Estamos de acuerdo con el mensaje y la propuesta de Me too. Es un gran proyecto. Todos sabemos, a estas alturas, que denunciar una injusticia es, de alguna manera, hacer justicia. Pero, ojo, este fabuloso proyecto se presta para una especie de cacería de brujas contra muchos de nuestros congéneres. Es fácil ahora decir: fulano me abusó y no tuve el respaldo ni la valentía que me da el grupo ahora, para denunciarlo. Y tener un gran despliegue publicitario.
Sabemos que los que tienen la sartén por el mango siempre se han aprovechado para manipular las cosas a su favor, y que los viejos barrigones y feos, esos que no levantan ni un mal pensamiento, se han aprovechado de la necesidad de trabajo o de la vanidad de muchas chicas ingenuas para abusar de ellas. Todos sabemos también que la manera más fácil de conseguir un empleo era, hasta hace poco, coquetearle al jefe y hacerle pensar que él era la última Coca-Cola del desierto. Y los pobres hombres, encumbrados en su pequeña cuota de poder, no pudieron casi nunca evitar aquellos devaneos. Tal vez porque les convenía, tal vez porque el sistema les había hecho creer que su hombría dependía de cuantas chicas me forniqué esta semana, o a cuantas les permití que me desnudaran o me hicieran una felación.
Sabemos que un desliz sexual cometido por un hombre tiene unas repercusiones sociales que en nada se asemejan al mismo cometido por una mujer. Sabemos que hay una gran injusticia de género que recién comienza a ser denunciada en la sociedad humana, pero eso no significa que podemos ahora dizque denunciar a todos nuestros congéneres por habernos dicho un piropo a destiempo o por habernos mirado raro.
Esta lucha es de toda la sociedad. Se trata de que evolucionemos juntos, no por separado.
Hoy leí en la prensa panameña que actrices como Catherine Deneuve y Brigitte Bardot mandan una carta abierta en contra de quienes se favorecen con Me too. Y de seguro tienen razón en sus planteamientos.
Yo creo que no se trata de penalizar o considerar como acoso sexual todo intento de seducir. Ya sabemos que todo este show mediático favorece a algunos y la gran hipocresía de nuestro sistema continúa imperante. ¿Cómo es que no nos indignamos ni protestamos contra los burdeles en Filipinas, en donde cientos de niñas son desprovistas de sus derechos naturales y de su dignidad cada día? ¿Ni nos manifestamos en contra de los burdeles públicos en Holanda o en República Checa? ¿Será porque sus dueños son muy poderosos y nos van a pasar la factura?
Esto de la sexualidad es un problema muy serio, tiene que ser analizado con cuidado y sobre todo, es menester que todos los integrantes de la sociedad humana se manifiesten en contra de cualquier tipo de agresión o de violación a los derechos humanos. Sigo creyendo que es cuestión de evolución.
Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de post-grado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.
Un Commentario
Hola Luz,
Como podrás ver, también yo publiqué algo sobre la campaña #YoTambien en este espacio y claramente, tenemos vistas muy distintas y hasta opuestas. Pero quería comentar algunas cosas que escribes porque creo que sí es necesario plantear el debate con argumentos válidos. En primer lugar, nunca es ‘fácil’ exponer en la esféra pública el hecho que nos hayan acosado sexualmente o que nos hayan violado…No olvides por favor que en muchas de esas situacion, sobre todo en lo laboral, la gran mayoría de mujeres se encuentran en posiciones de poder en gran desventaja además que es dificil probar ese acoso sexual (qué tenías puesto? segura que no lo quisiste? segura que….). Muchas de las mujeres que ahora han tenido el coraje de hablar y sacarlo a luz, lo hacen porque han sentido el apoyo y el empoderamiento de saber que no están solas, que no es su culpa.
Cuando dices que «Todos sabemos también que la manera más fácil de conseguir un empleo era, hasta hace poco, coquetearle al jefe y hacerle pensar que él era la última Coca-Cola del desierto»…se me paran los pelos porque es un estereotipo terrible contra el cual la gran mayoría de las mujeres nos oponemos y es uno de los grandes combates que llevamos en el mercado laboral: tener los mismas oportunidades, derechos y salarios que los hombres. NI más ni menos que eso. Y aún estamos lejos de ello, que sea en América Latina o en Europa. No es acostándonos con los jefes o coqueteando con ellos que lo hemos estado consiguiendo, créeme.
Cuando hablas de ‘desliz sexual’ de los hombres, de qué hablas? Será que el acoso sexual o la violación de una mujer es un ‘desliz sexual’ para ti? Y seamos claras, lee las cifras de la violencia de género en cualquier país: violaciones, femicidios, violencia sexual (entre la cual entre el acoso sexual) e intrafamiliar para nombrar unas…son en su gran mayoría las mujeres que sufren de esto, no los hombres. Así que cuando es una mujer que acosa a un hombre, o lo viola, o lo mata…no es la regla general, créeme y cuando sucede, no solo hace más bulla sino que casi nunca se queda en la impunidad al contrario de cuando son hombres quienes han cometido estos crímenes…La impunidad es grande, sobre todo cuando se trata de hombres con grandes poderes. La campaña #MeToo ha hecho caer varios de ellos y por ello que ha sido bastante ejemplar y ha tenido al resonancia que ha tenido. No es el vecino, el quídam que han sido expuestos. Han sido hombre con mucho poder y que se creían impunes por ello. No es cacería de brujas, como dices. ¿Conoces la verdadera historia y cifras de mujeres muertas en el pasado (y presente) porque el patriarcado en el cual viven ha decidido que son brujas? Talvez escriba mi próximo artículo sobre este tema). Talvez habrán algunas exacciones, nunca se podrán del todo esquivar. Pero estas campañas han tenido el gran mérito de poner el acoso sexual basado en las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres en la agenda política.
Y hazme el favor, lee bien la carta de estas 100 mujeres y los propósitos y argumentos que ellas plantean ahí. Si aún tienen la opinión de que de seguro tienen razón en sus planteamientos, podremos seguir el debate.
mí en lo personal, me duele que las mujeres no seamos solidarias con una campaña que le da voz a mujeres que como casi todas nosotras, han vivido el acoso sexual o peor una violación u otra violencia de género y han tenido que quedar calladas durante tanto tiempo. Y no estamos hablando de piropos, o intentos de seducir, estamos hablando de ACOSO (aquí va una definición que encontré en internet : Cuando una persona hostiga, persigue o molesta a otra, está incurriendo en algún tipo de acoso. El verbo acosar refiere a una acción o una conducta que implica generar una incomodidad o disconformidad en el otro’ Y el acoso sexual tiene el agravo que va en contra la dignidad e integridad física y emocional de la persona acosada. De nuevo, si alguien no puede hacer la diferencia entre acosas o seducir es que no tiene bien planteada su ética y su conducta moral.
Por último, cuando dices que no nos indignamos contra los burdeles en Filipinas u Holanda…Creo que muchas personas sí se indignan y hay organizaciones y personas, hombres y mujeres, luchando para erradicar la prostitución y trata de personas. Y no es que tengas que ir a buscar esas violaciones a los derechos humanos de las mujeres tan lejos. En Guatemala existe igual la prostitución, los burdeles y la trata de mujeres y es una gran lástima que en nuestro país se haga tan poco para erradicar estos crímenes.
No es la sexualidad que es un problema como lo planteas al final de tu artículo. Es la violencia de género y la violencia contra las mujeres específicamente que son un problema. Y estoy de acuerdo contigo cuando dices que juntos, hombres y mujeres debemos luchar para ir erradicando esto. Por ello, me alegra cuando hombres se han hecho solidarios de estas campañas y están dispuestos a realizar y proponer cambios en esas masculinidades hegemónicas (también ese es un tema necesario de plantear….lo haré en un próximo artículo talvez) que tanto daño están haciendo.
Saludos cordiales,
Carla
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