Mujeres en la política (II). Liliana Isabel Hernández Estrada

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¿Cuál ha sido su trayectoria en la política?

Tengo 41 años, soy originaria del municipio de Cantel, Quetzaltenango, soy abogada y notaria, tengo estudios en proyectos sociales, tengo estudios internacionales en el sistema interamericano de derechos humanos.

Mi participación en la política, en su sentido amplio, ha sido desde mi adolescencia y juventud, siendo parte de organizaciones juveniles comunitarias, especialmente en la defensa de un medio ambiente sano. Tengo 22 años de ser defensora de derechos humanos y de la madre naturaleza, apoyando a comunidades, organizaciones, pueblos, en la defensa y cumplimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y de las mujeres. Como abogada y notaria he acompañado casos emblemáticos de lucha por la tierra y el agua.

No obstante, he sido afiliada y militante del Movimiento Político Winaq desde hace más de 10 años, en los cuales he sido secretaria de la mujer y he brindado formación política a jóvenes y mujeres. Esta es la primera vez que participo como candidata a un cargo de elección popular.

¿Qué la motivó a dar ese paso a la participación político electoral?

Mi experiencia como defensora de derechos humanos y como abogada me mostró la situación de exclusión, pobreza, falta de acceso a la justicia, la discriminación estructural, así como la falta de respuesta de funcionarios públicos a las denuncias de violaciones a derechos de la población. El 2015 fue un año que marcó un nuevo rumbo para Guatemala en un contexto de movilizaciones y expresiones ciudadanas de rechazo a la corrupción, apoyé en presentar la denuncia contra el presidente y la ex vicepresidenta para el retiro de su inmunidad y que fueran investigados. Todo ello me motivó a participar en política para contribuir como mujer indígena y como profesional, con trabajo y transparencia, a las transformaciones del Estado y a la lucha contra la impunidad, para una Guatemala inclusiva y plural. Porque es urgente y necesario el retiro de los políticos corruptos, dando paso a un nuevo liderazgo, joven, dispuesto a trabajar con probidad y enfrentar todo lo que está sucediendo en esta crisis social, política y económica que Guatemala está atravesando a través de la participación política.

Como ciudadana honesta y trabajadora era importante dar un paso más allá, pero esto no era posible solo por mi toma de decisión, sino que fui propuesta desde las bases de mi partido, fueron las mujeres quienes me propusieron y a partir de esta propuesta, en un contexto adverso de racismo, discriminación, también con una limitada posibilidad de obtener recursos económicos, alejada de mi familia, tomé la decisión importante para abrir la brecha a otras mujeres.

¿Cómo fue el recorrido para llegar a ser candidata?

Mis más de 22 años de experiencia en el campo social y jurídico, en los ámbitos comunitario, nacional e internacional. Además de ser miembro del partido por más de 10 años. En mi vida personal, superar violencia contra la mujer, discriminación y racismo, machismo y patriarcado. Como mujer indígena y como madre no ha sido fácil, pero debemos ejercer los derechos políticos que han costado la vida de miles de víctimas entre ellas muchas mujeres en el país.

¿Qué retos hay para la participación de las mujeres en la política electoral?

Los prejuicios, los roles asignados por la sociedad a las mujeres que es un desafío para ir superando, la falta de recursos económicos, la violencia política a lo interno de los partidos y a lo externo en la vida pública. Para las mujeres indígenas es aún más difícil por la exclusión, el racismo y la discriminación.

Es importante que los partidos tomen acciones afirmativas, porque la participación tiene ciertas limitaciones como los llamados roles asignados hacia la mujer, las tareas domésticas, en las cuales se limita el tiempo de las mujeres para participar, pero también el machismo, el patriarcado, donde a las mujeres no se les considera como personas con capacidad para la toma de decisiones, para ejercer cargos políticos y se les pide que tengan una misma actitud y un mismo tiempo que los hombres.

Los partidos deben cambiar esas actitudes, incrementar el apoyo a compañeras que sean cuadros importantes, en los aspectos económicos, morales, en la posibilidad de ser candidatas en los primeros espacios y en eso el movimiento político Winaq, dentro de sus estatutos, coincide en que haya alternabilidad, para que hayan posibilidades para las mujeres de ocupar espacios importantes, en eso coincido en el partido en haber postulado a 3 candidatas a alcaldesas en 3 importantes ciudades del país, como lo son Mixco, Villa Nueva y Quetzaltenango, que aunque son acciones importantes, no son suficientes, también hay que apoyar a las mujeres en lo económico, logístico, un equipo de apoyo y lo que una candidatura requiere de un equipo para poder apoyar a las mujeres, no dejarlas solas.

Fotografía proporcionada por Liliana Isabel Hernández Estrada.

¿Qué obstáculos ha encontrado en su participación?

Romper esquemas respecto a la capacidad de las mujeres indígenas, la falta de recursos económicos, la distancia entre lo rural y lo urbano, la movilización y también ha implicado que me aleje temporalmente de mi familia.

Hay muchas mujeres dispuestas a participar, sin embargo hay muchos prejuicios que vienen de una sociedad machista.

Las tareas asignadas a las mujeres son una limitante, hay que formar a los hombres para compartir las tareas entre hombres y mujeres. También hay violencia política al momento de tomar una decisión, a lo interno de los partidos hay violencia a través de acoso, difamación, las mujeres somos fácilmente vulnerables a actos de acoso y de difamación a nuestra honra, cosa que no sucede con los hombres y la violencia política externa. Además, en el caso de las mujeres indígenas también se ejerce violencia racista, como ya tuvimos ejemplos claros en esta contienda electoral.

¿Cuáles son sus propuestas para mejorar las condiciones de vida de las mujeres?

La propuesta 2020-13 contempla como sujetos centrales a las mujeres. Nos alineamos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible que priorizan la educación y la salud, nosotros aumentaremos la inversión en estos servicios y crearemos becas para las niñas. También en salud, se orientará a lo preventivo y con pertinencia cultural, también se apoyará la economía impulsando las formas propias de producción, comercialización y del cooperativismo en las áreas agrícolas, de servicios.

Nuestro objetivo principal es la transformación profunda del Estado en los ámbitos, jurídico, político, social y económico, pero eso solo va a ser posible a través de pasos graduales y en los 4 años de gobierno podemos dejar bases muy importantes para esa transformación profunda que anhelamos hacia un país incluyente, plural y democrático.

¿Qué considera que se necesita para una mayor participación de las mujeres en candidaturas a cargos de elección popular?

Necesitamos un liderazgo nuevo, con nuevo enfoque inclusivo y democrático, las mujeres hemos sido discriminadas a todo nivel y es necesario que desde la toma de decisiones se hagan las transformaciones profundas en el país.

¿Cómo ha sido su experiencia durante esta campaña?

Ha sido una experiencia interesante, al principio no sabía qué implicaba una candidatura como la que estoy asumiendo. Sin embargo, he tenido bastante apoyo, solidaridad de otras mujeres, de personas que me han apoyado en todo sentido, moral, en la propuesta de gobierno, en varios aspectos de comunicación he encontrado ese apoyo solidario.

Por otro lado he encontrado que muchas mujeres son motivadas e inspiradas ante la decisión que tomé y eso es algo positivo, porque muchas mujeres tomaron la decisión de participación luego de que yo la tomara, fui la primera mujer indígena que tomó la decisión de asumir la candidatura a la vicepresidencia y seguidamente otras mujeres lo hicieron. He roto esquemas de la participación, que se creía que era solamente personas de la capital que podían participar, solamente personas que tuvieran un gran capital económico y en ese sentido he demostrado que hay otros elementos importantes, como el conocimiento de la realidad nacional, también la capacidad y ese deseo de cambiar la situación de Guatemala, que es muy importante y no tener como prioridad el enriquecimiento, ni los privilegios particulares, sino el bien común.

Entre las satisfacciones es ver como las personas tienen esperanza y hay recepción positiva de la propuesta, eso lo he visto al caminar por las calles de Guatemala. También he experimentado el racismo y la discriminación en los medios, porque hay un cuestionamiento de por qué mi participación no se circunscribió al ámbito local o si se tiene el conocimiento verdadero de la situación del país, hay prejuicio al respecto.

Otra de las dificultades ha sido la separación con mi familia, algo que tenemos que enfrentar y a través del apoyo de mi familia, mi papá, mi hermana, hemos solventado. Pero es algo difícil de llevar en una contienda electoral, estos aspectos impactan, porque son espacios que uno deja de disfrutar para entregarlos a la sociedad.

Por Alenka Tenas


Liliana Isabel Hernández Estrada: Maya k’iche’, originaria de Cantel, Quetzaltenango. Abogada y notaria, graduada por la Universidad de San Carlos de Guatemala, con estudios en Gerencia de Proyectos Sociales y estudios internacionales sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Defensora de derechos humanos, asesora legal de organizaciones sociales y comunidades indígenas en casos emblemáticos de defensa de la tierra, agua y medio ambiente, por más de 10 años. Es madre de 3 hijos. Tiene experiencia en la administración pública. Laboró en la Defensoría de la Mujer Indígena, en la Unidad de la Mujer de la Defensa Pública Penal y como asesora parlamentaria en el Congreso de la República. Posee experiencia en el Sistema de Naciones Unidas. Ha sido consultora en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF–. Se ha desempeñado como docente universitaria en la Universidad Rafael Landívar Campus de Quetzaltenango. En 2017 fue Presidenta del Caucus Indígena y portavoz de los pueblos indígenas participantes en el Foro sobre Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. En 2017 y 2018 fue denunciante por delegación de comunidades afectadas por minería y monocultivos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en México y Colombia.

Fotografía principal por Alenka Tenas.

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