Páginas olvidadas de la historia (IX)

Antonio Móbil | Política y sociedad / LANZAS Y LETRAS

Juan José Arévalo acepta candidatura presidencial

No se me ocultan las dificultades que ustedes han tenido que superar antes de llegar a ese momento culminante, en el que tres partidos políticos de envergadura nacional recogen el clamor del pueblo, escuchado desde hace varios años en todos los departamentos para brindar al arevalismo los canales democráticos de expresión. Estos tres partidos, así como el heroico Magisterio Nacional, más los combativos estudiantes de todo el país, los trabajadores sindicalizados cuyo consejo acaba de lanzar un elocuente manifiesto; como los profesionales universitarios, los artistas y escritores revolucionarios, los empleados de comercio, los humildes y fatigados empleados fiscales y desde luego el campesinado mártir de toda la República, conjugarán su fe arevalista por construir dentro de la ley el gobierno democrático revolucionario que reclaman con urgencia los superiores intereses de la Nación y los anhelos públicos de dignidad, de bienestar; de seguridad, de trabajo y de paz.

En el mes de enero daré comienzo a mi actividad política con un mensaje al pueblo, en el que expondré extensamente las razones que me movieron a admitir esta vuelta a la arena pública, en la que se jugarán los destinos de Guatemala como República soberana, la vida y los bienes de los guatemaltecos y extranjeros, la tranquilidad pública y el derecho de los trabajadores de la ciudad y del campo a mejorar sin demora y sin pretextos sus calamitosas condiciones de vida. Aquel mensaje tendrá además de los principios filosóficos del arevalismo, sus proyecciones en el terreno político social y una síntesis programática del futuro gobierno, basada en las plataformas políticas de los partidos proclamantes.

Como sé muy bien que hay un reclamo general, con visos de protesta por mi prolongada ausencia, ruego a ustedes informar que no he querido entrar al país porque considero un deber ciudadano (sobre todo para un expresidente que ascendió al honroso cargo y salió de él con estruendosa aprobación de las multitudes) respetar los mandatos constitucionales que ese mismo pueblo, por su libre voto, otorgó en 1958. Mi ingreso al país antes de 1963 habría dado motivo a sucesos de imprevisibles consecuencias –perturbadores, eso sí– de la obra que debe desarrollar y terminar tranquilamente el actual régimen. A pesar de los ásperos juicios que numerosos grupos sociales han emitido acerca de este equipo de políticos en cuyas manos se puso la custodia y la prosperidad de los bienes de la Nación, yo me permití sugerir a los más caracterizados líderes arevalistas que guardasen distancia con respecto a los conspiradores y la mayor compostura cívica en caso de disturbios. No se me puede ocultar que a los viejos cuadros arevalistas se han sumado nuevas promociones que no me conocen. Estas legiones juveniles han oído que entre 1945 y 1951, hubo un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Su neo arevalismo se parece mucho al de 1944; es cuestión de fe y de esperanza, si bien ellos agregan ahora impaciencia por un pronto cambio de Gobierno. La juventud arevalista debe resignarse a esperar un año más, segura de que cuando los términos de la ley lo señalen, me tendrán a su lado compartiendo sus ideales, participando en sus asambleas y ayudándolos a levantar el corazón de las masas hasta imponer en comicios libérrimos el fallo soberano que la democracia representativa estatuye como definitivo e inapelable. Ofrezco pues, entrar a Guatemala en los comienzos de 1963. Será durante los días finales de marzo. La fecha exacta se dará a conocer con alguna anticipación, para que no haya arevalista que lo ignore.


José Antonio Móbil. Guatemala, el lado oscuro de la historia. Tomo II. Página 254

Antonio Móbil

Escritor, editor, poeta, diplomático, apasionado por la vida y la belleza, defensor de la justicia y la equidad en todas sus acepciones y contextos. Exiliado por su pensar y decir, ha descubierto en la reflexión sobre la plástica una de sus grandes pasiones.

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