Luis Enrique Morales | Política y sociedad / OTREDAD Y EDUCACIÓN
Hannah Arendt, en La condición humana, comenta que nunca se está más ocupado cuando se está desocupado, refiriéndose al momento cuando alguien deja afuera todo aquello que le quita la tranquilidad y puede ocuparse de su propia vida. En ese momento de ocio, el ser humano es capaz de pensarse a sí mismo, de reflexionar sobre la realidad que lo encierra o de llegar al acto creativo. Esto curiosamente va relacionado al dicho popular, mente desocupada taller del diablo, ya que hace énfasis a que si se hace nada sin tener una mínima noción de algo, el ser humano corre el riesgo de ahogarse en pensamientos negativos, o sea, pensamientos autodestructivos o destructivos, con tal de llenar la mente.
El ocio, según la RAE, es la cesación de trabajo, inacción o total omisión de la actividad. También nos dice que es el tiempo libre de una persona y la diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio. Es, entonces, el ocio, una actividad sumamente recreativa de la condición humana. El hombre necesita del ocio para ser más feliz, para ser más creativo, para ser más productivo y para aprender mejor. Por ello, tener un espacio de ocio dentro de la escuela y dentro del trabajo es sumamente importante.
Dentro del laburo, resulta que en el ocio el individuo se entrega de manera voluntaria a liberarse de sus obligaciones profesionales y las problemáticas que este encierra, con tal de divertirse. Pero en ese liberarse, la persona no olvida sus obligaciones ni los problemas, más bien los mantiene en su inconsciente, donde todo eso se va ordenando para luego poderse solucionar de una manera casi natural. Un ejemplo en el que se comprueba esto son los mundos sumamente confortables que las empresas han creado para sus trabajadores, donde se encuentran mesas de billar, de ping-pong, hamacas para dormir, etcétera, con tal de aumentar la productividad y la canalización del estrés a través del ocio, cuyo resultado final será un acto creativo para la solución de los problemas o simplemente un acto creativo que será la llave para la innovación.
Dentro de la escuela sucede algo similar. Los estudiantes se liberan del estrés de la escuela y de sus obligaciones como estudiantes. La actividad recreativa ayuda a construir el conocimiento porque el estudiante está situado en una actividad voluntaria que le permite conocer las cosas a su propio gusto. También el estudiante descubre qué es lo que le gusta hacer, tanto dentro como fuera de la actividad recreativa, algo que es muy importante porque entonces el aprendizaje de ese descubrimiento será un acto voluntario y no una obligación. También puede ayudar a los estudiantes que se sienten saturados de tanto conocimiento a relajar la mente en el ocio, y al regresar a sus asuntos estudiantiles, les permitirá continuar y obtener un aprendizaje de mejor calidad. El ejemplo más claro es la llamada “hora de recreo” que se les da a los niños. Está comprobado científicamente que los niños después de la hora de recreo aprenden más, porque no solo se han liberado energía sino que también el estudiante está más relajado y atento a escuchar. Lamentablemente ese tiempo es de apenas 30 minutos, cuando en realidad los estudiantes deben tener un pausa intermedia entre cada cambio de periodo de alrededor de 10 minutos, con tal de reducir el bloqueo mental. El ocio es importante dentro de la vida estudiantil y es importante promoverlo.
Como conclusión, se debe decir que el ocio es benéfico en la medida de que haya un saber en el fondo, para que este se pueda ir desarrollando y perfeccionando con el pasar del tiempo. Y todo ocio sin una noción en el fondo es un ocio que en su generalidad se vuelve destructivo.
Imagen principal, Boys in a pasture (1874) de Winslow Homer, tomada de Winslow Homer.
Luis Enrique Morales

Quetzalteco nacido en 1989, escritor independiente y estudiante. Egresado de la Universidad Galileo en 2012, excatedrático en el área automotriz de la región de Quetzaltenango. Actualmente residente en Estocolmo, donde trabajo en docencia y, al mismo tiempo, estudio Ciencias de la Educación (Pedagogía) en la Universidad de Estocolmo.
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