Los muertos de mi felicidad

-Byron R.Titus / TRANSFORMACIÓN

A mi primo Odo, o Miguel Teleguario (como se quiso llamar).

A propósito del día de los muertos en Guatemala, hago un paréntesis en el horizonte de mis reflexiones sobre la transformación cognitiva para preguntarle ¿qué fue de usted y de sus huesos?

Como muchos en Guatemala, tampoco nosotros tenemos un sitio especifico a donde ir a visitarle este día. Hace tiempo que le perdimos el rastro, desde aquella tarde efímera en que ya no bajó. ¿O acaso sí lo logró pero como níspero, colibrí, nance o jocote de corona?

Cómo le hizo, ¿qué fue del polvo de sus huesos? Volaron costa abajo entre los cañaverales otrora selva colmada de maderas preciosas, refugio de guacamayas, loros, pericas subversivas que volaban en bandadas entre Palín y Xela.

¿Hacia dónde pues, el llanto? Hoy, como muchos le enciendo esta vela, así en puro abstracto primo, en acto simbólico honrando su memoria rebelde, aunque sea aquí en el pasillo de la escuela donde hicimos la primaria, pues aún no tiene ni tumba ni cementerio a donde llevarle pan y quizás a Antonio y Cacho con sus guitarras para cantarle rancheras y rolas de los Mitos, como le hubiera gustado. No importa, hoy agasajese pues es su día, siéntase héroe inmemorial aunque sea por este minuto, héroe anónimo de los de a pie, camioneta y los sin tumba. Aquí una cruz de luminarias, en la cancha de básquet para que cuando quiera bajar nos encuentre y deje de ser ese puñal gigante de misterio y dolor que sin piedad nos atraviesa. Su madre ya no está aquí; murió esperándolo, cayó fulminada en el zaguán de la casona, sin poder besarle siquiera. Pobre vieja, le lloró todos los días y noches, sobrevivió la tifoidea, el temporal, el huracán Mitch, la represión de los militares, llego la época de sequía, el alzhéimer, se volvió un saco de huesos en una túnica, hasta que murió, allí, esperándolo.

Ahora ya se fue, dejo sola la casa y la colonia, solo el vacío queda, todos se fueron o murieron, es un barrio fantasma aquello, solo el odio y el dolor hicieron nido, se quedaron cubriendo sus paredes, sacaron a las pocas familias decentes que quedaban y esa parte del Gallito se volvió guarida de trúhanes. ¿Los gobiernos? Bien gracias, han seguido usando la violencia y las drogas como distractor para seguir con sus fechorías y crímenes, se inventaron nuevos enemigos, además ahora son narcoterroristas. La piñata se les fue de las manos, la ciudad se tornó insostenible como no se imagina. Ahora ya no solo lo matan por ideales, por temor a su coraje, pero también se lo bajan por cualquier baratija material que valga o aparente valer algo. Como si nada se lo quiebran a uno, por el simple hecho de manejar una camioneta y no dar mordida. Así de perversos y mezquinos nos volvimos…

Ojalá baje este año primo y podamos enterrarlo como se merece, Cacho y Antonio le cantarán las canciones que entre tragos cantaban, y entre canciones por fin podremos ponerle las flores que su madre tanto quería para usted.

Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen, por este día, los muertos de mi felicidad.
Silvio Rodríguez.


Ilustración: Colibrí por César Odonel Titus.

Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.

Transformación

4 Commentarios

america arminda torres moya 16/11/2017

el relato es tan claro que la imaginacion se vuelve vision…ameno el escritor, su pluma es elocuuente…graccias…¡

    BRTitus 17/11/2017

    Gracias por el comentario America. Con dolor y dignidad les seguiremos esperando.

Francisco Cabrera Romero 16/11/2017

¡Excelente!

    BRTitus 17/11/2017

    Gracias Francisco.
    Rogelia, Norma, Chepeleon, Flavio, Conrado, Chino Mendizabal, Oliverio, Balta, y tantos mas, siguen haciendo falta.

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