Los desalojos de tierras en Guatemala

-Carlos Castro Furlán / PERSIGUIENDO EL HORIZONTE

Hace una semana se efectuaron desalojos violentos de campesinos en tierras que eran propiedad de Otto Pérez Molina en el área de Livingston, Izabal, y que según la ley de extinción de dominio en estos momentos pertenecen al Estado.

Estos desalojos en Chab’il ch’och’, Livingston, Izabal, y Tactic, Alta Verapaz, fueron efectuados haciendo uso de la fuerza policial y bajo la supervisión de funcionarios de la Procuraduría de los Derechos Humanos. Con amenazas de muerte si no desalojaban esas tierras y quemándoles las precarias viviendas que habían logrado construir, los pobladores de estas comunidades fueron despojados de sus tierras. Aunado a este desalojo; la acción policial tiene un tinte a todas luces racista, ya que los ocupantes de estas tierras son en su mayoría campesinos de origen q’eqchi’ que lo único que quieren es tener acceso a un pedazo de tierra para trabajarla.

Qué pasa con el pueblo de Guatemala y sus organizaciones que no reaccionan ante estas injusticias que se seguirán cometiendo si no se llama a la movilización ciudadana en solidaridad con nuestros hermanos más desposeídos.

¿Es que ellos no merecen que se llame a la movilización popular y a ocupar las plazas del país, para exigir una solución favorable a su problema de tierra? En Guatemala hay suficiente tierra como para que todos los guatemaltecos tengamos derecho a una pequeña parcela para cultivar productos para nuestra subsistencia y la de nuestros hijos; nosotros no queremos nada regalado ya que tenemos nuestras manos para trabajar, lo único que demandamos del Estado es que atienda a una ciudadanía que lleva siglos de estar abandonada. Dónde está el Fondo de Tierras que para lo único que ha servido es para ayudarle a los más acaudalados a apropiarse de las mejores tierras del país y hacer más grandes sus fincas.

La Procuraduría de los Derechos Humanos y los partidos políticos progresistas de Guatemala deberían estar ayudando a estos compatriotas a través de sus departamentos jurídicos, haciendo propuestas de legalización de las tierras ocupadas para que nuestros campesinos desposeídos puedan tener acceso a la tierra que es su principal fuente de sustento, en vez de andar promoviendo leyes que solo benefician a los sectores poderosos.

En dónde está la Asamblea Ciudadana en Contra de la Corrupción y la Impunidad; los desalojos y las ocupaciones de tierras son un problema más profundo que querer enjuiciar a un presidente por corrupción, ya que el presidente es solo una consecuencia del sistema y la desigualdad es la esencia a cambiar. Ya es hora que protestemos en contra de los aspectos más profundos de nuestro tejido social y que pensemos más allá de querer ganar una elección.

Es hora de que nos planteemos en serio que lo que hay que transformar totalmente es el sistema de injusticia que ha prevalecido en nuestro país. En Guatemala el cambio debe empezar en el área rural y transformar el sistema de tenencia de la tierra, ya que los campesinos son los más afectados y depauperados por el sistema actual.

No seamos indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos de la Guatemala profunda, ya que la indiferencia también es complicidad.


Fotografías tomadas de Prensa Comunitaria.

Carlos Castro Furlán

Ciudadano de Guatemala y del mundo. Sociólogo, economista, internacionalista y libre pensador. Exprofesor de la Universidad de San Carlos. Amante de la música, de los libros y de todo lo bueno. Mi pasión han sido el futbol, la carrera de larga distancia (maratón), los libros, las revoluciones y los procesos sociales en donde la organización popular ejerce cambios en favor de las mayorías.

Persiguiendo el horizonte

2 Commentarios

Samuel López 17/09/2019

Muy bien dicho profesor, todos como guatemaltecos tenemos derecho a un pedacito te Guatemala.

Julio César Santosj 11/11/2017

Muy buena columna de un tema actual, relevante y urgente.

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