¿Podemos comenzar a hablar de la conformación de un sujeto político plural? (II)

-Sergio Estuardo Castañeda Castañeda / EXPLORACIONES

Entendiendo el sujeto político como esa fuerza social capaz de analizar la realidad y buscar transformaciones en beneficio de la población, entendíamos que este, hoy por hoy, debe ser plural. También mencionaba en la primera entrega que se deben asumir dos cuestiones fundamentales para ir pensando en su construcción. La primera era asumir la autocrítica para buscar erradicar esos vicios que se cometen desde hace décadas en los movimientos sociales y que alimentan a las políticas segregacionistas. El otro aspecto, desde el eje positivo, es el reto pedagógico para sumar más personas a esta lucha desde nuestras propuestas y desde lo que apostamos sean otros relacionamientos humanos y concepciones del mundo alejadas de las lógicas del capital.

Abordemos pues la primera de estas. Los vicios y manías infantiles que se dan dentro y entre las organizaciones sociales son, lamentablemente, muchos. Por mencionar algunos, diría que tras el desgarramiento del tejido social que significó el genocidio y el terrorismo de Estado, es fundamental sanar y erradicar muchos prejuicios que tenemos entre nosotros. Por ejemplo esa desconfianza a quien no piensa exactamente como yo, ya que suele asumirse que todos los integrantes de las organizaciones comparten idénticamente la misma constitución ideológica. También ese prejuicio tan dañino que se da muchas veces de intelectual a activista y viceversa. Toca recuperar el diálogo intergeneracional de forma no jerárquica. Reconocer que los liderazgos son imperantes pero no deben significar “comandantitis”.

Otro perjuicio histórico en las organizaciones sociales es que han buscado homogeneidad en los sujetos que los componen, exigiendo niveles iguales de formación académica, de participación y uniformidad de prácticas; cuando la articulación realmente se basa en la diversidad y diferenciación de labores con los mismos o similares objetivos de fondo. Es hora de identificar estas y muchas más prácticas dañinas, y entrarle a una profunda y honesta autocrítica para trascender situaciones que solo nos segregan más. Toca reconocer la multiplicidad de prácticas y experiencias de las personas y para ello el análisis, la constante discusión y debate es fundamental.

En el segundo aspecto el reto es mayor, pues en una sociedad como esta, con un tejido social desgarrado, con los valores conservadores profundamente arraigados y bajo las nuevas formas de dominación, como la maquinaria mediática y alienante al servicio del poder –que estandariza los gustos y prácticas del individuo para prevenir precisamente la aparición de un nuevo sujeto político–, vemos que sumar personas a la causa es complejísimo pero importantísimo. Se trata de la lucha de ideas en donde el poder hegemónico tiene un bombardeo 24/7, pero eso no significa que podamos quedarnos de brazos cruzados. Hay formas de llegar y posicionar nuestros discursos y concepciones del mundo.

Trabajemos pues en procesos serios para trasladar información y conocimientos a en barrios y plazas, creando medios de comunicación alternativos y realizando actividades lúdicas y alegóricas en diversos espacios. Trabajo de hormiga cotidiano. Utilización estratégica y eficaz de las redes sociales, entre otros. Yo sé que hay un poco de todo eso pero muchas veces de forma dispersa, unificarlos es necesario. Estos son solo algunos de los retos que las organizaciones sociales, los activistas, los docentes comprometidos y los cientistas sociales deberíamos asumir para trascender esas investigaciones que únicamente son de consumo académico o esas actividades herméticas que suelen resultar para los mismos de la foto. Toca ir más allá.

Sergio Estuardo Castañeda Castañeda

Estudiante de ciencias sociales, escritor y explorador que ha concebido la indagación de diversos escenarios como parte fundamental en el proceso de aprendizaje. Vinculado a la realidad política y social a través de la participación en colectivos críticos urbanos. Consciente de la necesidad de expulsar ideas para abrirnos al diálogo, al debate, a nuevas formas de compartir aprendizajes e intentar llegar a pensar por nosotros mismos. Ante el devenir de la historia, apuesta por reconocer que nada es inmutable y que todo puede ser de otra manera, incluso, dentro de la sociedad rígidamente establecida en la que estamos inmersos. Concibe que toda emancipación tiene como premisa la confrontación de sí mismo y hasta cierta incomodidad, pero que la satisfacción que le sucede lo vale. Por lo que cree que en paralelo a las lecturas y a la formulación de argumentos debe ir la calle y el rock ‘n roll como método abarcador de conocimiento, ya que la realidad trasciende los claustros.

Exploraciones

Un Commentario

Oscar 28/09/2017

Excelente análisis. De verdad que es momento de asumir nuestros errores de antaño. Saludos, sigan adelante.

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