Los motivos del lobo

-Jaime Barrios Carrillo-

Los nuevos movimientos ecologistas le dan la razón al lobo, simpatizan con el Canis lupus, lo defienden denodadamente y proclaman también su importancia en los ecosistemas. En España, por ejemplo, y ante el exterminio de lobos por cazadores y accidentes de tránsito, Juantxo López de Uralde afirma con intensidad inusual: «El lobo es un patrimonio de nuestro país y su preservación es tan importante como la de la catedral de Burgos o el museo del Prado».

Pero el lobo tiene un descrédito histórico colosal. Dentro y fuera de la literatura. El mayor pecado del lobo ha sido acaso su libertad. No fue como su primo el perro domesticado y premiado con la distinción de ser «el mejor amigo del hombre». La figura del lobo ha sido usada por los humanos como motivo, símbolo y a veces mito. Para desgracia del mismo lobo, este uso ha correspondido a una representación deformada, y desde luego interesada, en la que el animal es representado como feroz, sanguinario y cruel. En la mitología griega, un rey llamado Licaón es castigado por el dios supremo Zeus por su costumbre de realizar sacrificios humanos. El castigo fue convetirlo en lobo. Siguiendo con la antigüedad griega, la palabra liceo está relacionada con el lobo. A Apolo le ponían el sobrenombre de «cazador de lobos», y hubo un templo dedicado a este dios que se llamaba Likaeion, donde también se enseñaba. Licantropía también tiene, desde luego, esa raíz.

Un ejemplo célebre es el libro de Thomas Hobbes, Leviatan: homo homini lupus (El hombre es el lobo del hombre), para explicar el estado de naturaleza del ser humano, el cual en la visión de Hobbes es de un salvajismo cruel y de gran agresividad entre los mismos humanos. Hobbes parte de ese estado original de violencia para legitimar la centralización del poder en el monarca que será el encargado de poder orden y paz. En la Biblia los lobos son una metáfora de los falsos profetas: «Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces».

En el campo psicoanalítico, el lobo simboliza a las zonas oscuras del inconsciente. Freud en El hombre de los lobos, presenta el caso de un aristócrata ruso llamado Sergei Pankejeff (1886-1979) quien sufre de graves perturbaciones debido a traumas infantiles y sexuales asociados con la imagen terrorífica del lobo o de varios lobos subidos a un árbol.

El lobo ha sido siempre estigmatizado y desde la corta infancia asociado con el peligro, la amenaza de muerte y la brutalidad. La saga medieval de La Caperucita Roja es un ejemplo ilustrativo. Charles Perrault en el siglo XVII le recortó un pasaje sangriento en que el lobo invita a la Caperucita a comer la carne y beber la sangre de la abuelita devorada por el mismo lobo. Recordemos un pasaje universal de la versión posterior de los hermanos Grimm:

– ¿Por qué tienes los dientes y la boca tan grande abuelita?, preguntó de nuevo Caperucita.
– Para comerte mejor, respondió el lobo descubriendo sus verdaderas intenciones y abandonando el disfraz de la abuela.

Podríamos seguir con más sagas, como Los tres cochinitos donde el llamado lobo feroz intenta comerse a los cerditos que se salvan gracias a que uno de ellos construyó su casa con materiales firmes que no pudieron ser derrumbados con el soplido tremendo del lobo. O el cuento de Pedro y el lobo que comenzó siendo una pieza musical para niños compuesta pro el ruso Sergei Prokofiev en 1935. El lobo es, como suele serlo, el villano del cuento. Pedro logra atraparlo luego de una artimaña con un lazo y la ayuda de un pájaro. El lobo amarrado está a punto de ser rematado por unos cazadores que lo perseguían pero Pedro pide a gritos que no le disparen y el lobo fiero es llevado triunfalmente al zoológico. La historia fue llevada a la pantalla por Walt Disney.

La leyenda del hombre lobo (metamorfosis con luna llena), también llamado licántropo, representa la posesión demoníaca del ser humano por la naturaleza del lobo en el acto de la transformación de un hombre en lobo. El hombre lobo es siempre masculino. Lo encontramos en muchas culturas a través de la historia. Como el varulv en Escandinavia o el werewolf en Inglaterra y en Alemania. Modernamente se han hecho muchas películas sobre el tema, la primera data de 1935. En 2010 se produjo un largometraje del tema teniendo a Benicio del Toro como protagonista.

La loba tiene más suerte que el lobo. Por lo menos en cuanto al perfil no malvado del segundo. El caso más emblemático es la loba que amamanta y cuida los hermanos Rómulo y Remo que fundarán ya como adultos a Roma.

Es en la literatura donde el lobo hace presencia, de una y otra forma. En títulos y temas. O como personaje figurado y como símbolo. Algunos ejemplos:

El lobo estepario de Herman Hesse. No es en realidad un lobo sino un hombre que sufre. Se trata de un viaje introspectivo donde el protagonista (Harry Haller) nos va introduciendo en dimensiones donde se confunden cada vez más la realidad externa y la ensoñación. El tema de fondo es el desarraigo y la soledad. Julio Llamazares con su novela Luna de lobos levantó la resistencia heroica de los republicanos refugiados en las montañas de la Cordillera Cantábrica, una fuerza instintiva de sobrevivencia, como los lobos. Un escritor irlandés de novelas negras de gran difusión, John Connolly, en su novela El invierno del lobo (2014) vuelve con su personaje emblemático Charlie Parker realizando una investigación, atraído ahora por el fallecimiento de un indigente, lo que lo llevará a un peligroso secreto guardado durante cien años en la pequeña e imaginaria comunidad ideal de Prosperous.

El lobo ha recorrido siempre los vastos territorios de la poesía. El poeta chileno Manuel Silva Acevedo (1942), miembro de la llamada generación dispersa o del sesenta, publicó el poemario Lobos y ovejas (1972) que marca un hito en la nueva poesía chilena deslizándose entre los caminos de ironía abismal de Nicanor Parrra y el simbolismo de Enrique Lihn. El ser humano es tanto lobo como oveja:

Hay un lobo en mi entraña
que pugna por nacer
Mi corazón de oveja,
lerda criatura
se desangra por él…

El autor indobritánico Rudyard Kipling (1865-1936) en su poema La ley de la jungla utiliza la figura del lobo para ilustrar la relación del liderazgo y el colectivo:

Esta es la Ley de la Jungla como el cielo vieja y cierta;
prosperará el Lobo que la cumpla.
Mas el Lobo que la transgreda habrá de morir.
Igual que trepa la hiedra alrededor del tronco del árbol avanza la Ley y retrocede pues es el Lobo la fuerza de la Manada y la fuerza del Lobo está en la Manada.

El poema de Rubén Darío Los motivos del lobo es un magistral tratamiento de la violencia e injusticia humana. Darío refiere al terrible lobo de Gubbio, ciudad italiana, que había asolado los alrededores y la intervención de Francisco de Asís para frenar las depredaciones de la bestia que devoraba corderos y pastores y hacía incontables muertes y daños. Pero el lobo feroz es en realidad menos feroz que el ser humano. Francisco de Asís confronta a la fiera y llega a domesticarla, pero ya viviendo entre humanos el lobo descubre y experimenta una maldad más profunda y dañina que la que ejerce el lobo por naturaleza. En un diálogo asombroso entre bestia y santo se concluye en que la violencia del lobo es justificada y tiene motivos de sobrevivencia, mientras la del ser humano es un asunto mero de crueldad y poder. Francisco de Asís con su alma de querube y su lengua celestial le pregunta recriminándolo al lobo:

¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?

Entonces el lobo, filosófico y pesadamente existencial, le responde al santo:

¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer; y busqué el ganado,
y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor,
a los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre, que iban a cazar.

Francisco afirma con lucidez consternada:

En el hombre existe
mala levadura.
Cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.

El lobo concluye entonces apodíctico e impasible:

y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.

Jaime Barrios Carrillo

Columnista, escritor, investigador, periodista nacido en 1954 y residente en Suecia desde 1981, donde trabajó como coordinador de proyectos de Forum Syd y consultor de varias municipalidades. Excatedrático de la Universidad de San Carlos, licenciado en Filosofía y en Antropología de las universidades de Costa Rica y Estocolmo.

8 Commentarios

astrid 28/08/2019

me podrían ayudar a encontrar la ironía en el cuento los motivos del lobo. por favor

René Boroughs 13/04/2018

De tanta ilustre referencia, me retiene la historia de Romulo y Remo. La loba los amamanta y protege con sus fauces. La historia quiere que solo sea la version del triunfador la que persista en la construcción de las bases de nuestras sociedades. Pero la leyenda de la fundación de Roma encuentra sus raíces en la guerra de Troya. Al rapto de Helena sucede el de las Sabinas. Si comparamos la crueldad de los de Xibalba con las fauces de la loba, podemos darnos cuenta de la crueldad de lo que esta en el exterior. Podemos también pensar en la violencia secreta de nuestra propia animalidad. En ambos casos, es de las profundidades de la tierra que debe germinar el maíz. El espíritu asesino es heredado y temina con un fratricidio. Romulo mata a Remo. Sobre esas bases se construye la ciudad de Roma que alberga muchos siglos después al Vaticano. Solo nos queda continuar a vivir en el fluir incesante del tiempo. Esperando la abolición definitiva de los sacrificios humanos.

    Arraigo Transeunte 21/04/2018

    Interesante aspecto del asunto, aunque con reservas en cuanto a la supremacía de los vencedores en la historia de la humanidad. En realidad, se trata de una persistencia de la animalidad con episodios en que los lobos han pasado de victimarios a defensores de los que lo serán en el futuro. Leo con emoción los pasajes de Rubén Dario y no puedo sino felicitar al prolífico autor del articulo en su fecunda tarea, en medio de las fauces de tantos lobos…y lobas…aullidos y…ladran Sancho, señal de que avanzamos…

      René Boroughs 22/04/2018

      La literatura como todo arte puede afilar nuestras capacidades en la vigilia. A fin de cuentas la vida misma es sueño… No se pueden tomar literalmente los escritos sin tomar en cuenta esos aspectos. Es posible de disentir para aproximarse a la verdad. Por ejemplo, podríamos polemizar incluso con Dario : «En el hombre existe mala levadura», tanto como en el animal. O «el alma simple de la bestia» como la del ser humano, no «es pura». Nunca se sabra sobre impacto en la calidad poética del escrito, puesto que Francisco se retiro en silencio. La única posibilidad seria la de entonar una variante, lo que en música tiene una larga tradición que hasta se ha convertido en género.

        Aureliano 22/04/2018

        Descubro con entusiasmo este interesante escrito y meditación sobre los diversos aspectos literarios de ese animal. Encuentro con pesar que los comentaristas eluden o ignoran la opinión de Miguel Angel Asturias sobre uno de los aspectos que han abordado. Refiero a los lectores interesados por el tema a buscarlo y leerlo, lo que me ha aportado personalmente una clara idea de lo que es la traducción en la poesía : «Mensaje de hombre a hombre; coexistencia poética», Excelsior, México, 15 enero 1968, pagina 7A. Desgraciadamente, dispongo de una traducción impresa del mismo…

          Arraigo 22/04/2018

          Ese escrito de Asturias estuvo en mis manos hace muchos años y ya no tengo el texto para afirmar lo que voy a decir, pero ahora que me acuerdo, Miguel Angel Asturias pedía a traductores y lectores que trabajaran en común acuerdo para buscar la mejor expresión de una traducción poética. La poesía es una de las expresiones artísticas más complejas. Ahora que se me ocurre, Gazeta podría servir como punto de partida para crear una rúbrica de traducción poética. Incluso, permitiría escribir variantes … pero mejor no perturbemos la historia con la idea de que el lobo se pudo haber comido a Caperucita.

          René Boroughs 23/04/2018

          Las fauces de lobo han terminado por sumergir el pensamiento para asegurar la supervivencia en nuestra sociedad. Lo que no entra en el marco del interés personal inmediato es devorado por el olvido. Puesto que se le ha citado, poco se sabe por ejemplo, que Asturias escribía poesías ‘a la manera de….» Fue el caso de sus poemas cortos japoneses. Son variantes que usan el mismo principio. Corrijo…son los mejores haikus que permanecen en el olvido…en espera de ser traducidos…

Ana Maria Almada 08/03/2018

Gracias por un interesantisimo escrito que de fondo nos ilustra una conducta que con parametros ”Jungdianos” podriamos catalogar de humanos arquetipica. El uso de diferentes modelos de proyeccion de nuestros miedos inconcientes ya sea sobre animales, insectos u otros individuos.

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