Los nutrientes

Carolina Benítez de Bor | Para no extinguirnos / JARDINES DE GUATEFLORA

Los nutrientes son elementos indispensables que influyen en el crecimiento y desarrollo de las plantas. Algunos de ellos se encuentran en el aire, mientras que la mayoría de ellos se obtienen del suelo, y la planta los aprovecha en forma de iones que logran ser introducidos a través del agua.

Los nutrientes se dividen en tres grupos: macroelementos, elementos secundarios y microelementos. El grupo al que pertenece un nutriente va a depender de la cantidad en que será necesario para el cultivo. Por ejemplo, los macroelementos son exigidos en mayores proporciones (kilos/ha), mientras que los microelementos en menor cantidad (gramos/ha).

A través del aire, la planta puede obtener los nutrientes como el carbono (C), oxígeno (O), hidrógeno (H) y nitrógeno (N). Todos ellos fundamentales para poder llevar a cabo el proceso de la fotosíntesis.

A continuación realizaremos un breve repaso por los elementos que se obtienen del suelo y algunas de sus características principales.

Macroelementos

Nitrógeno (N): indispensable en el crecimiento, desarrollo y mantenimiento del color verde de las hojas, se encuentra en la naturaleza en dos estados: en estado gaseoso, como se indicaba anteriormente, y en estado mineral u orgánico en el suelo. Cuando una planta presenta un color verde intenso nos indica la suficiente presencia de nitrógeno debido a que junto con el magnesio (Mg), es el constituyente de la clorofila.

Las plantas conocidas como leguminosas tienen la destreza de que, a través de bacterias especiales, pueden tomar nitrógeno libre en el aire y lo fijan en el suelo para que las plantas puedan aprovecharlo a través de sus raíces. En el mundo de las plantas ornamentales, el conocido maní forrajero o falsa manía (Arachis pintoi) puede ser ejemplo de esta situación, y de allí que no sea solo una planta cubresuelo por excelencia sino que además contribuye a una mejor nutrición del jardín.

Fósforo (P): generalmente los suelos son deficientes en este elemento por lo que es importante tomarlo en cuenta cuando se establece un jardín. Es importante en la fotosíntesis, necesario para la floración, fructificación y desarrollo de raíces. Se encuentra presente en cantidades relativamente altas en las partes en crecimiento.

Su presencia es esencial para las plantas inmediatamente antes o durante la floración, razón por la cual su monitoreo es muy útil en cultivos como las rosas.

Hay que tomar en cuenta que es un nutriente poco móvil en el suelo, lo que quiere decir que, al agregarlo, debe tomarse en cuenta la duración del mismo en el mediano y largo plazo.

Potasio (K): se localiza en los tejidos jóvenes de las plantas. Es el principal elemento en el mantenimiento del potencial de las membranas celulares, actúa en el funcionamiento de los estomas; por lo que se le reconoce un importante papel como regulador de las funciones de las plantas. Vital para el desarrollo de las flores y frutos, ayuda a estimular la floración y maduración.

Resulta esencial para las plantas que acaban de florecer, ya que ayuda a regenerar tejidos.

Como un dato importante, se ha estudiado que una planta bien alimentada con potasio tendrá una mayor concentración de minerales en su savia, con lo que aumenta su resistencia a las heladas.

Elementos secundarios

Azufre (S): útil en la fotosíntesis ya que es fundamental en la formación de proteínas. Muchas plantas son exigentes en azufre, como las leguminosas, crucíferas, cebollas y las gramas, entre las principales.

Calcio (Ca): componente de la lámina intermedia de paredes celulares, por lo tanto favorece el crecimiento general y desarrollo de la planta. Tiene un papel importante en las diversas fases de vida vegetal, desde su germinación hasta la maduración del fruto, el calcio proporciona una mayor resistencia a los tejidos vegetales.

Magnesio (Mg): ayuda a producir clorofila, o sea, el pigmento verde que absorbe la luz del sol como fuente de energía, por lo que se considera de vital importancia. Su deficiencia afecta directamente la fotosíntesis y, por consiguiente, el desarrollo de la planta y su productividad.

Sodio, cloro y aluminio: estos tres elementos se clasifican entre los elementos secundarios, aunque no se consideran propiamente de este grupo, pero por su importancia y por determinadas características, merecen un estudio detenido.

Sodio (Na): al sodio no se le considera un elemento esencial para las plantas, aunque en cultivos como la remolacha puede ser importante. Se ha estudiado que en circunstancias especiales, donde por alguna razón se hace escaso el potasio, el sodio asume las funciones del mismo en el interior de la planta.

Cloro (Cl): importante en el equilibrio iónico, durante la fotosíntesis y en el mantenimiento de las membranas celulares. El cloro se localiza en todas partes y es sumamente móvil en el suelo. La planta lo necesita en pequeñas dosis, pero, debido a su exceso en la naturaleza, a menudo se presenta una sobredosis de este, lo que termina en una toxicidad para la planta. Por eso de este elemento preocupa más su exceso que su carencia, sobre todo cuando se trata de cloruro sódico. Las palmeras, en especial los cocales (Cocus nucifera) y otras especies vegetales que crecen cercanas a la orilla del mar, se adaptan a la presencia de cloro en el suelo.

Aluminio (Al): es un elemento no esencial para las plantas, y debido a las grandes cantidades presentes del mismo en el suelo, preocupa por la toxicidad que causa a las raíces. Al mismo tiempo, una alta presencia en el suelo ocasiona deficiencias de fósforo para la planta.

Microelementos

Hierro (Fe): es importante para la producción de la clorofila, así como en el transporte interno de células y clorofila. Su presencia en el suelo en general es aceptable para las necesidades de las plantas, pero su carencia puede verse afectada por la presencia de cal en el mismo.

Boro (B): aunque es un elemento poco conocido, se sabe que interviene directamente en la síntesis de los elementos de la pared celular. Su deficiencia a veces puede producir aborto de las flores y se cree que estimula el crecimiento de las raíces o de los brotes. Hay que tomar en cuenta que en regiones húmedas se experimenta pérdidas de boro por lavado.

Cinc (Zn): es un elemento con gran distribución en el suelo, en pequeñas cantidades, pero suficientes para la mayoría de plantas. Además de ser un buen catalizador y regulador del metabolismo vegetal, participa en la formación de auxinas (hormonas) y aminoácidos. Interviene en el ADN, ya que es fundamental en las instrucciones genéticas para un buen desarrollo y crecimiento de las plantas.

Manganeso (Mn): es un elemento fundamental en la formación fotosintética de oxígeno, enzimas, e importante en la formación del ácido cítrico. No funciona bien en suelos ácidos ya que se lava, y por semejanza con el hierro, tienden a ser antagónicos.

Molibdeno (Mo): es el único oligoelemento presente en seres vivos, por ello es activador de enzimas desnitrificadoras y nitrificadoras de los microorganismos que fijan el nitrógeno a través del Rhizobium.

Cobre (Cu): es importante como coenzima para activar diversas enzimas vegetales, y también se le encuentra responsable de la formación de la clorofila, por lo tanto favorece el crecimiento en general. Su solubilidad es mayor en suelo ácidos, y tiene la característica de presentar poco movilidad dentro de la planta.

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Después de revisar las características principales de los nutrientes, próximamente estaremos revisando cómo reconocer las deficiencias de los mismos en las plantas, así como sugerencias de aplicación de abonos en del jardín.

Fotografía por Carolina Benítez.

Carolina Benítez de Bor

Ingeniera agrónoma dedicada a las actividades que complementan el mundo de las plantas ornamentales y plantas útiles dentro de los jardines y el paisajismo. Formadora de estudiantes que deseen incursionar a estas actividades a través de cursos libres y cátedras universitarias.

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