Los guerreros indígenas fueron indispensables en las conquistas mesoamericanas del siglo XVI tanto de Tenochtitlán como de otros lugares. ¿Qué esperaban estos “yndios conquistadores” de su alianza con los invasores europeos y cómo vivieron esta identidad durante el período novohispano? Memorias de conquista relata la historia de una colonia de conquistadores indígenas del centro de México y Oaxaca desde su fundación en Guatemala en 1527 hasta finales del siglo XVIII. En conjunto, estos colonos llegaron a ser conocidos como “mexicanos”, término que no solo abarcaba a tlaxcaltecas, cholultecas y tenochcas, sino también a tlatelolcas, quauhquecholtecas, acolhuas, otomíes, xochimilcas, zapotecas, mixtecas y muchos otros.
Su participación en la invasión de Centroamérica y evolución social como “mexicanos” solo puede entenderse en el contexto mesoamericano y colonial. Formados según los patrones mesoamericanos de imperialismo, migración y organización social, los colonos de Ciudad Vieja, Guatemala se unieron frente a sus vecinos indígenas en Centroamérica y a la burocracia colonial. Su identidad y estatus se derivaban del orgullo que despertaba en ellos su origen e intervención en la conquista de la región. Sin embargo, su sobrevivencia como grupo también dependía del reconocimiento oficial y de su inclusión como aliados apreciados en las narrativas criollas sobre la conquista.
Por Cirma.
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