Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / NUESTROS HIJOS
Cuando una persona se dirige a otra con el propósito de trasmitirle algún mensaje, se dice que emitió un estímulo. La persona que recibe el estímulo, en ese momento, puede producir una respuesta. A la situación de emitir un estímulo y recibir como resultado una respuesta se le llama una transacción. El análisis transaccional es el estudio de ese tipo de transacciones.
En estado de conciencia, los estímulos se reciben por medio de los cinco sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato). Estos estímulos son dirigidos por el subconsciente, a una parte específica del cerebro. Similar al caso de una seleccionadora de discos de una rockola. Cuando el cerebro recibe el estímulo, lo dirige al lugar del cerebro en que se recibió otro estímulo similar.
La persona que recibe el nuevo estímulo, asocia los sentimientos recibidos en la grabación original del pasado con las experiencias del nuevo estímulo recién recibido. Esa asociación produce en general un estado de ánimo similar al que haya vivido en la primera grabación.
El doctor Wilder Penfiel, autor del libro Cómo recordamos, en sus experiencias de cirugía neurocerebral, realizó experimentos en pacientes cuando los operaba a cerebro abierto. Una vez abierta la masa encefálica, estimulaba distintas zonas de la corteza cerebral. Los experimentos se hicieron mediante la aplicación de microelectrodos para descargar pequeñas dosis de electricidad.
Ante los estímulos eléctricos, el paciente evocaba recuerdos específicos de su pasado. También evocaba los sentimientos asociados con las vivencias de los estímulos. Al aplicar el electrodo en otra zona del cerebro, el paciente evocaba otras situaciones y otros sentimientos. Al volver a descargar el electrodo en el mismo punto de la primera descarga, el paciente volvía a evocar la misma situación y los mismos sentimientos de esa primera descarga.
La primera gran conclusión a la cual llegó es que los sucesos que se hayan experimentado en el pasado, están localizados en lugares geográficos específicos de las distintas protuberancias del cerebro. La segunda gran conclusión a la cual llegó es que en el cerebro se graban y evocan, juntos, los acontecimientos y los sentimientos que los acompañan.
Cuando se recibe un estímulo de otra persona, si la zona activada tiene registros del pasado, se produce una asociación que evoca un estado de ánimo y unos sentimientos congruentes con la grabación original. Esa es quizás la razón más importante por la cual los padres deben tener mucho cuidado con el tipo de grabaciones y de sentimientos que están guardando sus hijos menores de 7 años en su cerebro. Si de la infancia se guardan muchos dolores, los nuevos estímulos van a evocar esos rencores. Esa situación puede provocar, en el futuro, relaciones interpersonales defectuosas que deteriorarán su calidad de vida cuando sea adulto.
Imagen proporcionada por Luis Melgar.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas (INCAE 1976). Nueve libros. (Dos aparecen en Google). Autor de 20 artículos (revista Gerencia, Guatemala 1994 -95. Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
10 Commentarios
Un buen mensaje el que se reflexiona en su artículo, hay que cuidar que mensaje sembramos en la vida de las personas, de ese mensaje depende el fruto postrero, bueno o mal fruto. Saludos y bendiciones.
Estimado Eduardo: Muchas gracias por su comentario. Definitivamente cuando como padres sembremos las semillas correctas en el corazón de nuestros hijos, seremos países mejores. El fruto que van a recoger es el resultado de un cuidado en el trato, que se les da antes de los siete años.
La palabra es sumamente poderosa ya sea para bien o para mal
Es muy cierto.
Gracias Susana. Las palabras recibidas en la primera infancia son determinantes en el transcurso del resto de la vida.
Estimada Susana: Muchas gracias por su comentario. En relación a que la palabra es muy poderosa, pienso que es una gran resposabilidad de los padres, el tipo de mensajes que le están trasmitiendo a sus hijitos. Una de las razones por las cuales hay tanto alcoholico y drogadicto, es la herencia que han recogido tantos niños lastimados. Poco a poco en la medida que vayamos avanzando en esta serie de artículos vamos a analizar este tipo de situaciones. muy cordialmente, Luis
Una óptica original e inetresante de tratar la educación en el hogar y la comunicación de padres e hijos. Felicitaciones.
Gracias Luis Pedro por su comentario.. Como padres y abuelos tenemos que tomar conciencia del resultado de nuestras palabras. Construiremos una mejor Guatemala, si cada padre toma conciencia de las consecuencias de sus palabras en sus hijitos.
muy interesanteartículo sobe la capacidad del cerebro y el cuidado que debemos tener con la Palabra.
Gracias José por su comentario. Albert Einstein publicó que el creía que la mayoría de las personas solamente usaba el 10 % de su cerebro. Realmente desconocemos el potencial que tenemos. Las grandes limitaciones que proyectamos, es el reflejo de una pobre formación en el hogar. Al tomar esa conciencia nuestro deber, es tratar de difundirlo.
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