-Susana Merino | POESÍA–
¡Qué dolor, país, país!
Te soñé, desde el pequeño germen de la infancia
te acuné, con un tibio sueño adolescente
te entregué el fruto maduro de mi sangre
en espigas doradas mis tres hijos
y en el ocaso creciente de mis días
ya no te reconozco.
Porque en tardes lluviosas de verano
o en noches perfumadas de azahar
de un cielo ya lejano
hubo tanta estrella esperanzada,
hubo tanta esperanza ilusionada,
hubo tanta ilusión enamorada
de un futuro sin penas y sin lágrimas
que un diario acontecer hizo pedazos
y ¡no te reconozco!
Porque el futuro es hoy y no mañana
al menos para mí, ya no me alcanzan
los días por vivir
y reencontrarte es apenas la luz de una quimera
alojada en el olvido de una lámpara.
País, país, una honda queja
se clava como un grito en mi garganta
me duele en las entrañas
¿adónde te perdí? ¿en qué caminos
extraviaste tu carga de promesas?
¿en que recodo te asaltó la infamia
dejándote desnudo, inerte y dolorido
como si hubieras muerto?
Apenas un retazo de recuerdos
viejo y descolorido
me queda en las alforjas
pero te abrigaré con dolorosa urgencia
como a un retoño nuevo
para que el amanecer te borre las tinieblas
y ahuyente a las aves carroñeras
que lucran con tu muerte y tus despojos
Y un renacido amor restañe tus heridas y rescate
de canallescas manos traicioneras
este absurdo presente ensombrecido
esta sórdida y mísera condena
que, con tretas de astutos mercaderes
e intereses bastardos y rapaces
se ensaña con tu pueblo y su destino
¡Qué dolor, país, país!
Internet
¿Es solo una ventana abierta hacia la nada?
¿hacia la nada? no, hacia la espera
de un promisorio mensaje de palabras
tejido por las redes de miles de señales
que transitan un cielo sumiso y planetario
Es un frescor de lluvia tapizando el silencio
poblando habitaciones jamás imaginadas,
palabras que cabalgan sobre la mar océano
de oriente hacia occidente y viceversa,
carabelas virtuales que navegan hacia el descubrimiento
sembradoras de huellas trashumantes
que expirarán mañana, cada día
e inauguran la magia de inventarnos el rostro
de un ser desconocido que habita el horizonte
e ingresa a nuestro mundo sin tramitar visados.
Babel de siderales alturas y distancias
que acontece en el aire y se dispersa
por confines remotos agitando al búho del insomnio
y encendiendo un ritual de letras engarzadas
que buscan, en riberas ajenas e ignoradas
un puerto transitorio para el alma.
Palabras
(libertad, igualdad, fraternidad)
Palabras viejas, ajadas, algo descoloridas
por el paso del tiempo
Palabras gastadas, falseadas, bastardeadas
Por el uso ruinoso y el manoseo constante
Y sin embargo amadas
Palabras eternas, esenciales
Con el espíritu cansado de disfrazar mentiras
De contemplar engaños,
de acorralar verdades siempre traicionadas.
Palabras que nos gritan: ¡Suicidas! ¡Asesinos!
Nos han despedazado, nos han quitado el alma
Sin comprender que somos el verbo que da vida
Que somos la sustancia que puede rescatarlos
Del hondo precipicio
De todas las dementes crueldades fabricadas.
Palabras que hermanaban el cielo con la tierra
Y hablaban de otro mundo más justo y solidario
Y que en una alocada carrera sin destino,
estamos olvidando
Susana Merino

Nacida en la provincia de Buenos Aires en 1928, pero educada y formada en España y Tucumán, egresé como Arquitecta en 1955. Desempeñé sucesivamente las Direcciones Provinciales de Vivienda de Catamarca y Tucumán. Becada por la OEA para realizar estudios de especialización en Vivienda de Interés Social en el CINVA, Bogotá, Colombia. Contratada por la OEA para recoger información sobre dicho tema, recorrí casi toda Latinoamérica y posteriormente Europa. Resido desde 1964 en Buenos Aires y he desarrollado tareas profesionales en el CFI (Centro Federal de Inversiones), en la Oficina de la Región Metropolitana del CONADE (Consejo Nacional de Desarrollo), en la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano y en la Consejería Agrícola de la embajada argentina en Roma. Respondiendo a una vocación largamente postergada hace ya casi treinta años que escribo sobre temas sociales y políticos, habiendo publicado varios libros: Nociones de Ecología (en colaboración), La Tasa Tobin, tres años de historia, Cuatro veces veinte (recopilación de artículos), Huella alternativa (recopilación de artículos) y terminado recientemente Travesuras literarias tres relatos dialogados con próceres argentinos, Alberdi, Echeverría e Ingenieros.
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