Nada se compara con esto de despertarte lejos, muy lejos de tu país y depender de las redes sociales para saber que está pasando en él. Es terrible… y leer los titulares de los periódicos no ayuda mucho, son aberrantes.
Y las redes sociales, bueno, ni se diga. Me envía una amiga poeta desde España una reflexión incomodísima sobre Siria: alguien dijo que si hicimos un minuto de silencio por París nos deberíamos callar para siempre con lo que pasa en Siria. Y es verdad, mueren diariamente centenares de seres humanos, muchos niños y el mundo guarda un silencio cómplice. Y en América Latina, Siria casi ni existe. En Facebook, alguna amiga lo recuerda con tristeza. Los periódicos panameños hoy día no la tienen como prioridad, lo cual es hasta entendible con tanta corrupción y tanta malversación de fondos estatales en nuestros lares.
Los periódicos nacionales están llenos de rubros sobre la eliminación de la Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional, la limpieza que se hizo de Isla Iguana, luego de que algunas bombas de la Segunda Guerra Mundial fueron encontradas (limpieza que, según el derecho internacional, le tocaba a quien las ensució, no al Gobierno panameño.) Los demás diarios, La Estrella de Panamá y demás, no hablan más que de cosas importantes para los panameños que viven dentro del monstruo, hablan de la falta de gas, de la ampliación del canal, de los casos de corrupción en la Asamblea Nacional (que son muchos) y de una merecida condecoración a un icono nacional: Dorindo Cárdenas (algo bueno dentro de la podredumbre estatal).
La Prensa dice hoy, entre otras cosas, que: «El próximo lunes 12 de marzo se realizará la audiencia solicitada por el abogado del expresidente Ricardo Martinelli Berrocal, Sidney Sittón, quien pide el levantamiento de detención con fines de extradición de su defendido, dictada por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) el pasado 12 de diciembre». Y esa no es ni siquiera una noticia de primera plana. Un ser humano que nos robó a todos los panameños, que se apropió de millones de dólares en comida seca para los niños pobres ¿cómo se atreve a dormir? ¿Cómo hay quien lo defienda aún? ¿Cómo se atreven sus defensores a pedir casa por cárcel para un individuo que aumentó su fortuna personal, la de su familia y amigos a costa del sudor de todo un pueblo?
El Diario Critica nos dice hoy que: «La defensa del expresidente Ricardo Martinelli pedirá la suspensión de una orden de detención con fines de extradición del exgobernante por indultos otorgados a pocos días de culminar su mandato. La audiencia fue programada para el 12 de marzo en la Corte Suprema de Justicia. La audiencia se realizará para atender dicha solicitud presentada por Sidney Sittón, abogado de Martinelli. La defensa del expresidente alega que el caso prescribió».
Y yo no creo que el robo comenzó con él, la verdad sea dicha, el robo a las arcas del Estado panameño, guatemalteco, hondureño, salvadoreño, brasileño, colombiano y de toda nuestra patria grande, comenzó con la independencia de España, nuestra madre patria, esa que nos enseñó a robar para poseer bienes y llegar a ser alguien en esta extraña sociedad. Y nuestras poblaciones indígenas anteriores a la conquista española, que habitaban en nuestras tierras, también estaban dañadas por el poder y poseían una sociedad clasista en lucha con otros pueblos hermanos. Por qué esconderlo? ¿Por qué no gritar que estamos mal desde hace miles de años y que queremos cambiar para ser una sociedad humana mejor, más humana, más igualitaria, más digna, con mayor respeto a la persona humana, a su vida y dignidad?
Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de post-grado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.
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