Páginas olvidadas de la historia (XXVIII)

Antonio Móbil | Política y sociedad / LANZAS Y LETRAS

Caída del Dr. Gálvez

Separación del mando del doctor don Mariano Gálvez

Segunda parte

Cúmplese en este año la primera centuria de cuatro acontecimientos históricos que tuvieron grandes consecuencias en la vida política de Centro América. Esos hechos fueron los siguientes: el cambio del régimen gubernamental en Guatemala; la primera incursión de las huestes carreristas a la capital; la formación del Sexto Estado y la ruptura del pacto federal.

Desde mediados del año de 1837, en el oriente del Estado, surgió la revolución carrerista, en tanto que el cólera asolaba problaciones casi por completo. De esta revolución tendremos oportunidad de ocuparnos más tarde; hoy iniciamos estas divulgaciones de carácter histórico, dando a conocer la actitud de la antigua Guatemala en los acontecimientos que produjeron la separación del doctor Gálvez de la Jefatura del Estado. Antes veamos algunos antecedentes.

Gálvez, en vista de la situación política, decidió reunir a la Asamblea Legislativa en sesiones extraordinarias; sin medir las consecuencias que se sobrevendrían por haber marcado un lapso muy corto entre la fecha de convocatoria y la de la reunión de la Asamblea, creía que con la derogación de ciertas leyes contendría el avance de la revolución oriental o de la montaña, como es más conocida. Tal política del doctor Gálvez, dio lugar a la formación del bando oposicionista, dirigido por Barrundia y Molina.

La Asamblea Legislativa inauguró sus sesiones sin el número de representantes que determinaba la constitución del Estado. Hubo ocasión en que se necesitaba un voto para que cierta ley fuera derogada, y se hizo entrar al portero de la asamblea para que con su parecer hubiera mayoría… Los representantes asistentes, casi en su mayoría, eran del bloque que años atrás no habían aceptado las reformas presentadas por Gálvez; esos mismos representantes, en 1837, encontraron suma facilidad para desaprobar muchas disposiciones que habían pasado en años anteriores, gracias a la mayoría liberal de la asamblea.

Semejante conducta del jefe Gálvez, dio lugar a que el representante Barrundia hiciera publicar lo siguiente:

«He oído con asombro los procedimientos de los diputados en sus sesiones. De una reunión ilegal, precipitada y sin dar tiempo a los demás representantes, no podía resultar sino atentados contra las leyes y contra la libertad pública, supongo que Vm., no estará de acuerdo con los desatinos bárbaros del proyecto. Sin respeto a la Constitución han hollado los trámites para aprovechar el momento de su infausta mayoría; han omitido lecturas, y hasta han presentado los artículos de su resolución, y los han discutido y probado sin apoyarlos en nada ni razonar sobre cosas tan delicadas; han llamado al portero en falta de un propietario, sin respeto ni decoro a la Constitución que establece: que diputados que en las ordinarias. Y todo este atropellamiento y desconcierto, para presentar un proyecto lleno de facultades absurdas y atentatorias a todo principio, para revestir de ellas al gobierno, y colmarlo de odiosidad y tiranía en tiempos tan críticos y delicados; para derogar después las leyes más populares; para destruir las libres elecciones de Jueces y Consejeros; para anular el sistema de hacienda, decretado con tantos trabajos; para dar fuero militar a toda la población, hecha ya como debe serlo, de soldados ciudadanos; y en fin, para completar su demencia, haciendo una irrisión feroz del Código, que mandan observar por último. Creo, pues, que esta asamblea y este decreto han fijado ya la bandera de la revolución, y van a producir el verdadero trastorno del Estado».

Lo aseverado por Barrundia, es decir, los cargos hechos a Gálvez, no fueron desvanecidos por éste. Antes de la lucha armada que determinó la separación de Gálvez del mando, el día primero de febrero de 1838, hubo intensa campaña de prensa. El Opositor, el semi-diario, La Verdad, El Apéndice y otros periódicos más caldearon los ánimos en la antigua Guatemala.

Mañana veremos la actitud de los antigüeños en la guerra intestina de hace un siglo.


J. J. Pardo. Miscelánea histórica. Páginas 195-197.

Antonio Móbil

Escritor, editor, poeta, diplomático, apasionado por la vida y la belleza, defensor de la justicia y la equidad en todas sus acepciones y contextos. Exiliado por su pensar y decir, ha descubierto en la reflexión sobre la plástica una de sus grandes pasiones.

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