones judiciales bien ejecutadas y la participación de la ciudadanía en la construcción de comunidad que finalmente podremos superar ese déficit democrático atemporal. Y con amor, mucho amor.
Fascistoides y moderados, ambos, intentan desviar nuestra atención, para que el ciudadano común –como usted y yo– estemos demasiado distraídos como para embarcarnos en análisis consciente de la realidad concreta, por obvias razones de beneficio personal. Ya sea para seguir siendo los de «arriba» en la escala de poder, o los de «arriba» en la escala moral.
Todos iguales de mentirosos.
Evidentemente, hay un sesgo hacia la izquierda de parte de los operadores de la «lucha contra la corrupción», pero eso no es en sí mismo malo, pues los operadores de la debacle existente en Guatemala han hecho de las suyas con un sesgo hacia el fanatismo economicista neoliberal, un subtítulo innegable de las derechas modernas. Equilibrio, que le dicen.
Pero lo que yo planteo es lo siguiente: ¿podemos apagar el fuego con gasolina? ¿Llegaremos a la tierra prometida a través de acusaciones, calumnias y fantasías cruzadas? ¿Quién por el amor, el perdón, el servicio y la comunidad?
Hasta ahora, nadie. Al menos nadie que se note. La compasión y la solidaridad no venden en estos tiempos.
Bobby Recinos

En otras vidas fui abogado, cantante y jugador de básquet. Me gradué de derecho en la UFM y de ciencias políticas en Kyudai, Japón. Soy crítico porque estoy vivo y soy un idealista necio.
Un Commentario
El equilibrio debe darce en todas las manifestaciones de la vida…existe el equilibrio que la madre naturaleza nos da…es la dualidad de la vida…lo bueno, lo malo…lo justo, lo injusto, y asi podriamos dar mas ejemplos…donde no hay equilibro es ahi donde se dan las injusticias…pobreza , pobreza extrema, ricos, muy ricos, potentados, magnates y asi mas ejemplos… el descontento de las agrupaciones sociales se daran siempre cuando no se aplique la ley…
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