-Rodrigo Carrillo / ENTRE EL CIELO Y EL SUELO–
Antes de los 80, el señor condón se utilizaba como anticonceptivo masculino. Seguramente empresas dedicadas a al producción de este látex protector han hecho crecer sus ganancias desde entonces, pues la alerta mortal de protegerse del VIH y de enfermedades de transmisión sexual ha colocado una dosis de miedo en la mayoria de personas dedicadas al sexo, por que hay asexuados que no se intimidan con estas alarmas de muerte.
¿Pero a qué hora ponerse el condón? ¿Antes del primer beso? Siempre antes de la penetración, o siempre antes del sexo oral. Siempre, siempre, siempre, rezán las instrucciones médicas. Entonces hay que tenerlo a la mano: en la billetera, en la cartera, en la mesa de noche, debajo de la almohada, debajo del colchón, dentro del zapato, en el calcetín, debajo de la mesa. Casi debe ser una prótesis auxiliar inmediata. Y a veces los llevan las damas previendo la inprecausión de los caballeros.
Pero no es así, algunas veces no está a la mano. En el momento cumbre de la acción, resulta que el cauchito quedó en la mesa de noche, pero la mesa de noche queda lejos; o se quedó en el zapato que está tirado en un peldaño de las gradas del motel, o en la billetera que está en el bolsillo trasero del pantalón que quedó allá en la silla, lejos del alcance de la mano. Total, no estaba cerca y la posiblidad de alcanzarlo (al cauchito) era mínima o nula, y si se considera que la temperatura de los cuerpos, en ese momento, estaba a punto de braza, ante la premura y la obnubilación, los ardientes amantes no tuvieron más que copular sin capucha.
También sucede que cuando comienza el romance y se da el primer acostón se usa condón, la segunda cita también (por que hay que mostrar que se es cuidadoso con el tema del contagio), la tercera, la cuarta y quizás hasta la décima vez se utiliza la capucha para pelear en la cama; pero hay un momento en el que se decide de mutuo acuerdo ya no utilizar ese látex que se interpone entre piel y piel.
El sexo oral emplasticado no sabe bien, aunque tenga sabor y aroma tropical o de chicle bomba, plástico es plástico y no se lleva bien con el placer mutuo de comerse uno a otro. Entonces en ese caso se usa muy pocas veces, según encuesta informal realizada entre practicantes de oralidades.
La PreP (profilasis prexposición) podría ser la solución para conseguir liberarse del condón. Los estudios científicos han demostrado que este elemento (pastilla color celeste que no es viagra) es altamente eficaz para prevenir el VIH si se usa constantemente, o sea que debe ser ingerida diariamente. ¿Pero quién le cree a quién que toma esa pastillita?
Rodrigo Carrillo

Escritor, periodista, dramaturgo y director de teatro guatemalteco. Maestro en Historia del Arte por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Creador de poemarios, libros de cuentos y obras de teatro. Ha estrenado obras de su autoría y clásicas de Hugo Carrillo. Es caminante impertinente de ciudades donde atrapa personajes y lenguajes.
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