Carlos Castro Furlán | Política y sociedad / PERSIGUIENDO EL HORIZONTE
Podríamos caracterizar al Estado guatemalteco como un Estado fallido si nos ponemos a escudriñar detenidamente y analizamos sus índices de desarrollo humano, ocupamos el nada honroso puesto 125 de 147 países estudiados, los cuales ya casi se asemejan a los índices de Haití y a los de muchos países africanos.
A simple vista, sin necesidad de ser un analista político o sociólogo, podemos ver que la infraestructura vial está completamente destruida, los salarios de la clase trabajadora no alcanzan para tener acceso a los alimentos de la canasta básica, ya no digamos para pagar los alquileres de míseros cuartos que cada vez están más caros y que cada vez reúnen menos las condiciones de ser una vivienda digna en donde los niños y los adultos se puedan desarrollar como seres humanos. Y qué decir de la educación y la salud que son dos áreas fundamentales que han estado abandonadas por todos los gobiernos de turno de la «era democrática» (1985 al presente), y que son dos pilares esenciales para poder esperar que el desarrollo alcance algún día a nuestra querida Guate Maya .
No ahondaré mucho en los indicadores sociales, -los cuales se pueden hallar en el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas-.
La oficina de Derechos humanos del Arzobispado nos dice que siguen siendo aterradores los índices de desnutrición crónica en menores de cinco años, ya que pasó de 1 por cada 1 000 habitantes en el 2009 a 26 por cada 1 000 en el 2015, que la mitad de personas que viven en pobreza extrema son niños menores de quince años y que de cada diez niños menores de cinco años, 8 padecen desnutrición crónica.
La falta de oportunidades y la falta de empleo (se calcula que la tasa de desempleo alcanza a 70.2 % de la población, si no se toma al empleo informal como empleo pleno) han obligado a más de dos millones de guatemaltecos a migrar hacia otros países mayoritariamente a Estados Unidos y México.
En la actualidad migran no solo los varones adultos, sino que también las mujeres y los niños acompañando a sus padres, y la tendencia en los últimos cinco años es que muchos niños menores de 10 años y adolescentes migran solos buscando una oportunidad que nunca encontraran en el país de l«a eterna tiranía».
Los Estados Unidos declararon como «emergencia nacional» a la migración infantil de centroamericanos del Triángulo Norte, es decir Guatemala, Honduras y El Salvador.
Según datos de UNICEF-México:
-El número de casos de niños, niñas y adolescentes extranjeros que migraban sin la compañía de un adulto y fueron detectados por autoridades migratorias mexicanas aumentó un 333 % de 2013 a 2015. Más de 60 000 mil niños cruzan la frontera al año para reunirse con sus padres en un proceso de reunificación familiar y muchos de ellos terminan siendo deportados o careciendo del acceso a una vida civil o hasta salud. El 97 % de los niños migrantes en 2015 provenía de Honduras (27.4 %), Guatemala (49.6 %) y El Salvador (20.5 %). La mayoría de ellos eran adolescentes de entre 12 y 17 años
O sea que de esos 60 000 niños que migraron en 2015 al menos 30 000 eran guatemaltecos.
¿Qué futuro le espera a Guate Maya si se está quedando sin niños y sin jóvenes?
Los migrantes no abandonan su tierra, sus costumbres y sus familias «porque quieren», como dijo el vicepresidente Jafeth Cabrera, ellos dejan sus recuerdos y la tierra que los vio nacer para buscar una oportunidad que les ha negado la clase acomodada y los gobernantes de turno, y un sistema de injusticia y explotación que ha sido construido para seguir extrayendo el sudor y el trabajo de la mayoría de los guatemaltecos desde los tiempos inmemoriales de la Colonia y que han perfeccionado los herederos de la «patria del criollo» para seguir acumulando riquezas a costa de hacer cada vez más pobre a la ciudadanía.
Los únicos años de democracia que hemos experimentado los guatemaltecos fueron los diez años de Primavera, como llamó a la Revolución de 1944 Manuel Galich, la cual fue interrumpida por un golpe de Estado promovido por el Gobierno de Estados Unidos de América a través de la CIA, con el apoyo del Ejército, la oligarquía y la Iglesia católica.
Las únicas reformas positivas que abogan por el bienestar de los ciudadanos y que aún se conservan en la actualidad datan de esa época (autonomía universitaria, el IGSS, el Código de Trabajo, el derecho a la organización, la igualdad de derechos para todos los ciudadanos, etcétera), aún cuando la mayoría fueron tergiversadas por los gobernantes de turno quienes después de 1954 hasta la fecha se enriquecieron saqueando las arcas del Estado.
Es por eso que se necesita refundar el Estado guatemalteco desde las raíces, para construir uno nuevo en donde sean los ciudadanos quienes decidan sobre su futuro y se destierre por siempre a aquellos que se han apropiado de las instituciones de los tres poderes y las han puesto a trabajar para su beneficio.
Hoy, por primera vez después de 1944, se empieza a organizar una alternativa ciudadana que cuestiona a este estado neoliberal, clasista, racista y explotador que ha servido para mantener el statu quo de las clases acomodadas.
Codeca plantea que se organice una Asamblea Ciudadana, Popular, Plurinacional y Multilingüe, en donde las leyes sean elaboradas a través de la participación ciudadana,que a todos los funcionarios de Gobierno les sea retirado el derecho de antejuicio y puedan ser fiscalizados y removidos de sus puestos al menor indicio de apropiación ilícita de recursos del Estado.
Esa es la razón principal por la cual la oligarquía guatemalteca y sus sicofantes atacan con tanto veneno al Movimiento de Liberación de los Pueblos (brazo político de Codeca), ya que de todos los partidos y movimientos que participarán en la contienda electoral de 2019 son más de lo mismo, y es solo el MLP quien plantea la transformación del carácter del Estado en favor de que los ciudadanos ejerzan sus derechos y que los gobernantes sean lo que deberían de ser, «sirvientes del pueblo» y no los amos absolutos del poder, como son en la actualidad.
Imagen principal tomada de Wikipedia.
Carlos Castro Furlán

Ciudadano de Guatemala y del mundo. Sociólogo, economista, internacionalista y libre pensador. Exprofesor de la Universidad de San Carlos. Amante de la música, de los libros y de todo lo bueno. Mi pasión han sido el futbol, la carrera de larga distancia (maratón), los libros, las revoluciones y los procesos sociales en donde la organización popular ejerce cambios en favor de las mayorías.
5 Commentarios
Luchadores, soñadores, siempre solidarios y libertarios, buscando y haciendo una nación más Justa, responsable y libre, cueste lo que cueste. Adelante.
Desde mi punto de vista lo importante es el estado (como condición) de Derecho. Digo estado como condición en vez de Estado como institución. Es decir, la condición de vida cotidiana debe ser de Derecho.
De esta manera es posible resolver muchos problemas de la sociedad. Sin estado de Derecho, el Estado es fallido, y facilita la agresión, la corrupción e irresponsabilidad de la sociedad política
aqui va una referencia donde se amplia la explicación: http://miguelsobrado.com/libros-digitales/
Muchas gracias por el libro Miguel lo leeré detenidamente ya que aparte de que recoge una experiencia interesante, me hace regresar a mis 20 años que era cuando llegue a Costa Rica y tuve la dicha de ser parte de la Escuela de Planificación y haber conocido a interesantes personajes como Miguel Jimenez , Pablo Bejarano, Morerita de Coope- La Vaquita y tantos compañeros que contribuyeron a mi formación como luchador social y revolucionario.
Un fraterno abrazo desde Canada y otra vez muchas gracias por todas las enseñanzas recibidas en la Escuela de Planificación Social de laUNA de Heredia. Tu discipulo y amigo. Carlos Castro Furlán «El Chapín»
Guatemala y gran parte de los países latinoamericanos son estados patrimonialistas fallidos, que a pesar de su gran riqueza, expulsan a su población por la corrupción galopante en sus esferas de gobierno
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