No importan los jóvenes, importan mis hijos

Edgar Florencio Montúfar Noriega | Política y sociedad / IDEAS AL AGUA

Anualmente observamos los resultados de las evaluaciones a los jóvenes que concluyen el ciclo diversificado del nivel medio en Guatemala. Los resultados no son para felicitar a la sociedad guatemalteca, son más un indicador de la indiferencia de la sociedad hacia las nuevas generaciones. Pero también de la preocupación de las familias por garantizar una buena educación para sus hijos.

«No importan los jóvenes, importan mis hijos». Ante esta postura, las familias se organizan para buscar las mejores opciones educativas, destinan recursos si es necesario, esperando con ello que la «buena educación» que se está obteniendo para los hijos los diferencie de la masa de jóvenes que se están formando, asegurando así mejores oportunidades para continuar los estudios o mejores ingresos, o, debería decir, mejores trabajos.

Los responsables de la política pública, por su parte, han demostrado un escaso interés por mejorar el sistema educativo de forma técnica. Lo hacen de forma cosmética, pero no dando respuesta a los problemas que se han diagnosticado ya en varias ocasiones. Solamente toman insumos para justificar sus acciones.

Una de las grandes recomendaciones de las evaluaciones educativas es la necesidad de apoyar a las familias pobres con más recursos y acciones públicas focalizadas para mejorar los aprendizajes, pero también mejorar las condiciones de vida. Sin embargo, esta recomendación no es escuchada por las autoridades actuales ni por los candidatos a algún cargo de elección.

Los constantes resultados en educación presentados por diferentes instituciones públicas, privadas, nacionales o internacionales a los diferentes gobiernos y el hecho de que los gobernantes se queden pasmados, hacen pensar que la clase política es incapaz de valorar el conocimiento científico, quizás no lo entiende o, peor aún, lo ignora, ya que el conocimiento científico es contrario a sus intereses.

Por lo tanto, seguiremos viendo como los gobernantes mantienen un sistema educativo que permite la reproducción social. El sistema seguirá garantizando la exclusividad de mejores opciones, o mínimas por lo menos, para las nuevas generaciones de las clases medias y altas. El sistema seguirá ofreciendo escazas oportunidades y de baja calidad a las clases bajas.


Edgar Florencio Montúfar Noriega

Hijo, padre, esposo, hermano, sociólogo y pecador creyente que vuelve a pecar

Ideas al agua

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