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Cuatro años y dos meses. Hoy se cumplen cuatro años y dos meses de una tragedia que debería haber destruido los cimientos del gobierno de Jimmy Morales. Cuatro años y dos meses de duelo. Cuatro años y dos meses que parecieran haber apagado el grito de dolor que nos ahogó el ocho de marzo de 2017. Pero aquí, en gAZeta, no olvidamos y seguiremos levantando nuestras voces para que se haga Justicia. Sí, con mayúscula, porque invocamos a la Dama para que con sus ojos vendados imparta equitativa y honestamente la ley.

Entonces, como un ejercicio de memoria, vamos a recapitular. Era el medio día del 8 de marzo, mientras celebrábamos el Día Internacional de la Mujer, las primeras noticias llegaban a nuestros oídos. Un incendio había consumido parte del Hogar Seguro Nuestra Señora de la Asunción. Conforme las horas pasaban, el número de niñas fallecidas aumentaba, de 19 pasamos a 22, de 22 a 35, de 35 a 40, para alcanzar días después, el número final de 41.

Pero, ¿cómo llegamos a eso? Conforme pasaron los días, la información nos fue llegando a cuentagotas. El día anterior, 7 de marzo, varios jóvenes habían escapado de las instalaciones, por lo que la PNC fue enviada para “recuperarlos”, lo cual desató un enfrentamiento entre los jóvenes y la policía que duró aproximadamente cinco horas. Finalmente, casi a la media noche, con el orden restablecido, encerraron bajo llave a los adolescentes. Sin autorización de juez competente, pero con conocimiento de las más altas autoridades del Estado, fueron virtualmente encarcelados e incomunicados. Así fue como 56 niñas terminaron hacinadas en un salón de 27.2 metros cuadrados, aun cuando habían más salones vacíos. A las 8:45 de la mañana del 8 de marzo las jovencitas le prendieron fuego a unas colchonetas, con el afán de llamar la atención y que las liberaran. Pero los agentes de la PNC destacados en el lugar no lo hicieron, a pesar de tener la llave en su poder. El incendio duró 25 minutos, el tiempo que tardaron los bomberos en llegar a la escena. Según el fiscal Marroquín, por al menos 9 minutos, la temperatura de ese salón alcanzó los 300 grados centígrados y la cantidad de oxígeno disminuyó drásticamente. Diecinueve niñas murieron en el lugar, el resto en los hospitales a los que fueron trasladadas.

No hay fuego que pueda consumir las injusticias y los vejámenes que sufrieron las niñas ilegalmente encerradas en el Hogar Seguro Nuestra Señora de la Asunción. Tampoco creo que el 8 de marzo pueda volver a ser un día de fiesta. No, ese fuego arderá en nuestras entrañas, nos impulsará para reivindicar, con más fuerza, una sociedad más justa, una sociedad que respete nuestros derechos, una sociedad que vea en sus niños y adolescentes la semilla de un cambio no muy lejano y que considere a las niñas como la base para un futuro equitativo.

Susana Alvarez Piloña

Nos unimos a la acción global por las niñas