-gAZeta | PREGUNTAS A-
Usted apoya la Cicig. ¿Por qué razones?
El principal motivo es personal. Mi esposa y mi hija fueron asesinadas por el crimen organizado. Este se interrelaciona con el narcotráfico, el contrabando y la corrupción en el Ministerio Público y los tribunales. No deseo contar detalles, porque reviviría pasajes que quedaron como una cicatriz permanente en mi memoria. Pero, cuando sucedió esta tragedia, en la que murieron dos mujeres inocentes, virtuosas, todavía no contábamos con la Cicig.
El otro motivo es para enfrentar y frenar los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS), que están incrustados en todo el Estado de Guatemala.
Me han criticado porque me desempeñé como subsecretario del Consejo Nacional de Seguridad, durante el gobierno de Otto Pérez Molina. Por primera vez, elaboramos una Política Nacional de Seguridad y estrategias para enfrentar las amenazas, vulnerabilidades y riesgos que padece el Estado de Guatemala. Desde ese puesto, diseñé planes contra CIACS. Me satisface haber contribuido a salvar vidas, pues las investigaciones que promoví permitieron la desarticulación de organizaciones transnacionales. En el caso de mi esposa y mi hija, perseguí durante cuatro años a sus victimarios. Logré que los condenaran a prisión y de esta manera contribuí a que no mataran a más personas. No merezco diplomas ni aplausos, pues era mi deber. Igual, con la Cicig, me satisface ser el único ciudadano independiente, que nunca ha estado vinculado a partidos políticos ni organizaciones de naturaleza alguna (salvo los grupos literarios RIN 78 y La rial academia), que se ha enfrentado al statu quo.
Algo debo reconocer. En otro tiempo, me habrían mandado a asesinar o a desaparecer. Pero, aún vivo.
Cuéntenos sobre el amparo que interpuso en la Corte de Constitucionalidad. ¿Fue efectivo?
Desde enero de 2017 hasta enero de 2019, he solicitado 8 amparos. He reprochado los abusos del presidente de la República y del Congreso. En enero de 2017, me opuse a la decisión de trasladar la sede de la embajada de Guatemala en Israel. Todavía no hay sentencia. En abril de 2017, viajé a Palestina y me sorprendió cómo me recibieron. Los medios internacionales árabes dieron mucha cobertura a esta petición. Generalmente, lo identifican como «recurso» de amparo, pero es un juicio.
Impugné la convocatoria a consulta popular por el diferendo territorial, insular y marítimo con Belice, pero lo denegaron. Se desperdiciaron 300 millones de quetzales. Supuestamente, en abril de 2019 se efectuará la consulta popular en Belice, pero no necesito ir al tarotista para saber que predominará el NO, o sea, la negativa de la población beliceña para que el diferendo sea dirimido en la Corte Internacional de Justicia, en La Haya. Esta es la gran estafa del siglo. Tanto el acuerdo como el protocolo para solucionar esta controversia con Belice, no establecen qué sucederá si el resultado de una de las consulta es negativa. En abril se comprobará esta afirmación.
También impugné la inscripción de Zury Ríos como candidata presidencial y todavía no hay resolución. Si lo conceden, tendré que pedir unas vacaciones forzosas en un país amigo.
Por último, he presentado amparos para detener los intentos infructuosos del gobierno de expulsar a la Cicig. Muy pocos hemos enfrentado los intentos del conocido como Pacto de Corruptos y logramos que la Corte de Constitucionalidad otorgara los amparos, por lo que la Cicig terminará su mandato hasta septiembre de 2019. Sin embargo, en junio (primera vuelta de elecciones) o en agosto (segunda), ya tendremos nuevo presidente, que espero sea Thelma Aldana, la única que garantiza la continuación de la Cicig. Subrayo que varios pero muy pocos hemos presentado estas solicitudes de amparo, pero soy el único ciudadano común, pero no corriente, que se las ha jugado. Los demás amparistas reciben salarios, además, tenemos el caso del abogado Alfonso Carrillo, financiado por Dionisio Gutiérrez Mayorga. Desde que Encuentro por Guatemala cayó en desgracia, Alfonso Carrillo (quien vive en Estados Unidos), dejó de interponer amparos. Mi hipótesis es que el Movimiento Semilla es muy «rosado» para el gusto de Dionisio Gutiérrez y por eso no lo apoya.
En enero de este año, el presidente Jimmy Morales realizó una conferencia de prensa para criticar a la Cicig y justificar el rompimiento anticipado del convenio. En ella, se hizo acompañar de varias personas, entre ellas la familia rusa Bitkov, a la que presentó como víctima de la Cicig, pero obvió mencionar las condenas que miembros de esa familia recibieron por dos jueces guatemaltecos competentes. ¿Puede comentar esto? ¿Incurrió el presidente en alguna forma de delito?
Los Bitkov pretendieron sorprendernos al afirmar que eran perseguidos políticos de Putin. Son estafadores y de un cinismo escalofriante. La Cicig hizo su trabajo, pero son los jueces quienes deciden la situación de los imputados. El niño de los Bitkov estuvo en un albergue, en situaciones precarias. Nadie menciona que era el Gobierno el encargado de cuidarlo. Creo que no debemos darle importancia a esta gente. Simplemente, son delincuentes al igual que los otros participantes en ese espectáculo grotesco.
No hubo delito al realizar esta conferencia de prensa, pero el presidente Jimmy Morales no ha respetado el principio constitucional de separación e interdependencia de poderes. La Cicig no condena, acompaña al Ministerio Público en las acusaciones. O sea, la críticas deben dirigirlas a la Corte Suprema de Justicia, el Organismo Judicial y los jueces, quienes resuelven sobre las acusaciones que presenta el Ministerio Público, con acompañamiento de la Cicig.
¿Cómo ve la situación judicial de Guatemala ahora? ¿Ha habido progresos o solo retrocesos?
Tengo mucho qué decir al respecto. El Poder Judicial es la clave del crecimiento económico y el desarrollo integral de nuestro sufrido país. La Corte Suprema de Justicia es un muladar, con excepción de María Eugenia Morales y Delia Dávila, curiosamente ambas alumnas mías en diferentes cohortes del Doctorado en Derecho, en la Universidad de San Carlos. Menciono esto, porque 27 exalumnos míos ahora se encuentran en puestos relevantes del Organismo Ejecutivo, entre ellos Jimmy Morales, Sandra Erica Jovel, Jorge Luis Donado Vivar y Mario Andrés Duarte García.
Finalizo con una cita de Mario Vargas Llosa, a quien respeto mucho como escritor, y es un librepensador. Dejé de resistirme a admirarlo, hasta que escribió una crítica demoledora contra Israel. Recordemos que salió apresuradamente de México, después de afirmar en una entrevista que México, bajo el PRI, vivía en una «dictadura perfecta».
Esta es la cita: «El requisito indispensable para que funcione el mercado es la existencia de un poder judicial eficaz, independiente y probo al que pueda recurrir el más humilde de los ciudadanos con la seguridad de que se le hará justicia. La grandeza del Reino Unido en el siglo XIX se debió, más que a sus capitanes de industria y a sus exploradores y soldados, a esos jueces tocados de pelucas ridículas que fueran enseñando al pueblo que la ley regía lo mismo para pobres y ricos y que un tribunal podía sancionar al poderoso ni más ni menos que al modesto y reparar las grandes y las pequeñas injusticias. Para que la libertad económica no signifique que los lobos tienen derecho a comerse a los corderos debe haber leyes justas y, más importante todavía, jueces justos; jueces capaces de resistir las presiones del poder político y las tentaciones del poder económico y las amenazas del poder militar y las del revolucionario y terrorista; jueces conscientes de que sobre ellos pesa la inmensa responsabilidad de crear, en cada caso contencioso, esa igualdad de que hablan las leyes y que sin una justicia eficiente es letra muerta».
Conste, me defino como cristiano católico anarquista. Esta caracterización la hizo Ernesto Sábato, pero solo la esbozó.
Por Jaime Barrios Carrillo
Marco Vinicio Mejía Dávila: guatemalteco, escritor, doctor en Derecho y doctor en Filosofía. Ha publicado 30 libros en distintos géneros: novela, cuentos, relatos, ensayos y biografía. Su mayor logro es como padre soltero y viudo.
Fotografía proporcionada por Marco Vinicio Mejía Dávila.
4 Commentarios
A DENNIS ESCOBAR GALICIA:
1) Usted recurre a una Falacia ad hominem, pues me insulta sin argumentos. Busqué en Internet y mi difamador (delinque contra mi honor), se autocalifica de «comunicólogo». Ese título no existe, pero si es periodista profesional no DEBE incurrir en este abuso.
2) El ERROR DE RAZONAMIENTO de DENNIS ESCOBAR GALICIA se basa en que, tras contestar la entrevista, me insulta. No por lo que yo comunico, sino por lo que afirma que soy: un sinvergüenza. De esa clase abunda en el Congreso o los Bitkov y El Taquero, los angelitos.
“¿Eso lo ha dicho Marco Vinicio Mejía Dávila? Entonces, debe ser toda una falsedad solo porque viene de él”.
3) No me importa DENNIS ESCOBAR GALICIA, pero OFENDE LA MEMORIA DE DIFUNTAS (otro delito).
Si yo insulto a su difunto amigo CARLOS RENÉ GARCÍA ESCOBAR, sería un canalla, pues no se puede defender.
4) No dejaré esto así. Buscaré a DENNIS ESCOBAR GALICIA y, cara a cara (no recuerdo quién es), le pediré explicaciones. No amenazo con causarle daño. Lo buscaré sin descanso para que tenga la valentía de afirmar por qué me insulta. Ya nos veremos. Pregunte a JUAN ANTONIO CANEL, del Pen Club, quien sabe que defiendo con todo mi honor.
5) Mi hija es abogada y notaría, colegiada y leyó sus insultos. Usted, consulte a un profesional: comete delitos contra mi honor y mi familia.
6) Espero diga aquí si mis respuestas a la entrevistande gaZeta son falsas. Aparte es que afirme soy un sinvergüenza.
Excelente entrevista
A ese sinverguenza no le cree nadie. A no ser que le crea GaZeta.
Lo mejor es que Dennis Escobar Galicia indique por qué me descalifica.
Y en dos líneas.
He metido las patas, pero nunca las uñas.
A Dennis no lo he visto defender ninguna causa. Me suena el nombre.
Ojalá tenga la serenidad de responder. Ah, y escribir bien.
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