Otro vergonzoso ataque contra el internacionalismo cubano

Mauricio José Chaulón Vélez | Política y sociedad / PENSAR CRÍTICO, SIEMPRE

«Nosotros ofrecemos formar profesionales dispuestos a luchar contra la muerte. Nosotros demostraremos que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta. Nosotros demostramos que el ser humano puede y debe ser mejor. Nosotros demostramos el valor de la conciencia y de la ética. Nosotros ofrecemos vidas».

Fidel Castro Ruz (palabras en el acto de inauguración del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve. Cuba, 2005).

El 23 de julio recién pasado, la organización Human Rights Watch publicó un texto en su sitio oficial, bajo el título «Cuba: normas represivas contra médicos en misión. Los gobiernos que reciben médicos cubanos deben exigir cambios». No voy a reproducir nada de lo que dice, porque en principio es una afrenta contra una de las misiones internacionalistas más trascendentales e históricas que un pueblo brinda al mundo entero desde 1963; y, en segundo lugar, porque ocuparía un espacio innecesario en esta columna que jamás se va a prestar para difundir mentiras, y menos cuando se trata de maniobras plenamente orquestadas en contra de las y los revolucionarios y de la solidaridad. En síntesis, Human Rights Watch le da cabida a los discursos difamadores contra Cuba, que dicen que «el Gobierno cubano impone normas draconianas a los médicos en misiones sanitarias que vulneran sus derechos fundamentales». Hay que carecer de vergüenza para expresar algo así, siendo Cuba el país que más misiones médicas ha enviado a otros países para combatir esta terrible pandemia de COVID-19.

Cinco días después, el 28 de julio, el medio de comunicación guatemalteco elPeriódico ha publicado lo mismo que Human Right Watch en un campo pagado. Considero que en nombre de la libertad de expresión no puede justificarse el publicar una nota como esa. Es como difamar al amigo, al hermano, a quien ha sido solidario conmigo. Es claro que en Guatemala se está tratando de evitar que las misiones cubanas tengan protagonismo, porque evidencian que se puede ser diferente y no como los mercaderes de la salud quieren seguir dominando. Ha sido tan mal el manejo de la pandemia por parte del Estado de Guatemala que quieren evitar a toda costa que un sistema de salud como el cubano venga a hacer las cosas distintas, habiendo demostrado que en su país se ha contenido exitosamente las consecuencias más difíciles de la enfermedad. Y por eso es esta campaña a la que se prestan determinados medios de comunicación en reproducir. ¡Qué vergüenza!

¿Habrá que mostrarle a Human Rights Watch y a la prensa que reproduce estas infamias todo lo que las misiones médicas cubanas han hecho en diversas partes del orbe? En Guatemala, por ejemplo, la Brigada Médica de Cuba ha atendido a más de 3 millones de personas, salvando 332 472 vidas, realizando incontables cirugías, diagnósticos y procesos médicos fundamentales para la salud de guatemaltecas y guatemaltecos. En los sectores más empobrecidos, cientos de miles de personas han recuperado la vista, se han sanado de enfermedades infecciosas, han recibido seguimiento y tratamientos sin costo alguno por parte de las y los profesionales de la salud cubana que están en nuestro país. A mí me salvaron la vida, actuando rápidamente con un diagnóstico certero, realizado primero aquí en la sede del Hospital Nacional de Escuintla, donde estaba la misión de Cuba, y luego en su propio país cuando estuve internado y muy bien tratado en el Hospital Enrique Cabrera Cossío en La Habana. Eso permitió a las médicas y médicos guatemaltecos que siguieron con mi caso aplicar las medicinas adecuadas, porque de lo contrario habría muerto. Asimismo, la hematóloga que me trató encabezando ese equipo de mi caso, la Dra. en Hematología Fabiola Valvert, es graduada en Cuba, a través del programa de la Escuela Latinoamericana de Medicina. De igual manera, otra de las hematólogas guatemaltecas que conocí durante mis estadías en la isla y que sigue de cerca mi proceso, la Dra. Londy Hernández, es egresada de la de la misma institución. Ambas poseen un altísimo nivel científico y humanista, y ninguno de sus pacientes hemos sufrido lo que se sufre en Guatemala por no tener dinero para pagar un tratamiento médico, por solo mencionar una de tantas situaciones que marcan la diferencia. Cuando he hablado sobre la formación cubana con otro de mis médicos, el Dr. Johan Vásquez, graduado de su especialidad en México y otro extraordinario hematólogo con la misma ética que las doctoras Valvert y Hernández, coincide en que es enorme la formación integral de la medicina cubana. Estas tres personas profesionales han salvado mi vida y tengo tanto que agradecerles, y son médicas y médico dispuestos a servir sin fijarse en lo económico como prioridad. Eso es Cuba y eso viví allá con el equipo de salud que me atendió, desde las doctoras y los doctores especializados hasta las enfermeras y el personal de administración.

Hasta el momento son 45 brigadas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve las que se encuentran en 38 países, luchando contra la pandemia de COVID-19. Las integran 3772 profesionales entre médicos, médicas, enfermeros, enfermeras y administrativos, siendo 2399 mujeres. Se ha atendido a más de 250 000 personas, salvando 8000 vidas. A esto debe sumarse el trabajo que los más de 28 000 colaboradores de la salud dispuestos en 58 países están realizando para agregarse al Contingente, con casi 90 000 personas atendidas en la emergencia y 13 000 vidas salvadas.

No hay ninguna prueba de que el Gobierno cubano obligue, extorsione o coarte a las y los profesionales de la salud de las Brigadas y del Contingente Henry Reeve. Y no hay porque no existen. El imperialismo ya no sabe qué inventar contra Cuba y la Revolución. Muchos no entienden, como lo dijo el comandante Fidel Castro en la Clausura del I Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975, lo que significan el internacionalismo, las misiones de solidaridad y la cooperación sin pedir nada a cambio más que la amistad y la justicia. Todo lo ven a través del filtro del negocio y por eso creen que en Cuba se actúa igual que en el capitalismo. Pero no; la Revolución cubana ha demostrado que se puede ser diferente. Ninguna de las personas que trabajan en las misiones médicas es obligada a nada y mucho menos reprimida. Al contrario. El espíritu altruista es consustancial al espíritu revolucionario, pero eso es difícil de comprender en las relaciones capitalistas donde todo se compra y se vende. Pero quienes están armando estas tramas mentirosas para que salgan publicitadas en diarios y otros medios, así como en sitios de organizaciones internacionales, saben perfectamente lo que están haciendo, y al no tener la verdad de su lado ni poder derrotar por medios económicos, políticos y militares a la Revolución cubana, tratan de hacerlo por la propaganda repleta de falsedades.

La mentira permanece encendida hasta que la verdad la alumbra, dice la voz popular. Cuba no está sola y vamos alumbrando con ella. Ella no nos ha abandonado jamás, sino todo lo contrario. Yo soy testigo vivencial de eso.

¿Por qué Human Rights Watch no se dedica a ver las verdaderas violaciones a los derechos fundamentales, siendo el primero de ellos el derecho a la vida, que están cometiendo los gobiernos asesinos de Donald Trump y Jair Bolsonaro en Brasil, con el manejo de la pandemia del COVID-19, y deja de participar en mentiras contra Cuba que es el país que más médicos ha movilizado en todo el mundo para combatirla? Por algo muchas personas y organizaciones están proponiendo al Contingente Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz.

Gracias Cuba por tanto. Estoy, como millones de personas en el mundo, contigo.

Mauricio José Chaulón Vélez

Historiador, antropólogo social, pensador crítico, comunista de pura cepa y caminante en la cultura popular.

Pensar crítico, siempre

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