-Ruth del Valle Cóbar / HILANDO Y TEJIENDO: MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS–
Es difícil hablar de Oliverio Castañeda de León sin que las lágrimas nublen los ojos y el corazón se estruje. Debí escribir esto el mes pasado, pero me bloqueé, no salían las palabras. Octubre es un mes de grandes cosas, triunfos como la gesta revolucionaria de 1944 y las jornadas de 1978, alegrías como el nacimiento de Oliverio y tragedias como la ejecución extrajudicial del secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios.
Todos los años sus compañeros nos reunimos temprano, caminamos en su memoria y depositamos flores y discursos frente a la placa que indica dónde fue abatido por las balas. Nos abrazamos con la rabia contenida desde hace 39 años y seguimos exigiendo justicia.
Oliverio era un joven brillante, excelente estudiante, amigo solidario y cariñoso, visionario y buen analista; pero también era buen hijo y hermano de una familia cuyo origen se remonta a las tierras de Zacapa, donde en los años 60 se asentó el primer foco guerrillero. Era un “dirigente casi niño”, como lo catalogó el líder sindical Miguel Ángel Albizures, quien presentaba propuestas, discutía y daba sus opiniones en las reuniones de las organizaciones.
Durante octubre de 1978 hubo manifestaciones y protestas contra el alza del precio del pasaje al transporte urbano; la AEU participó activamente coordinando con otros sectores sociales y populares. Las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad, las tomas de edificios y paro de labores también fueron reprimidas brutalmente. El Gobierno finalmente dio marcha atrás al incremento y autorizó subsidios a los transportistas para mantener los cinco centavos que costaba el pasaje.
Después, la dirigencia del movimiento social y popular fue vigilada y perseguida, algunos salieron del país. El 18 de octubre los medios de comunicación divulgaron un boletín del Ejército Secreto Anticomunista con una lista de personas “condenadas”, entre los primeros nombres aparecía el de Oliverio. No quiso irse del país, no quiso evadir su cita con la muerte.
La juventud de aquellos años se sentía poderosa, comprometida con las luchas populares, levantaba su voz para denunciar las injusticias y salía a las calles a defender a los más débiles. ¡Cuánta juventud perdida en esos años por causa de la represión!
Oliverio siempre se preocupó de los más jóvenes, nos recomendaba tener mucho cuidado y que no anduviéramos solos, nos advertía del peligro de las fuerzas de seguridad y el ejército.
Imposible olvidar su voz en el mitin conmemorativo de la revolución en la Concha Acústica y señalando al gobierno asesino de Lucas García; imposible olvidar después el chirrido de los carros, el sonido de la metralla, el deseo interior de que fueran “cohetes”. Imposible olvidar la rabia y la desesperanza, pero también su fuerza y coraje como dirigente.
Oliverio se fue despacito, como despidiéndose lentamente de sus colegas, su familia, sus amistades. Y se nos fue haciendo un gran vacío con su pérdida. Lo acompañamos al cementerio, bañándolo con claveles y llanto, con gritos de rabia e impotencia, ratificando nuestro compromiso de seguir la lucha. Hoy seguimos exigiendo justicia y esclarecimiento de su asesinato.
Imposible olvidar sus palabras premonitorias de los últimos minutos de su discurso: “Podrán masacrar a nuestros dirigentes, pero mientras haya pueblo… habrá revolución”. Oliverio se ha multiplicado en miles de estudiantes que han seguido su ejemplo y en quienes hoy también luchan por rescatar a la AEU del letargo y de las mafias que la habían secuestrado. Aprender del pasado nos permite construir un mejor futuro.
Fotografía tomada de .
Ruth del Valle Cóbar

Feminista, defensora de derechos humanos, investigadora social, constructora de mundos nuevos. Ha pasado por las aulas universitarias en Ciencia Política, Administración Pública, Psicología Social, Ciencias Sociales. Transitado del activismo social al político, incluyendo movimientos sociales, organizaciones sociales, entidades gubernamentales y del estado.
6 Commentarios
Muy sentida retrospectiva de quien fuera un gran Revolucionario Universitario.
Como Universitario, considero que el mejor homenaje que se le puede rendir a Oliverio Castañeda de León (+) es el resurgimiento de una nueva AEU comprometida con la democracia y con el pueblo de Guatemala.
Su comentario me hace recordar los ya lejanos meses de Marzo y Abril de l962 en nuestra querida Facultad de Derecho de la 9a. avenida central, donde cayeron asesinados varios compañeros en la lucha contra la corrupción ydigorista.
La juventud es el divino tesoro de la sociedad, razón que explica por que las élites opresoras la tienen como objetivo. Nunca han entendido que las ideas no se matan. Oliverio Castañeda de Leon es y seguira siendo semilla y un dìa no lejano nuestra sociedad cosecharà sus frutos dulces y que les quede claro a los chacales que MIENTRAS HAYA PUEBLO HABRÀ REVOLUCION. entendida esta como la necesidad de cambiar lo que debe ser cambiado.
Al centro Manuel Baiza, martir de la Fausac, tambien honramos su memoria.
Era mi gran amigo siempre estaba al tanto de lo que necesitaba y lo apodaban el cabro siempre lo recordre aunque en esos tiempos era muy niño
Era mi gran amigo siempre estaba al tanto de lo que necesitaba y lo apodaban el cabro siempre lo recordre aunque en esos tiempos era muy niño
Maravilloso texto.
hermosa remembranza y reflexión.
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