Mente sana en cuerpo sano

Carlos Castro Furlán | Deportes / EL SUEÑO POSIBLE

Mens sana in corpore sano
Décimo Junio Juvenal

Este popular dicho, atribuido a los griegos para referirse a la necesidad de cultivar un cuerpo sano para obtener una mente sana, en realidad es una frase acuñada por el poeta romano Décimo Junio Juvenal (200-100 a. C.) en un poema escrito en latín, dedicado a la virtud y cómo cultivarla.

La verdad es que esta frase nos ha acompañado desde que tenemos memoria y la hemos aplicado en más de una ocasión para referirnos a la importancia que tiene el ejercicio físico para mantener una mente sana.

Los griegos son la civilización a la cual se le atribuye el cultivo de estas dos virtudes en toda su plenitud y de cómo esta máxima era uno de los pilares de la educación integral de sus ciudadanos.

Los niños griegos eran dejados al cuidado de sus madres hasta los 7 años, que era la edad en que eran integrados al gimnasio y a la academia, en donde se les instruía en los deportes para ser utilizados en el arte de la guerra y se les daba una educación académica en Historia, Filosofía y Política.

El más famoso de estos niños que recibieron esta educación es Alejandro Magno, cuyo mentor académico fue Aristóteles.

En los tiempos actuales, este dicho cobra plena vigencia, ya que en la modernidad hemos descuidado la práctica del ejercicio físico y no nos damos cuenta de que la actividad física mejora, sin lugar a dudas, nuestra agilidad cognitiva.

William Shakespeare decía que «El cuerpo es nuestro jardín y la voluntad el jardinero».

La salud tiene que ser integral y para ello no podemos desatender ninguno de los aspectos que forman el concepto de salud física, mental y emocional.

Una persona que quiera cuidar su salud, necesitará desarrollar una gran fuerza de voluntad para que el deporte pase a ser un hábito diario, con el fin de balancear todos los aspectos de su vida. Conseguir un estado de bienestar y equilibrio mental nos ayuda a generar la energía necesaria para emprender la práctica del deporte.

Efectuar una rutina de ejercicios mentales a primera hora de la mañana es ideal para empezar a planificar el día y condicionar a nuestro cerebro.

Esta rutina de ejercicios mentales, entre los cuales podemos incorporar el yoga o la meditación trascendental, no solo nos ayudan a entrenar nuestro cerebro y a tratar de obtener un estado positivo de paz interior, sino que nos ayudan a obtener una mayor agilidad y estabilidad mental.

La actividad física estimula la producción de substancias que promueven el bienestar psicológico.

Tal es el caso de la hormona llamada endorfina, la cual está relacionada con la sensación de placer y que se produce en nuestro cerebro. Esta hormona ha sido llamada «la droga del deportista», ya que, cuando se hace ejercicio continuo, el cerebro se vuelve adicto a esta hormona.

Para cultivar una mente sana a través del ejercicio es recomendable realizar actividades al aire libre, combinándolas con la exposición a la luz solar y al contacto con la naturaleza, y mejor si se realizan con un grupo de amigos.

El sueño es un factor importante y esencial para mantener y equilibrar las funciones del cerebro. Durante el sueño, además de las áreas que son hiperactivas durante el día, el cerebro tiene la oportunidad de activar otras áreas que son subutilizadas y que ayudan a equilibrar las funciones de la mente.

La combinación de paz interior, ejercicio físico y horas de sueño adecuadas son el secreto para construir una mente sana y un cuerpo sano.

El ejercicio no solo cambiará tu figura, cambiará tu mente, tu actitud y tu humor. Agregado a que perderás esas libritas que querías perder, tu salud mejorará y tendrás más energía y una mejor calidad de vida.

Pero para eso necesitas establecer una rutina diaria que te motive a lograr una salud global que se vea reflejada en todas las áreas de tu vida cotidiana.

Anteriormente había hablado de la «droga del deportista», la cual nos hace sentir eufóricos y llenos de energía al final del ejercicio. La endorfina es, además, un analgésico natural que reduce el dolor, la ansiedad y el estrés.

El ejercicio también genera serotonina, que es una sustancia que influye en el estado de ánimo, especialmente si el ejercicio se efectúa al aire libre. La serotonina nos ayuda a encontrar la calma y la paz interior, además de que ayuda a conciliar el sueño y ayuda a controlar la ingesta de alimentos.

Hacer ejercicio también nos ayuda a secretar dopamina, que es una hormona vinculada a las adicciones y nos permite experimentar una sensación de bienestar después del ejercicio, lo cual crea un vínculo de placer. Hacer ejercicio es una adicción muy sana que te dará una mejor calidad de vida.

Mis queridos lectores, hoy cumplo un año de estar escribiendo esta columna quincenal en gAZeta, a donde me incorporé por invitación de mi querido amigo Jaime Barrios Carrillo, con quien hemos compartido el oficio de escribientes desde 1982, cuando los dos éramos corresponsales de la Agencia de Noticias Servicio e Información de Guatemala (SIAG-PRESS), la cual estaba bajo la dirección del querido amigo común Elías Barahona Barahona (q. e. p. d.).

A Jaime le quiero agradecer la oportunidad que me ha dado para expresar mis opiniones y a ustedes, mis queridos lectores, les quiero agradecer que se interesen en mis artículos. Además, les quiero expresar que cualquier sugerencia, crítica u opinión que generen mis ideas, son bienvenidas y sepan que estoy abierto a cualquier discusión que quieran emprender sobre cualquier tema, con la única condición de que guardemos el respeto debido.

Para despedir este artículo les quiero expresar que para mí el deporte es una actividad que ha estado y sigue estando presente en mi vida, y a la cual considero una actividad muy noble que debe estar exenta de fanatismos, ya que hay que recuperar el real sentido de ella como una actividad humana que nos tiene que servir para ennoblecernos y no para convertirnos en lo que nos quieren convertir los consorcios internacionales y los dueños del capital: en fanáticos irrazonables y consumidores de toda la parafernalia deportiva, para engrosar las arcas de aquellos a quienes el deporte no les interesa.

Rescatemos el sentido verdadero del deporte, e inculquémosles a los niños, qué es respeto al adversario y competir desde una perspectiva de honestidad y juego limpio, no nos convirtamos en reproductores del sistema putrefacto que impera.

Tratemos de recuperar la ética del deporte, en donde lo que predomine sea la competencia honesta y que se imponga el mejor de los atletas con base en sus capacidades y no gracias a las argucias y triquiñuelas inventadas por los que se creen los «dueños del estadio». El deporte es una actividad colectiva que pertenece a la humanidad.


Imágenes y fotografías proporcionadas por Carlos Castro.

Carlos Castro Furlán

Ciudadano de Guatemala y del mundo. Sociólogo, economista, internacionalista y libre pensador. Exprofesor de la Universidad de San Carlos. Amante de la música, de los libros y de todo lo bueno. Mi pasión han sido el futbol, la carrera de larga distancia (maratón), los libros, las revoluciones y los procesos sociales en donde la organización popular ejerce cambios en favor de las mayorías.

El sueño posible

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