Oliverio sigue vivo

Mirna Ramírez Pérez | Política y sociedad / HETAIRAS

tantos siglos contra un solo minuto,
tantos cuchillos para cortar una flor,
tanta bala para acribillar una bandera,
tanto zapato para aplastar un rocío,
tanto fuego para quemar un lirio,
tantos cazadores para cazar un solo venado,
tanto cobarde contra un solo valiente,
tanto soldado para fusilar a un niño.
Luis de Lion

Las marchas han sido siempre una expresión del pueblo, yo soy pueblo y con toda la fuerza de mi voz en las del 20 de octubre de cada año, allí estoy, gritando más que con la voz, con el corazón,

Si Oliverio no está aquí,
¿Oliverio dónde está?
Oliverio está en las calles
exigiendo LIBERTAD

Corría el año 1978, había ingresado a la tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala, a estudiar la carrera de Administración de Empresas en la Facultad de Ciencias Económicas. Mi entusiasmo desbordaba porque haber cursado estudios de magisterio en el Instituto Normal Centro América (INCA), en donde la participación estudiantil en la vida política era una escuela, me abría las puertas a otras dimensiones del involucramiento en espacios de construcción.

Durante ese año, resulté embarazada de mi primer hijo, así que estoy segura que el hombre que ahora es, escuchó todos los mensajes encendidos, esperanzadores, llenos de vitalidad y sentido que Oliverio Castañeda de León lanzaba constantemente en las aulas y plazas del campus central.

En estos tiempos, ese hijo mío cumplirá 40 años, los mismos años que cumple Oliverio de haber sido asesinado por las fuerzas represivas de un gobierno militar. Cuarenta años que caminé en la marcha del 20 de octubre de 1978, con siete meses de embarazo y estoy segura que todas las consignas gritadas las escuchó en mi vientre Pablo, ahora hombre que desde su trinchera trabaja con las y los campesinos, con la gente del pueblo, con los más necesitados, porque así lo proclamaba Oliverio.

Ese hijo mío no escuchó el último discurso de Oliverio, era tal la muchedumbre en el Parque Centenario, que debido al embarazo no consideré prudente estar cerca, como solía hacerlo en cada mitin. Dejé la marcha en la 8ª calle y 6ª avenida, y me coloqué cerca de la Biblioteca Nacional, tratando de aguzar el oído para captar lo que el secretario general de la AEU decía. No fue posible, pero el sentido, el sentimiento, el cimbrar de nuestras conciencias con los mensajes de Oliverio, están presentes.

Oliverio está aquí, está en mis hijos, que siguen clamando por justicia social, porque siguen en las marchas conmemorativas, de protesta ante la actual crisis política en el país, porque seguimos gritando con toda la fuerza de nuestro ser:

¡PORQUE MIENTRAS HAYA PUEBLO… HABRÁ REVOLUCIÓN!


Fotografía por Mirna Ramírez.

Mirna Ramírez Pérez

Mujer, feminista, defensora de los derechos de las mujeres, tomo la palabra para denunciar este sistema opresor, patriarcal, racista, discriminatorio. Le apuesto a encontrar, de a poquitos, los resquicios para destruir ese sistema y construir el que posibilite la inclusión de todas y todos.

Hetairas

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